Compartimos una recopilación de ideas realizadas por Carlos Fonseca Terán, titulada «Algunas enseñanzas del Comandante Carlos Fonseca en sus escritos». A continuación se presenta el texto:
Ideología revolucionaria
…Nos guiamos por los principios más avanzados, por la ideología marxista, por el comandante Ernesto Che Guevara, por Augusto César Sandino. Somos conscientes de que el socialismo es la única perspectiva que tienen los pueblos para lograr un cambio profundo en sus condiciones de vida (…)[1] Nuestro magno objetivo es la revolución socialista (…)[2] Se trata, no de lograr un simple cambio de hombres en el poder, sino un cambio de sistema: el derrocamiento de las clases explotadoras y la victoria de las clases explotadas (…)[3] Ya es hora de que la mente de los revolucionarios nicaragüenses comparta el ideal marxista de liberación proletaria.[4]
La unidad y el espíritu crítico
…La unidad no es opuesta a la existencia de un auténtico espíritu crítico en nuestras filas; por el contrario, tal espíritu (…) le da consistencia mayor a la unidad (…) Una crítica mal entendida que expone a la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario.[5]
…La conciencia colectivista, la conciencia de que es la energía de un conjunto de hombres lo que integra la vanguardia, es imprescindible en el espíritu militante. Ese espíritu colectivista, que lo sustenta la modestia, debe convertirse en una pasión en el militante revolucionario. La modestia frena la ostentación de los méritos propios y no impide reconocer los méritos ajenos, lo que contribuye grandemente a la fraternal comprensión entre los militantes.[6]
Actitud revolucionaria
El revolucionario Sandinista no puede proponerse solamente enseñar a las masas populares, sino que al mismo tiempo debe aprender y saber ser discípulo de las masas populares. Que todos sus pasos lleven la marca del carácter de nuestro pueblo.
Un Sandinista no es desmedido ni en el pesimismo ni en el optimismo.
Hay cuestiones que molestan en lo personal, pero nuestra obligación es subordinarlo todo a los intereses de la causa Sandinista, a los intereses del subyugado pueblo nicaragüense, a los intereses de los explotados y oprimidos de Nicaragua.
Un revolucionario sabe que esté donde esté, siempre que luche por la humanidad, estará cumpliendo con su deber.[7]
Radicalismo, sectarismo y dogmatismo
…Es preciso señalar que es unánime el deseo de que nuestro destacamento sea un destacamento radical: estricta disciplina, audacia en la acción, primordial la defensa de los más explotados. Empero, debemos encontrar la diferencia esencial entre lo radical y el radicalismo, siendo este último solamente una mera caricatura de lo primero. El recto estilo radical, al mismo tiempo que aspira a los máximos objetivos, sabe combinar esto con el cumplimiento de toda una serie de tareas inmediatas. Por su lado, el radicalismo, que es estéril como método, se inclina sólo por lo máximo, renunciando a la actividad intermedia, que muchas veces es ineludible para alcanzar lo máximo; de modo que si se renuncia como regla a lo intermedio, lo que ocurre es que tampoco se llega a lo máximo.[8]
El sectarismo es el principal enemigo de la unidad (…) El sectario se empeña en ver solamente lo que diferencia y lo que separa.[9]
…El Frente Sandinista siempre se preocupó por buscar un estilo propio (no dogmático) para dirigir a las masas en la lucha por el cambio revolucionario.[10]
Infiltración política e ideológica
…El enemigo tratará de penetrar la organización, nuestras filas mismas, a través de personas que pueden hacerse pasar por sandinistas, para más adelante provocar escisiones mediante grupos de sandinistas “democráticos” (…) Nos estamos, pues, refiriendo a un peligro proveniente de la margen derecha del proceso (…) Todo esto que estamos diciendo nos permite considerar la cuestión de no preocuparnos solamente por la simple penetración de vulgares delatores en las filas, sino también de ejercer vigilancia ante el peligro de la infiltración ideológica o de tipo político.[11]
Referencias:
[1]Fonseca, Carlos, Obras, t. I, p. 301., Editorial Nueva Nicaragua, Managua, 1985.
[2] Ídem, p. 167.
[3] Frase conocida.
[4] Idem, pp. 141 y 142.
[5] Ídem, pp. 182 y 183.
[6] Idem, p. 186.
[7] Fonseca, Carlos, Qué es un sandinista, folleto publicado en los años ochenta por el Dpto. de Propaganda y Educación Política del FSLN.
[8] Fonseca, Carlos, Obras, t. I, pp. 171 y 172.
[9] Idem, p. 125.
[10] Ídem, p. 310.
[11] Ídem, pp. 3 y 174.
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