12 de octubre de 2022, momento y cadena de movimientos telúricos de dignidad, independencia autodeterminación soberana en distintos epicentros de nuestro continente Latinoamericano y caribeño para reafirmar 530 años de Resistencia Originaria, Negra y Popular.
Lucha de liberación que se ha librado y se libra en todos los ámbitos, por los Pueblos Originarios y Afrodescendientes, las clases obreras, trabajadoras, sectores campesinos, y populares, los movimientos sociales, los trabajadores por cuenta propia, las mujeres, las iglesias y movimientos cristianos comprometidos con los empobrecidos, los explotados y discriminados, los defensores y defensoras de la vida y la Madre Tierra y los partidos y Gobiernos de izquierda nacionalistas, anticolonialistas, antiimperialistas que están en contra de los Gobiernos del Norte (Europa y Estados Unidos), las transnacionales, los bancos, el crimen organizado internacional, los sectores religiosos que veneran al becerro de oro, los poderes mediáticos y fácticos que adoran al capitalismo, al extractivismo, al neocolonialismo que pretende ser ambiciosa y anacrónicamente unipolar y Unicentro.
La lucha por descolonizar los Estados – Pueblos de América Latina y El Caribe, África y Asia se ha librado y se seguirá librando en todas las esferas de la vida colectiva, lucha en la que han sido asesinados millones de seres humanos, y en las que se han destruido pueblos y culturas, quedando todos estos actos de genocidio en la total impunidad a lo largo de más de cinco siglos.
Los pueblos originarios y las culturas milenarias de lo que se denomina Norteamérica, Mesoamérica, Sudamérica, el Caribe y los de ancestría africana han presentado una oposición radical al sistema colonialista y neocolonialista. Resistencia, colectiva, sistemática, consecuente, persistente, sacrificial para lograr una total descolonización en distintos ámbitos, algunos de ellos son:
Descolonización jurídica: las constituciones, las leyes y los ordenamientos jurídicos, ya no deben seguir los modelos kelsenianos, del Common Law, del Derecho Civil, del Derecho canónico o el modelo de supuesta independencia de los poderes del Estado, cuando en realidad todas los órganos de Estado están supeditados y esclavizados a la Dictadura inhumana del capitalismo, sino construir nuevos modelos jurídicos que respondan al Derecho Consuetudinario Autóctono, los Derechos Colectivos, el Derecho no sexista, ni racista, ni clasista, el Derecho de los Pueblos y sistemas no normativos, sino armonizadores del Buen Vivir, las Cosmovisiones originarias y afrodescendientes, los programas históricos de los partidos de izquierda y la hermenéutica evangélica de la opción preferencial por los empobrecidos.
Descolonización filosófica: los sistemas de pensamiento racionalistas, aristotélicos, occidentales, contemplativos, ególatras, deben ser reemplazados con las filosofías del Sur, los sistemas de reflexión – emoción – acción transformadoras, las cosmogonías en pro de la vida en comunidad, la vida en armonía con la Pacha Mama, armonía entre todos los vivientes, sin acumulaciones y sin instituciones coloniales que se alimentan de la sangre de las humanidades y la savia de la floresta y la tierra.
Descolonización cultural para ir erradicando esos patrones, símbolos, códigos, mitos, ritos, discursos, “valores” anglosajones, ibéricos, eurocéntricos, hasta desentrañar, rescatar, revitalizar y finalmente entronizar nuestras identidades culturales autóctonas, diversas, vivificantes, identidades multiculturales, multiétnicas, plurilingües, multinacionales, ricas en una simbología antropológica de círculos universales fraternos y de arquitecturas físicas y espirituales abiertas, sin celdas a la imaginación, sin represiones a las prácticas estéticas, socioculturales, propias de nuestras tierras, nuestros ancestros, con las reinvenciones artísticas y espirituales de todas las generaciones.
Descolonización política, en donde los pueblos griten al unísono que ya no somos esclavos, ni feudos, ni colonias, ni estados subordinados, sino estados auto determinados, que ya no existen coronas, ni metrópolis, ni centros de dominación, que ya no pagamos ni rendimos tributos económicos, ni políticos, que tenemos nuestras autoridades electas por el pueblo y hemos decidido construir nuestros modelos de Democracia Directa, Popular y Participativa y modelos de Desarrollo, centrados en las personas, familias, comunidades y colectividades, conformado territorios libres y una Patria Grande, como la soñaron Morelos, Hidalgo, Iturbide, Martí, José de San Martín, Artigas, Antonio José de Sucre, Juana Azurduy, Carmela Eulate Sanjuro, María Luisa Arcelay, Toussaint Louverture, Fidel, el Che, Chávez, Sandino, Blanca Aráuz y, como nos lo enseñan todos los días, en Nicaragua el Comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo.
Esta Descolonización
Política implica además sepultar las instituciones nacionales e internacionales colonialistas, que son autoritarias, verticales, impositivas; en el ámbito nacional son dominadas por las élites, las oligarquías, los cleros capellanes del poder, en una concepción y práctica de democracia formal, fría, nominal; en el ámbito internacional, las instituciones obedecen a sus amos imperiales y sacrifican en el holocausto a los pueblos, atomizando, fragmentando y destruyendo a los Estados. Debe seguirse construyendo instituciones políticas que respondan a un modelo de Democracia integral, Democracia social, política y económica, en el ámbito nacional democracias dinámicas, en donde el pueblo es el protagonista de sus transformaciones y en el ámbito internacional instituciones que fomentan la cooperación, la integración, la paz, el multilateralismo, el Desarrollo Humano, la restitución de los derechos de los pueblos y la unidad latinoamericana y caribeña.
Descolonización económica. Ya no hay marcha atrás, nos enrumbamos hacia el mundo multipolar y metacéntrico, ya rompimos la maldición de estar condenados a ser proveedores de materia prima, mano de obra barata y seguir de forma obediente formulas y dictámenes de los organismos multilaterales y bilaterales, cada vez somos más los Estados – Pueblos que estamos construyendo nuestros modelos económicos, nuestras propias sistemas de producción, consumo y comercio, en donde la economía es creativa, circular, armoniosa con la Madre Tierra y está en función del ser humano, las riquezas se producen para ser socializadas y se forman bloques económicos con lógicas de relaciones comerciales multilaterales más equitativas para mejorar las condiciones de vida de los pueblos e ir construyendo un mundo más productivo, más solidario y más justo.
Estos y otros ámbitos de la Descolonización se van construyendo progresivamente y los pueblos no dejarán de luchar, resistir, hasta lograr su plena liberación, la total Revolución de la Patria Grande, la Revolución de la nueva humanidad.
Escrito por Carlos Emilio López Hurtado
Fuente: CEDME