“Naciones Unidas requiere ser reinventada, depurada de todas las agendas imperiales de Estados Unidos y de las principales potencias ex-colonialistas […] que siempre pretendieron comportarse como, de hecho, se han venido comportando, como dueños del mundo y al margen de todo concepto de derecho”.
Miguel d’Escoto Brockmann
La Organización de Naciones Unidas (ONU), sucesor de la Liga de las Naciones, fue creada cuando se aproximaba el fin de la II guerra mundial[1].
Fundada, primordialmente, para “mantener la paz y la seguridad internacionales”, y para “tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz”, tal como se establece en su Artículo 1 de la Carta de San Francisco. Habría que ver hasta qué punto la Organización haya sido capaz, a lo largo de su historia, de cumplir con su noble propósito fundacional.
Es notorio que, desde su creación hacia 77 años, la Carta nunca ha sido actualizada, aunque la membresía misma de la Organización creció de 51 Estados fundadores en 1945, a 193 Estados miembros en la actualidad. Ante los profundos cambios producidos en el contexto internacional con los procesos de descolonización, la proliferación de armas nucleares, la Guerra Fría, la posterior disolución de la Unión Soviética, sucesiva unipolaridad o primacía de los Estados Unidos, y en el siglo XXI, el surgimiento de un mundo multipolar como contrapropuesta al modelo de desarrollo occidental.
La semana pasada, se concluyó el debate de alto nivel de la 77ª Asamblea General. En términos generales los temas fueron: la necesidad de reformar la ONU, el desarrollo de un mundo multipolar más justo y solidario, el respeto a la soberanía, el riesgo de una guerra nuclear, la lucha contra las drogas y el cambio climático. Sin embargo, no se presentaron propuestas concretas para transformar la Organización en un foro a la altura de los desafíos del siglo XXI y el mundo actual.
En palabras del padre Miguel d’Escoto Brockmann: sin una Organización mundial efectiva, será imposible enfrentar las múltiples crisis convergentes producidas por el calentamiento global, la crisis económica financiera mundial, la militarización del ultra espacio y la privatización de la guerra.
Es evidente, entonces, que el mundo necesita a las Naciones Unidas, más es absolutamente necesario que esta sea un verdadero foro de encuentro político, y no una institución sometida a la voluntad de unos pocos Estados.
Para ello se requiere de una Asamblea General que funcione como centro neurálgico, con prerrogativas y poderes para aprobar resoluciones vinculantes sobre cualquier tema, y que logre asegurar su debido acatamiento.
Asumiendo la necesidad planteada en el párrafo anterior, hasta hoy la única propuesta concreta “de Reinvención de la ONU”, es la que presentó el padre d’Escoto en abril del 2011, apenas veinte meses después de concluir su mandato de presidente de la 63ª Asamblea General, y en el contexto de la guerra de EEUU y la OTAN contra Libia.
La propuesta aboga por la descentralización del poder del Consejo de Seguridad hacia los otros órganos. Algunos elementos clave presentados a continuación pueden servir de insumos para un análisis más amplio de la coyuntura actual y las amenazas inminentes que enfrentamos.
El Propuesta de Reinvención de la ONU posee tres componentes principales (d’Escoto y Clark, 2012):
- Una propuesta de Carta actualizada cuyos puntos principales incluyen:
Propósitos y principios
- Abolición absoluta de la guerra – El artículo 2 de la Carta de San Francisco prohíbe ‘el uso de la fuerza’, e incluso su amenaza, en las relaciones internacionales. La nueva propuesta amplía la obligación al declarar la abolición absoluta de la Se busca con ello eliminar cualquier vestigio de ambigüedad jurídica y restarles a los Estados la opción de recurrir al ‘uso de la fuerza’ en las relaciones internacionales.
