“Borrar la línea divisoria entre la verdad factual y la opinión es una de las formas que asume la mentira y todas son formas de acción”. (Hannah Arendt)
Nicaragua sufrió en abril de 2018 un intento de golpe de estado, con la intervención de una amplia red de ONG´s, partidos políticos de extrema derecha, una parte de la Iglesia Católica, sectores de la burguesía, empresarios e intelectuales orgánicos, que ocasionaron más de 200 muertos, de los que 22 fueron policías nacionales, así como numerosos militantes sandinistas entre otras víctimas. Como ha quedado demostrado por periodistas norteamericanos, esta trama golpista fue tejida minuciosamente en secreto y durante varios años desde la Administración norteamericana, con decenas de millones de dólares de la USAID, con el propósito de provocar un cambio de régimen en Nicaragua. El conflicto provocado desestabilizó el país durante 3 meses con sistemáticos actos de violencia callejera, agitando el descontento en la población que ya se habia desencadenado por el desorden callejero y las ejecuciones planificadas por grupos terroristas organizados por el sector más extremista de la oposición y la élite reaccionaria que tiene el beneplácito de EEUU y la Unión Europea. El resultado de esta intentona fracasada tuvo graves consecuencias sociales en el país, con pérdidas de 120.000 empleos, y un enorme impacto económico negativo, con la destrucción por los violentos, de una parte significativa de los servicios y equipamientos públicos y grandes daños a la producción, todo ello valorado en 1.800 millones de dólares.
La recuperación de la institucionalidad democrática se inició con una importante decisión del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, GRUN, a favor de la reconciliación: una amnistía general para todos los ciudadanos y ciudadanas nicaragüenses involucrados en el golpe de estado, no investigados o en camino de investigación, en proceso penal o en cumplimiento de ejecución de sentencias, con el único condicionante de la no repetición de los delitos cometidos.
Posteriormente, las investigaciones judiciales, avaladas por documentación oficial de diversas agencias del gobierno norteamericano, pusieron sobre la mesa de forma fehaciente los nombres de los autores intelectuales y de los financiadores del intento de golpe de estado. Estas personas han sido juzgadas y ahora cumplen sentencia con retención domiciliaria, penas de prisión o son prófugos de la justicia.
La normalidad democrática, por la vía de la Paz, la Reconciliación y la Justicia, culminó con las elecciones constitucionales a la Presidencia de la República y de diputados a la Asamblea Nacional en noviembre de 2021, con una alta participación ciudadana y el resultado de un triunfo aplastante de la coalición Unida Nicaragua Triunfa, encabezada por el FSLN, y liderada por el Comandante Daniel Ortega.
En menos de tres años Nicaragua se ha recuperado económicamente de las consecuencias gravísimas del fracasado intento de golpe de estado y del impacto de dos huracanes casi consecutivos, consolidando el modelo de desarrollo social, con un crecimiento actual de más del 6%, lo que ha comportado una drástica disminución de la pobreza y pobreza extrema, a través de mejoras muy significativas en los ámbitos de educación, salud, seguridad ciudadana, infraestructuras y transporte, paridad de genero, servicios de electricidad y agua potable, soberanía alimentaria, implementación de energías renovables, etc…
Simultáneamente la Asamblea Nacional inició el proceso de ordenamiento y regulación jurídica de las más de 6.000 ONG’s existentes en el país mediante las leyes 1115 ( Ley General de Regulación y Control de Organismos sin Fines de Lucro) y 1040 (Ley de Regulación de Agentes Extranjeros ) basándose en legislaciones vigentes en muchos países como en USA, Australia, Israel, El Salvador…
Paradójicamente, algunos de estos países son los promotores de campañas difamatorias y de boicots económicos contra el pueblo de Nicaragua, acusando al FSLN de actuaciones ”antidemocráticas”.
Cuando ellos aplican estas leyes es un ejercicio de legítima defensa de “su soberanía” y cuando es Nicaragua la que aplica la Ley, “se trata de una acción dictatorial”.
¡Basta ya de cinismo e hipocresía!
A pesar del fracaso absoluto del intento de golpe de estado en 2018, algunos grupos antidemocráticos, desde posicionamientos oligárquicos y proimperialistas, continúan intentando desestabilizar el progreso del pueblo nicaragüense hacia la paz, la reconciliación y la justicia social. Y lo hacen con acciones, casi unipersonales, en el interior del país y con actuaciones circenses, en el exterior.
Es evidente que cuentan con recursos económicos ilimitados y voceros acríticos en muchos países, pero ni así pueden imponer la mentira de una Nicaragua “convulsa y dividida”. El pueblo de Nicaragua hoy mismo vive en paz y progreso. Quien lo dude, que visite Nicaragua y lo compruebe personalmente.
El pueblo Nicaragüense continúa en la línea antiimperialista de Augusto C. Sandino, así como en la defensa de la soberanía y la Justicia Social defendida por Carlos Fonseca. Es un pueblo libre y soberano.
El CES-RPS anima a todas las personas de paz a que respeten este camino, esta Revolución y que no intenten imponer modelos de colonialismo ideológico, propios de un mundo unipolar que está en crisis.
El pueblo nicaragüense tiene derecho a tomar sus propias decisiones y que éstas se han respetadas.
¡NI PUDIERON NI PODRÁN!
¡NICARAGUA QUIERE PAZ!
Fuente: Comité Europeo de Solidaridad con la Revolución Popular Sandinista
LA LUCHA POR LA LIBERACIÓN Y AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS SON LAS ARMAS Y CAMINOS DE AMÉRICA LATINA Y EL MUNDO, NO PODEMOS PERMITIR QUE EL IMPERIO UNIPOLAR AVALADO POR LA U.E. TENGA INGERENCIA EN NUETRO DESTINO.
CUANDO UN PUEBLO DESPIERTA COMO EL DE SANDINO, MANTENDRÁ SU MARCHA TRINFAL CON EL FUTURO MUNDO MULTIPOLAR PODREMOS FORMAR Y FOLTALECER EL SOCIALISMO «PATRIA O MUERTE VENCEREMOS» HASTA LA VICTORIA SIEMPRE