• Inicio
  • Noticias
  • Opinión
  • Análisis
  • Frente Sandinista
  • Sandino
  • Darío
  • Mujer Revolucionaria
  • Artículos Históricos
Cuaderno Sandinista
  • Inicio
  • Noticias
  • Opinión
  • Análisis
  • Frente Sandinista
  • Sandino
  • Darío
  • Mujer Revolucionaria
  • Artículos Históricos
Cuaderno Sandinista
No Result
View All Result
Home Análisis

Nepal en la mira: ¿Estallido social o revolución naranja teledirigida?

by Cuaderno Sandinista
15 septiembre, 2025
in Análisis
0
Nepal en la mira: ¿Estallido social o revolución naranja teledirigida?
0
SHARES
15
VIEWS
FacebookTwitter

Por Cuaderno Sandinista

Por Cuaderno Sandinista

Nepal, ese pequeño país del Himalaya enclavado entre China e India, se encuentra hoy en el epicentro de un terremoto político y social que trasciende sus fronteras. Lo que en apariencia inició como una protesta juvenil contra la prohibición temporal de 26 redes sociales —entre ellas Facebook, Instagram, TikTok, YouTube y X— derivó en una ola de violencia que dejó más de 70 muertos, cientos de heridos, incendios en el Parlamento y en residencias de ministros, fugas masivas de prisioneros y, finalmente, la caída del primer ministro comunista Khadga Prasad Sharma Oli.

El bloqueo digital, justificado por el Gobierno en una sentencia de la Corte Suprema que exigía que las plataformas extranjeras se registraran localmente y cumplieran con la ley, fue la chispa. Pero como advierten los analistas Atul Chandra y Pramesh Pokharel, “la chispa fue la prohibición. El combustible fue la economía política”. Nepal es un país altamente dependiente de las remesas (33 % de su PIB en 2024) y con una migración masiva que solo en un año otorgó más de 800.000 permisos de trabajo en el extranjero. Un cóctel de desempleo juvenil, desigualdad y frustración acumulada se sumó al uso desestabilizador de las plataformas digitales.

Las escenas que estremecieron al mundo hablan por sí solas: el Parlamento y el Palacio de Gobierno convertidos en cenizas; la esposa del ex primer ministro Jhalanath Khanal fallecida tras ser incendiada en su casa; ministros lanzados al río por la multitud; 1.500 reos fugados de cárceles en Lalitpur y Pokhara; tres policías linchados en la calle tras rendirse. Una violencia extrema y organizada que difícilmente puede reducirse a la espontaneidad de adolescentes indignados.

La narrativa de la “Generación Z”

La prensa occidental bautizó a los disturbios como el “levantamiento de la Generación Z”, exaltando la imagen de jóvenes que se comunicaban en foros digitales, chats de Discord y videos virales en TikTok. De hecho, la inédita designación de la primera ministra interina Sushila Karki —ex presidenta del Tribunal Supremo— se hizo a través de una votación simbólica en Discord, presentada como un triunfo de la juventud digital. Karki, de 73 años, prometió gobernar solo seis meses y afirmó: “Tenemos que actuar de acuerdo con el pensamiento de la generación Z”.

Pero detrás de ese relato de modernidad y horizontalidad, analistas como Iñaki Gil de San Vicente alertan que estamos ante un guion ya conocido: una “revolución naranja” promovida para erosionar los logros republicanos y abrir la puerta a una restauración monárquica encabezada por sectores nostálgicos del rey Gyanendra Shah, depuesto en 2008 tras una década de guerra civil maoísta.

“Lo que está en juego —advierte Gil de San Vicente— no es solo un gobierno, sino el propio carácter republicano y socialista de Nepal. El imperialismo busca tensionar el sur de China y usar Nepal como plataforma geoestratégica, del mismo modo que lo intentó en el Tíbet”.

Redes sociales como armas

La rapidez con que las protestas pasaron de marchas pacíficas a incendios, asesinatos y ataques organizados muestra el papel decisivo de las redes sociales corporativas. Tal como ocurrió en Myanmar durante el genocidio contra los rohinyás —cuando la propia Facebook admitió haber amplificado el discurso de odio—, en Nepal los algoritmos favorecieron la viralización de contenidos cargados de resentimiento, como la etiqueta #NepoKid, dirigida contra hijos de políticos y empresarios que ostentan lujos en un país empobrecido.

El mismo patrón ya se vio en Ucrania, Hong Kong, Sri Lanka y en cada intento de “primavera” teledirigida: la indignación legítima de sectores populares es infiltrada, amplificada y radicalizada hasta convertirla en fuerza de choque contra gobiernos incómodos para Occidente.

El factor geopolítico

Nepal no es un país cualquiera. Su ubicación estratégica entre China e India, dos potencias con proyectos antagónicos a los intereses de Washington y la OTAN, convierte cada movimiento político interno en un tablero geoestratégico global. Para EE.UU. y sus aliados, un Nepal desestabilizado y reorientado hacia la monarquía ofrece una pieza útil para incomodar a Pekín en su frontera sur.

No es casual que sectores conservadores y pro-occidentales aprovechen la crisis para insistir en un retorno monárquico. Tampoco sorprende que India, bajo el liderazgo de Narendra Modi, haya intervenido diplomáticamente llamando a la paz mientras observa de cerca un conflicto que podría reconfigurar los equilibrios en el Himalaya.

¿Qué está en juego?

La pregunta no es solo qué pasará con Nepal, sino qué significa este episodio para el Sur Global. Estamos ante una nueva demostración de cómo el imperialismo intenta revertir procesos republicanos, socialistas o progresistas usando las redes sociales como armas, financiando narrativas antipolíticas y cooptando el descontento juvenil.

El pueblo nepalí ya había demostrado en 2006 y en 2008 que era capaz de abolir una monarquía caduca y abrir paso a una democracia inclusiva. Hoy, ese legado está bajo ataque.

La defensa de la soberanía, la memoria de la guerra popular y la construcción de un modelo socialista vuelven a estar en el centro del debate. Porque lo que ocurre en Nepal no es un simple estallido digital: es un capítulo más de la disputa entre un mundo multipolar que busca afirmarse y un imperialismo que, en su decadencia, recurre al caos para recuperar el control.

El caso de Nepal debe leerse como advertencia: detrás de cada “protesta generacional” amplificada por Silicon Valley puede ocultarse una estrategia de recolonización. En tiempos de multipolaridad, la tarea de los pueblos es desenmascarar estas revoluciones naranjas y reafirmar la soberanía frente al nuevo rostro del intervencionismo.

Tags: #Análisis#CuadernoSandinista#EstallidoSocial#Nepal#RevoluciónNaranja
Cuaderno Sandinista

Cuaderno Sandinista

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cuaderno Sandinista

Todos los derechos reservados Cuaderno Sandinista ®

Cuaderno Sandinista

  • Frente Sandinista
  • Sandino
  • Darío
  • Mujer Revolucionaria
  • Artículos Históricos

Redes Sociales

No Result
View All Result
  • Inicio
  • Noticias
  • Opinión
  • Análisis
  • Frente Sandinista
  • Sandino
  • Darío
  • Mujer Revolucionaria
  • Artículos Históricos

Todos los derechos reservados Cuaderno Sandinista ®