Por Germán Van de Velde
El Gobierno de Nicaragua informó en días recientes que inició una valoración para fortalecer la gestión y la eficiencia de cada institución, la cual implica ordenamiento, restructuraciones y rediseños, a fin de promover el ahorro y la eficiencia en el gasto y la gestión pública.
Ante esta decisión, desde Estados Unidos la contrarrevolución comenzó a tergiversar información, emitiendo desagradables comentarios y burlas en redes sociales y medios de desinformación, intentando generar inconformidades en la población nicaragüense. La contrarrevolución, conformada por exnicaragüenses que perdieron su nacionalidad por traición a la Patria, se sienten con el derecho de opinar sobre lo que solo a los nicaragüenses nos compete. Ningún extranjero puede interferir en las decisiones que se toman en Managua.
Para nosotras/os los nicaragüenses es importantísimo tratar las problemáticas relacionadas con el aprovechamiento de la jornada de trabajo y los problemas relacionados con la eficiencia y la productividad.
La Revolución debe, de manera permanente, identificar y atender las necesidades del Pueblo, atender la educación y salud pública, la ejecución de obras públicas, la seguridad, las necesidades materiales, sociales y económicas de todas/os las/os habitantes, de tal manera que la respuesta a cada necesidad identificada se convierta en un derecho restituido para el Pueblo. Entonces, a partir de esto, ¿cómo podemos darnos el lujo de tener personas que aprovechan solo el 50% de la jornada de trabajo?, ¿de tener hombres y mujeres que no realizan el debido trabajo productivo? ¿Cómo podríamos vencer la pobreza? ¿Cómo podríamos satisfacer los objetivos humanos y sociales de la Revolución Sandinista?
El Estado debe de funcionar mejor que cualquier otra institución que no sea pública, tiene que ser cada vez más eficiente. ¿Por qué siempre se ha de referir a la administración pública como la más deficiente? El cambio de dirección se genera cuando hombres y mujeres están dispuestos/as a servirla con gran deber patriótico, que están dispuestos/as a hacer todos los sacrificios necesarios para garantizar un trabajo de alta eficiencia, que no están como un trabajador/a más de una empresa privada que está solo por el lucro.
Las/os funcionarias/os públicas/os tienen que ser hombres y mujeres de vocación para que la administración del Estado, que es la del Pueblo, funcione mejor que cualquier otro tipo de institución. Es, por tanto, muy necesario que el Gobierno de Nicaragua cambie lo que deba ser cambiado, reestructurar, reorganizar y tiene que ser un propósito firme de nuestro Gobierno organizar el aparato Estatal en forma verdaderamente eficiente y productivo, apuntando directamente a una mejora continua de nuestro trabajo.
La productividad implica trabajo eficiente, tanto a nivel productivo como en cuanto a la calidad y calidez en atención personal y social directa. Esto se traduce en un incremento en el presupuesto de la nación. Si el presupuesto de la nación es mayor, también serán mayores los derechos restituidos y las obras de las que el Pueblo podrá disfrutar.
Los recursos humanos, bien organizados, ¿cuánto pueden aportar en conocimiento? ¿cuánto pueden ofrecer y producir?; la buena voluntad de las/os trabajadoras/es, el entusiasmo con que apoyan todas las tareas de la Revolución, ¿cuánto pueden contribuir al avance de nuestra Patria y a la solución de los problemas y dificultades?, así es como se mejora de forma orgánica la eficiencia y la productividad.
El Gobierno de Nicaragua, como ente regulador, espera el sacrificio de cada trabajador/a en cada institución, que el Pueblo vea que el trabajador lleva una vida verdaderamente de disfrute, también del “sacrificio”, y trabajo de alta calidad, para que las/os demás no crean que es un paseo, que sepan que un cargo significa derechos, pero también deberes y responsabilidades.
Los comentarios dañinos de la contrarrevolución terrorista ponen en evidencia, una vez más, la ideología capitalista que pregonan, dentro de la cual no cabe ni una gota de sacrificio por la Patria y por el bienSer de nuestro Pueblo en la búsqueda continua de seguir venciendo la Pobreza y promoviendo el Desarrollo Humano. Gracias a Dios, a Sandino, Carlos Fonseca Amador, Daniel y Rosario, el terrorismo se erradicó en Nicaragua. Los vendepatrias dejaron de tener derechos en nuestra nación. Ahora combatimos contra los rezagos de antivalores y herencias de ineficiencia e improductividad heredadas de gobiernos libero-conservadores-somocistas.
Los valores que invoca la Revolución son patriotismo, antimperialismo, lealtad, fidelidad, honestidad, honor, disciplina, altruismo, humanismo, solidaridad, profesionalidad, cooperación genuina, probidad, responsabilidad, transparencia, austeridad, eficiencia y productividad… hagámoslo por el progreso y bienestar / bienser de nuestro Pueblo; hagámoslo por las hermosas ideas que defendemos, hagámoslo para combatir ese insolente y despiadado sistema capitalista que no tiene porvenir, por inhumano, por caótico, por anárquico.
Este sigue siendo la utopía que nos mueve: una sociedad próspera, justa y de elevada conciencia y moral revolucionaria. Esta es una gran tarea que seguimos teniendo por delante.
La economía de la nación no es privada, es colectiva y pertenece a todo el Pueblo. Hoy que estamos gobernando, tenemos que convertirnos en administradoras/es, y no en simples administradoras/es, sino en buenos administradoras/es. ¡Estamos en la obligación de seguirnos preparando!
“… ser Revolucionario es ascender al escalón más alto de la especie humana. Hagamos nuestra esa idea”. (Comandante Fidel Castro)