Compartimos una carta escrita por el General Augusto C. Sandino, dirigida al General Pedro Altamirano, titulada «La ocurrencia del Gral. Juan Gregorio Colindres». A continuación se presenta el texto:
La Chispa, noviembre 9 de 1932.
Mi muy querido hermano:
Nosotros somos quienes somos y no nos parecemos a nadie y no importa que hagan o no hagan nada nuestros representantes de afuera, pero nuestra causa continuará su curso, siempre triunfante.
Las elecciones ya pasaron y ahora estamos pendientes de saber si es con Sacasa o con los conservadores con quienes vamos a seguir combatiendo, porque lo que son los piratas salen el dos de enero.
En estos momentos me estoy ocupando de elaborar las bases de arreglo que presentaremos a Sacasa, si es él el que queda en el taburete, y en realidad quiere llegar a un entendimiento con nosotros. Copia de estas bases le mandaré a usted cuando las haya elaborado, para que las conserve y tenga presente nuestras disposiciones.
Por otra parte, si el poder queda en los conservadores, creo que ni ellos buscarían arreglos con nosotros, ni nosotros con ellos, y que el asunto lo resolveríamos a bala; mientras tanto que a Sacasa se le propondrá el control militar de la República por nuestro Ejército, para lo cual necesitaríamos que el Ministro de Guerra sea uno de los miembros de nuestro Ejército; igualmente el Ministro de Hacienda y el de Relaciones Exteriores, por designados de nuestro Ejército, y para ello escogeríamos al Dr. Escolástico Lara, Hacienda y Relaciones Exteriores a Calderón Ramírez; asimismo, el Jefe de la Loma de Managua y el de La Pólvora, de Granada, tendrían que ser miembros de nuestro Ejército, con batallones de nuestras mismas fuerzas. Ya veremos en qué paran las cosas. Por el momento, nuestro Ejército está en condiciones magníficas en todas partes y solamente tenemos de por medio la ocurrencia del general Juan Gregorio Colindres, quien de seguro por influencias malévolas, aprovechando la distancia que lo separa de nosotros, en el nombre de nuestro Ejército, sin estar autorizado para ello, se proclamó en nuestro nombre Presidente de la República de Nicaragua; y la parte cómica del caso está en que salió de este Cuartel General como primer jefe de nuestra Columna Expedicionaria N° 12, y ahora me manda una nota haciéndome saber que el pueblo de Nicaragua y el Ejército lo han proclamado Gobierno Provisional de la República, y con tan rimbombante nombre no tuvo pena de firmarse.
El coronel Hernández Roblero y el capitán Pío Arróliga, con siete números, vinieron de correos a dejarnos la nota de Colindres, su proclama y su primer decreto como Gobierno Provisional de Nicaragua; a la vez que pedirme órdenes, de parte del general Peralta, quien era el 2° de la columna.
Incontinentemente se regresó la misma comisión, llevando instrucciones al general Peralta de que asuma la primera Jefatura de la Columna Expedicionaria N° 12 (1), y que capture al general Colindres, al coronel Arturo Vega y a quienes se crean sospechosos, y que los traigan, y que se reconcentren con todas las fuerzas a este Cuartel General; asimismo se les mandó un mensaje patriótico de este Comando a nuestra Columna N° 12. También se mandaron órdenes a nuestras otras Columnas Expedicionarias para que se acerquen al lugar de los acontecimientos y cooperen con el general Peralta al cumplimiento de las órdenes que se le han girado, y que si hay oposición a mano armada sean pasados por las armas los opositores y traidores del Ejército.
Le mando la copia que me manda Colindres de su primer Decreto enredista, que se nota que hay mano enemiga de por medio, tratando de enredar a pita.
También le mando una carta que Arturo Vega le escribe a Colindres, dándole opiniones e instrucciones; y por último le mando las instrucciones que de este Cuartel General llevaron Colindres y Peralta, en su carácter de jefes expedicionarios de nuestra Columna N° 12.
Todos estos documentos los mando para que los lea (2), y en el primer correo me los manda íntegros, porque eso, la proclama y la nota que me manda Colindres, serán documentos para justificarme y para juzgarles en Consejo de Guerra; por esa razón le ruego mandármelos con todo el cuidado, sin dejar un solo papel.
El general Irías deberá leer esos papeles y dar su opinión, porque organizaremos con todos los jefes del Ejército un Consejo de Guerra, que juzgue a Colindres y a Vega y a los otros responsables.
Este consejo será, pues, el que decidirá de la suerte de los descarriados hermanos.
Patria y Libertad.
A. C. Sandino
[Firma y Sello]
(1) Este documento no ha sido localizado.
(2) Ninguno de estos documentos han sido localizados.
Referencia: Ramírez, S. (1984). «El pensamiento Vivo / Augusto C. Sandino». Tomo I. Editorial Nueva Nicaragua, colección de pensamiento vivo 4. pp. 249 – 251.
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