- Desmilitarización de la ONU– La desmilitarización del mundo pasa por la desmilitarización de la ONU. Así, en el artículo 53 del proyecto de Carta se establece que “la Organización de las Naciones Unidas no puede utilizar o autorizar el uso de la fuerza”. Una organización desmilitarizada no afecta el derecho inmanente de los Estados a la autodefensa, sea individual o
Propone una serie de obligaciones de los Estados a fines de asegurar que los acuerdos y arreglos regionales para el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales operen de manera compatible con los propósitos y principios de las Naciones Unidas. Así, dice: “queda claro que organizaciones como la OTAN, comprometidas con la guerra y con el propósito de extender el área bajo el control de Estados Unidos y sus aliados, no tienen cabida en la nueva institución.” Los Estados miembros tiene la obligación de ponerse en conformidad de la Carta o asumir las consecuencias que contrae.
- Erradicación del imperialismo – El imperialismo, la imposición del poderío económico o militar de un Estado sobre la voluntad soberana de otro, constituye una de las más graves amenazas a la paz y seguridad La propuesta insta a los Estados miembros a acelerar los procesos de descolonización (Art. 2-19b).
- Renovación permanente de la Carta – Establece un procedimiento para la revisión de la Carta mucho más ágil que el de 1945, y sin dar la posibilidad de veto a ningún Estado
Asamblea General
- Otorga el papel que le corresponde como órgano principal del sistema de las Naciones Está dotada con nuevos poderes, incluyendo la autoridad de “adoptar decisiones o resoluciones de carácter vinculante” (Art. 21).
- Se declara al Presidente como más alto funcionario de la Organización, y debe ser electo por la Asamblea General para un periodo de seis años (Art.11), asegurándole también los recursos humanos y financieros necesarios para el ejercicio de sus funciones (Art. 24-4).
- Se establece la Alta Comisión para salvaguardar la integridad de la Carta, que provee a los Estados miembros un recurso para apelar, modificar o revocar toda decisión del Consejo de Seguridad si se considera afectado por la misma. La Comisión determinará si tal decisión es ilegal o no, y si es compatible con las disposiciones y principios de la ONU (Art. 25).
Consejo de Seguridad
- La problemática de fondo del Consejo radica en la impunidad que gozan algunos de sus Establece, de forma inequívoca, que “la actividad internacional del Consejo de Seguridad esté regulada por las disposiciones de Carta y los principios y normas del derecho internacional” (Art. 28).
- Concede a cualquier Estado miembro un remedio para impugnar una decisión del Consejo que considere afecta sus
- El proyecto de Carta elimina el derecho a veto y suprime la categoría formal de ‘miembros permanentes’ dentro del Consejo de
- Amplia la membresía del Consejo garantizando una representación geográfica
Consejo de Derechos de la Madre Tierra y de los Derechos Humanos
- La Propuesta de Carta eleva el actual Consejo de Derechos Humanos al nivel de un órgano independiente de la ONU aumentando simultáneamente su mandato. El nuevo Consejo de Derechos de la Madre Tierra y de los Derechos Humanos busca ampliar la concepción actual de los derechos, para incluir a aquellos pertenecientes al mundo natural, como un elemento intrínseco de los derechos humanos tanto individuales como colectivos; pretende además contribuir a su proceso de codificación, con el fin de hacerlos
Corte Internacional de Justicia
- Convierte a la Corte Internacional de Justicia en un mecanismo universalmente obligatorio de solución pacífica de controversias. No tiene sentido pertenecer a la Organización y no reconocer a su máximo órgano judicial, cuando todos los Miembros de las Naciones Unidas son ipso facto partes en el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia. (Artículo 93 de la Carta de )
- Un proyecto de Estatuto para un Tribunal Internacional de Justicia Climática y Protección Ambiental
- La interdependencia ambiental hace indispensable la internacional
lización del derecho ambiental. La creación del Tribunal de Justicia Climática y Protección Ambiental busca dar respuesta a la tremenda frustración generalizada de los pueblos que sufren su deterioro ambiental, consecuencia del calentamiento global: grandes deshielos y deslaves, inundaciones y sequías, maremotos y terremotos cada vez más frecuentes.
