El plan pretendía impedir la asunción de Arce tras ganar los comicios. El ex ministro de Defensa golpista Luis Fernando López, quien huyó del país y tiene una orden de captura, era el cerebro de la operación.
El gobierno, además, lo ha denunciado por corrupción en la compra de equipo antimotines durante la presidencia de facto de Jeanine Áñez (2019-2020), actualmente detenida y acusada de terrorismo y conspiración.
Áñez asumió luego de que el presidente Evo Morales fue conminado por la cúpula golpista a renunciar en noviembre de 2019 tras haber ganado en las urnas un cuarto mandato, y la oposición, sin pruebas, denunció que hubo fraude e impulsó protestas. Un año después, Arce, del Movimiento al Socialismo, ganó los comicios.
Luis Arce advirtió: “a la derecha golpista, asesina, le vamos a responder con una frase de Marcelo Quiroga Santa Cruz: Sabemos que más pronto que tarde se cobrarán esto que estamos haciendo, estamos dispuestos a pagar ese precio (…) No tenemos miedo”, dijo citando al líder socialista asesinado en 1980 por la dictadura militar.
Durante la rueda de prensa del gobierno, se presentó un audio en el que se escucha a un supuesto contratista estadounidense ofrecer mercenarios a López para impedir que Arce asumiera la presidencia alegando que el gobierno electo remplazaría a las fuerzas armadas con milicias cubanas y venezolanas.
Según las informaciones, existió un plan para acabar con la vida del presidente Arce, primero con contratistas estadounidenses y segundo con paramilitares colombianos, que después asesinaron al presidente de Haití.
Los implicados llegaron al país dos días antes de los comicios de octubre del año pasado y se fueron dos días después.
También se mencionó al ex militar colombiano Germán Alejandro Rivera García, principal responsable de la muerte del presidente de Haití, y otros tres paramilitares implicados en el magnicidio de Moïse, quienes estuvieron alojados en un hotel en La Paz cerca del palacio presidencial donde Arce rindió juramento.
Fuente: Nueva Revolución
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