Compartimos con nuestros/as lectores/as un artículo de Carla Caldera, titulado «Tomás, el amanecer dejó de ser una tentación». A continuación se presenta el texto original:
“El futuro, hermano, viene será recto, verdadero sin intrusos, Desinhibido, sus puños saludarán ilustres las tentaciones de las seis de la mañana. Nuestra arcilla estará deshabitada de traidores. Los niños no serán especiales solo únicos habrá en la tierra granos de maíz inmortales, elocuentes, sueños habrá como si fueran rieles anchos, veloces, alegres masticaremos metáforas y panes benditos. El futuro viene, hermano, se acerca despacio pero viene…”- poema El Futuro- Comandante Tomás Borge.
Nació el 13 de agosto de 1930 en la ciudad de Matagalpa, hijio de Tomás Borge Delgado, lugarteniente del General Sandino. Desde muy joven se integró a la lucha contra la dictadura somocista. Tenía 16 años cuando editó el periódico antisomocista Espartako; y al año siguiente conoció al Comandante Carlos Fonseca Amador, con quien le uniría una entrañable amistad.
En 1956, durante la represión que siguió al ajusticiamiento de Anastasio Somoza García en manos del poeta Rigoberto López Pérez, fue detenido y encarcelado. Pasó en arresto domiciliario permanente hasta que en 1959 logró fugarse y cruzar la frontera a Honduras, donde fue detenido y posteriormente liberado. De aquí viajó a Costa Rica, donde fundaría el movimiento Juventud Patriótica de Nicaragua.
Junto con el comandante Carlos Fonseca, fue uno de los fundadores del FSLN; participó en la primera gesta guerrillera de Raití-Bocay en 1963; y posteriormente en la gesta heroica de Pancasán en 1967. Por sus actividades revolucionarias fue detenido varias veces, la última en febrero de 1976.
La constancia de largos sesenta años, la consecuencia, el heroísmo frente a la adversidad, la valentía, la humildad, la capacidad de crítica y autocrítica, la certeza en el socialismo como opción humanista al capitalismo, la capacidad de lucha sin concesiones por la revolución, la lealtad a Carlos Fonseca y al Frente Sandinista, la demostrada convicción sobre el liderazgo indiscutible de Daniel, el compromiso incondicional con Fidel como líder indiscutible de la revolución de América Latina y El Caribe, el perdón como medio de conciliación, el amor a la humanidad, la confianza en la juventud y en las mujeres como sectores adicionales a obreros y campesinos, entre otras muchas características revolucionarias de Tomás, son su legado.
También, el Comandante Tomás nos heredó su discurso revolucionario lleno de frases, algunas metafóricas, que son en realidad sentencias político-ideológicas de vigencia plena para toda época y latitud, y que además reflejan plenamente la personalidad y el pensamiento del Comandante. Basta recordar dos.
«Implacables en el combate y generosos en la victoria».
«Hay que confiar siempre en los leales y en los traidores porque nunca cambian».
Son apotegmas de fácil recordación, nemotécnicos. Un legado que debe seguir siendo sistematizado.
Durante su vida el comandante Tomás fue un hombre de muchas facetas: Político, escritor, pero sobre todo un excelente ser humano, hermano, compañero que velaba por el bien de la gente de su pueblo principalmente por los niños, de los cuales decía que eran los mimados de la Revolución.
En la actualidad, desde nuestro buen gobierno mantenemos vivo ese amor y entrega a los más pequeños a través de diferentes proyectos y políticas gubernamentales que favorecen a nuestra niñez, la cual nunca más vera la oscuridad en sus vidas, porque mientras existan compañeros dispuestos a la entrega de la lucha junto a este modelo, no existirá mal que nos detenga para mantener este legado de amor.
El comandante Tomás resaltaba que ser revolucionario requiere de lealtad, mística, entrega y paciencia, nuestro trabajo es arduo y duro, pero estamos convencidos que nuestra recompensa es la vida digna de cada nicaragüense en cada rincón de nuestro país. El comandante Tomas Borge siempre logro inspirar respeto tanto para sus adversarios, como para los demás compañeros por su firmeza, y su gran humanismo a la hora de tomar decisiones que favorecieran al pueblo.
Poeta, revolucionario y sobre todo humano, eso fue el Comandante Tomas, siempre comprometido al amor y a la lucha por la dignidad Nacional.
El comandante siempre mencionó que el Sandinista debe de ser buen amigo, padre, hijo, esposo, pero sobre todo patriota partidario de la generosidad a la entrega de los pobres de este país.
No se puede amar al pueblo, sin ser temido y odiado por los enemigos de la patria aquellos que no quieren ver el cambio en cuanto a restitución de derechos se trata.
En estos tiempos difíciles para la humanidad entera, seguimos viendo las maniobras ideológicas de los enemigos de la patria que aprovechan cualquier oportunidad para querer sembrar el miedo, el odio y la división de nuestro pueblo, pero a como decía el comandante cada una de sus maniobras fracasan porque ellos no han logrado, ni lograran entender lo que es el Pueblo.
Cuando hablamos del Pueblo nos referimos a mayorías, no hablamos de esos grupejos aislados, insignificantes, con una voz que no se escucha ni a cinco centímetros de la conciencia del pueblo y, por tanto, nos referimos a la verdadera democracia.
Con Tomás se nos fue uno de los más grandes intelectuales orgánicos de la Revolución Popular Sandinista y de la Revolución Latinoamericana. Un intelectual orgánico es un intelectual de una determinada clase social. Cuando un intelectual pone toda su actividad y su energía al servicio de las clases populares, se dan casos como el del Comandante Tomás, cuyas ideas se han encarnado en la memoria colectiva del pueblo revolucionario nicaragüense.
El amor al pueblo y la entrega de cada nicaragüense que cree en una sociedad más justa y humanitaria es posible, es el legado del comandante Tomas, por el el cual debemos seguir luchando, como Hombres, mujeres, jóvenes y niños patriotas, revolucionarios.
“No tenemos otra alternativa que soñar, seguir soñando, y soñar, además, con la esperanza de que ese mundo mejor tiene que ser realidad, y será realidad si luchamos por él. El hombre no puede renunciar nunca a los sueños, el hombre no puede renunciar nunca a las utopías. Es que luchar por una utopía es, en parte, construirla”.
Fuentes:
Libro Un grano de Maíz- Tomas Borge.
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