- Esta nueva instancia del sistema de la ONU gozaría de un alcance jurídico universal pleno sobre todos los Estados miembros, y sobre todas las personas físicas y jurídicas de cualquier nacionalidad (Estatuto, 1-2).
o Establece el delito de ‘ecocidio’, definido como “cualquier acto perpetrado por un Estado o una persona física o jurídica, ya sea intencional o por negligencia, que causa daño permanente y significativo al Medio Ambiente regular” (Estatuto, Art. 4-2ª).
- Una propuesta de “Declaración Universal del Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad”. Esta propuesta acompaña a la Carta y entre sus artículos destaca:
- la inclusión del espacio exterior como bien común,
- la prohibición de la especulación sobre la tierra, el agua y los alimentos,
- la liberación de medicinas para el uso de todas las personas,
- la tenencia colectiva de la tierra,
- la garantía de recursos hacia pueblos empobrecidos
En 2012 d’Escoto y Clark afirmaban:
“Los actuales procesosde toma de decisiones se concentranmás en el Consejo de Seguridad que en la Asamblea General, en el G- 20 que en el G-193, y en la OTAN más que en la misma ONU, por lo que se hace imperioso descentralizar tanto el poder de decisión como la burocracia de la organización, para transferirlo a la Asamblea General y demás agencias que la componen. Dicho proceso de democratización también debe incluir la asignaciónde una mayor participación de los movimientos sociales y la sociedad civil en la vida orgánica de la Institución”.
La necesidad descrita en la cita y los mecanismos para lograrlo fueron abordados en la propuesta de forma detallada, atendiendo posibles ambigüedades de la Carta de 1945. Desde una perspectiva de justicia social y ecológica se propone abolir la guerra explícitamente, también la militarización y los privilegios de los países
que lo han promovido. Así mismo se abordan los crímenes contra la Madre Tierra desde una perspectiva compleja, es decir, desde la interrelación dinámica entre todas las especies.
En este siglo XXI es imposible hablar de la ONU sin hablar de la OTAN y un cierto grado de complicidad entre las dos instancias. Hoy la OTAN constituye la fuerza militar más agresiva de la historia; y es un instrumento al servicio de los Estados Unidos. El periodista Mahdi Darius Nazemroaya afirmaba en 2007:
“[…] parte de los objetivos de la OTAN como alianza militar mundial es garantizar la «seguridad energética» de sus Estados miembros. Lo que esto significa es la militarización de las arterias del mundo, las rutas estratégicas de los oleoductos, los corredores de tráfico marítimo utilizados por los petroleros y las aguas internacionales”.
La OTAN ha secuestrado a la ONU y tratado por todos los medios posibles de imponer un orden unipolar en el mundo, sirviéndose de ataques y mecanismos jurídicos y financieros que le apañen, sin una justicia internacional.
Zamora (2022) explica:
«Casi toda la política exterior estadounidense, de 2014 a la fecha, con particular ahínco desde 2018, está dirigida a construir un muro militar que rodee a Rusia y China. Contra Rusia tiene a la OTAN y contra China, el eje EEUU-Japón-Australia, con socios menores como Gran Bretaña, Corea del Sur y Filipinas (y Filipinas en duda). Contra Irán ha promovido el eje Arabia Saudita-Israel”.
Es esencial comprender que lo que imaginamos como el enfrentamiento de dos fuerzas (Estados Unidos y Rusia) no existe más. Después de la Guerra Fría entramos a la unipolaridad, pero esta idea de un poder concentrado en una sola fuerza tampoco permanece. Para comprender este proceso, debemos despojarnos de categorías fijas y disponernos a un análisis de procesos dinámicos y diversas relaciones entre diversos países con objetivos diversos.
Los países como las personas se cansan del maltrato sostenido. Esto implica, como bien señala Zamora en su entrevista en Nuevarevolucion.es, en primera instancia comprender que Rusia y China se alían por razones geopolíticas, energéticas, comerciales y estratégicas, no ideológicas (Zamora, 2022). Poco a poco, el mundo se viene organizando de forma distinta, en múltiples fuerzas y en busca de relaciones internacionales de cooperación genuina.
Existen alianzas estratégicas regionales que permiten a los países definir objetivos e intereses de acuerdo con sus contextos y en algunos casos, presentarse con mayor seguridad en el ámbito global.
Si bien existe una gran gama de mecanismos y alianzas en Nuestramérica: la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), Comunidad Caribeña (CARICOM), Comunidad Andina de Naciones (CAN), Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Sistema de Integración Centroamericano (SICA), de las últimas tres somos parte Nicaragua, aún falta una mayor articulación entre sí y la consolidación de dichos mecanismos.
América Latina y el Caribe aún no han dejado de jugar al flautista de Hamelín. La tendencia a alinearse en función de complacer a su vecino del norte, en lugar de buscar el entendimiento y la cooperación con su vecino de al lado, hace que América Latina y el Caribe vayan a la zaga de otras regiones, especialmente de Asia y África.
Eso nos pondría en una mejor posición, no vis-a-vis Estados Unidos y Europa, pero también con las nuevas potencias como China, Rusia e India y otras potencias regionales como Irán e Indonesia.
Los esfuerzos de los Estados Unidos por detener el avance de un mundo multipolar en las Américas son impresionantes.
Algunos ejemplos de estos ataques – orquestados con distintas estrategias y modalidades – son: los golpes de estado concretados en Honduras (2009) y Bolivia (2019); los intentos fallidos de golpe de estado en Ecuador (2010) y en Nicaragua (2018).
Respecto a Europa y Asia, tenemos la guerra contra Ucrania, que es más bien una guerra de la OTAN contra Rusia, anunciada durante 30 años. Tres elementos importantes para comprender que este no es un conflicto reciente ni se trata de un interés de Rusia sobre Ucrania son: el incumplimiento de la OTAN de no expandirse tras la reunificación de Alemania, el golpe de Estado en Ucrania en 2014 y el rechazo a la propuesta de Rusia de negociación de un nuevo espacio de seguridad en diciembre de 2021.
Además, se ha descrito desde inicios del siglo XXI que la OTAN pretendía alcanzar a Ucrania para evitar que Rusia accediera al petróleo de Asia central (Cox, 2002). Cabe mencionar para molestia de los Estados Unidos que con los países de dicha región Rusia forma parte de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), fundada en junio de 2001.
Estados Unidos busca legitimidad, declarando el surgimiento de nuevas potencias como amenazas a la “civilización” pero han sido sus propias reglas las que han deshumanizado y despojado el planeta.
La base jurídica de un mundo basado en reglas ha permitido a Estados Unidos el despojo de un sinnúmero de territorios, por mencionar alguno: Venezuela con el robo de sus reservas de oro y 913 sanciones, Irán, Libia, entre otros. Mulder (2022) ha descrito que desde la primera guerra mundial es sabido que las sanciones económicas fueron la forma de guerra más criminal porque se está consciente y se lucha contra un aislamiento impuesto.
Otro aspecto deshumanizante es que, aunque nos encontramos ante una amenaza real de una guerra nuclear, la OTAN no participó de la negociación en 2017 para el Tratado sobre la prohibición de armas nucleares en la ONU. No es la primera vez, históricamente se ha negado a ratificar y se ha retirado, o ha decidido no participar del todo, como en el caso del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT) de 1996.
El valor de la propuesta de Reinvención de la ONU radica aun en estos días en la descentralización del poder y la participación real de los pueblos desde una conciencia de protagonismo histórico.
Una cooperación internacional genuina (Van de Velde 2014) que se opone rotundamente a la guerra y al imperialismo y que protege la vida en la tierra y con la tierra.
La guerra nuclear es todavía evitable, pero de llegar a suceder es necesario que el mundo comprenda cuánto se ha evitado y cuáles intereses han estado en juego.
A esto apostamos los países soberanos, tal como lo dijo Nicaragua en su mensaje en la 77ª asamblea general de la ONU:
“hablamos el lenguaje de una comunidad humana, que exige reconocimiento a nuestras particularidades, modelos y maneras de vivir, nuestros credos y creencias acordes con nuestra propia historia, tradición, y esperanzas que debemos hacer victoriosas”
La ONU, tal como existe, no posee la capacidad de responder a las necesidades globales, más bien su desactualización ha sido la causa del avance de conflictos, porque proyecta una falsa sacralidad a las normas internacionales a sabiendas de que sus estatutos representan un mundo que ya no existe.
Para quienes hemos perdido confianza en esta ONU, es vital estudiar la propuesta de reinvención en el contexto actual. Continuar promoviendo la pasividad o abandonar la Organización no es una opción.
Necesitamos de una ONU que responda a los intereses de todos nuestros pueblos. Necesitamos una ONU que representa a todos sus miembros y no pequeño grupo de estados, las elites del mundo. Necesitamos una ONU cuyo quehacer y objetivo sea conocido por todas las personas, para poder participar de la construcción del mundo que deseamos.
De ahí partiría su esencia inclusiva y por eso es urgente y necesario reinventarla. Como ciudadanos y ciudadanas de un país cuya soberanía ha estado históricamente amenazada, es indispensable informarnos e involucrarnos en estas reflexiones.
Referencias bibliográficas
- D’Escoto, M. (2011). Carta de la Organización de Naciones Propuesta de reinvención
- Capelán, (2022) Las amenazas de Occidente a los pueblos del Abya Yala en tiempos de multipolaridad https://managuaconamor.blogspot.com/2022/09/las- amenazas-de-occidente-los-pueblos.html
- Casari, (2022). El palacio de vidrio opaco
- Cox, (2002). The political economy of a plural world
- Clark, S. (2022). Democratizar las Naciones Unidas para salvar al Mundo
- D’Escoto y Clark, Reinventando la ONU para salvar a la Madre Tierra y a la Humanidad, sep/dic 2012. Ver enlace: https://yumpu.com/es/document/view/4089058/lin ea-sur-3
- Mulder, N (2022). The economic weapon. The rise of sanctions as a tool of modern
- Van de Velde (2014). Construyendo escenarios educativos basados en cooperación
- Zamora, R (2022). Rusófilos: multipolaridad neo- imperialismo y la izquierda extraviada
- Zamora, R (2022). De historias, histerias y misiles sin zanahorias
- https://sputniknews.lat/20220802/venezuela-enfrenta-un- proceso-de-despojo-de-sus-reservas-en-el-exterior- html
- https://youtube.com/watch?v=J3Aa9Sgrpvk&featur
Nota: El equipo editorial del Semanario Ideas y Debate reconoce el esfuerzo de la autora Winnie Narváez por su primera incursión en el campo del análisis geopolítico. Asimismo, la autora expresó agradecimientos a Compañera Sofía Clark por su amable acompañamiento en la elaboración de este artículo.
[1] 1 “Cuando la Segunda Guerra Mundial estaba a punto de terminar en 1945, las naciones estaban en ruinas y el mundo quería la paz. Representantes de 50 países se reunieron en San Francisco en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional del 25 de abril al 26 de junio de 1945. Durante los siguientes dos meses, procedieron a redactar y luego firmar la Carta de la ONU, que creó una nueva organización internacional, las Naciones Unidas, que, se esperaba, evitaría otra guerra mundial como la que acababan de vivir” (Fuente: Naciones Unidas https://www.un.org/es/about-us/history-of-the-un)
Escrito por Winnie Narvaez
Fuente: Centro de Estudios del Desarrollo «Miguel d´Escoto Brockman