Por Ivan Kesic
Dirigiéndose a las naciones musulmanas, el ayatolá Jamenei declaró que las exportaciones de petróleo y otros productos básicos al régimen sionista deben detenerse inmediatamente y al mismo tiempo pidió el fin de los bombardeos en Gaza.
El Líder de la Revolución Islámica ha sido el defensor más vocal del boicot contra el régimen israelí, lo que puede allanar el terreno para la aniquilación de la entidad ilegítima y la liberación de Palestina.
Desde el 7 de octubre, los llamamientos al boicot a Israel, así como a las empresas, productos y marcas que han ayudado directa o indirectamente al régimen ocupante se han hecho más fuertes en todo el mundo.
Este llamado se replica mientras el número de muertos en la campaña de bombardeos israelí en la franja
costera sitiada continúa aumentando, llegando ahora a casi 9000 después de cuatro semanas, la mayoría de ellos niños y mujeres, y hasta el 16 de diciembre a más de 19 000.
El 31 de octubre, una serie de atentados con bombas contra un campo de refugiados en el norte de Gaza dejó cientos de muertos.
Vulnerabilidades económicas
La economía del régimen israelí no es autosuficiente y depende en gran medida del comercio e importación, especialmente la energía,lo que la hace vulnerable a los boicots extranjeros.
La guerra en curso en Gaza ya ha causado estragos a la economía israelí, ya que la población se ve obligada a quedarse en casa debido a los ataques regulares con cohetes de represalia, paralizando la vida normal.
Tres semanas antes de eso, el principal yacimiento de gas natural fue cerrado, las aerolíneas cancelaron la mayoría de sus vuelos, las granjas paralizaron por la falta de trabajadores, asimismo, la movilización y evacuación de cientos de miles de personas sacudió a muchas empresas en los territorios ocupados.
La industria tecnológica, que alguna vez fue la industria emblemática del régimen y que contribuía a su crecimiento económico, comenzó a tambalearse incluso antes del inicio de la nueva guerra el 7 de octubre, con la inversión extranjera en empresas tecnológicas cayendo en picado en el semestre del año pasado en comparación con un récord de 27 mil millones de dólares el año anterior.
La situación financiera también es terrible, ya que la moneda del régimen de Israel, el shéquel, ha alcanzado su nivel más bajo en 14 años y el índice bursátil de referencia se ha desplomado
aproximadamente un 10 por ciento este año.
El año pasado, 2,67 millones de turistas extranjeros visitaron los territorios ocupados y los ingresos ascendieron a 3800 millones de dólares, frente a unos 6600 millones de dólares en 2019.
Actualmente, los observadores advierten sobre el colapso del turismo el próximo año. Michel Strawczynski, economista y profesor de la Universidad Hebrea de la ocupada Al-Quds (Jerusalén), mencionó que espera un duro golpe en el último trimestre de 2023 con la probabilidad de que la economía se contraiga un 15 por ciento.
Una guerra larga y posiblemente en múltiples frentes con los grupos de Resistencia palestinos podría empeorar aún más la crisis económica, y requeriría un tiempo mucho más largo para la
recuperación posterior.
El punto más vulnerable de la economía dependiente del exterior del régimen israelí, según la mayoría de los expertos, es el boicot organizado de sus productos, que representan decenas de
miles de millones de dólares cada año.
Principales áreas comerciales
Conforme a la base de datos COMTRADE de las Naciones Unidas sobre comercio internacional para 2022, con diferencia, el mayor importador de productos israelíes es Estados Unidos con un valor de 18 600 millones de dólares o una participación del 29 %.
Otros importadores importantes son China, La India, Reino Unido, Irlanda, Países Bajos, Turquía, Francia, Bélgica, Brasil, Alemania, Suiza, Italia, Corea del Sur y España.
En total, los países europeos con un 36 por ciento de importaciones representan un mercado aún mayor que Estados Unidos, la mayoría del cual se refiere a países de la Unión Europea (UE).
Asia también representa una gran parte con el 27 por ciento de las importaciones.
La mayor parte del valor de estos productos está relacionada con diamantes (9060 millones de
dólares), circuitos integrados (5090 millones de dólares), petróleo refinado (2730 millones de dólares), instrumentos médicos (2360 millones de dólares) y otros instrumentos de medición
(2320 millones de dólares).
Generalmente, los productos se exportan a empresas privadas cuyo personal activista puede informar sobre los crímenes de guerra israelíes u organizar campañas de presión para cancelar el comercio.
Una excepción más importante a esto es la exportación de tecnología militar, valorada de 831 millones de dólares el año pasado a 1460 millones de dólares en el año récord de 2016, que nuevamente es propensa al activismo.
En agosto, el sitio web Press TV publicó una investigación sobre cómo las autoridades israelíes manipulan los datos sobre la eficacia de sus sistemas militares Cúpula de Hierro con el objetivo
de exportarlos y obtener beneficios multimillonarios.
La última escalada del régimen en Gaza ha confirmado el análisis y demostrado que las ineficiencias son mucho mayores de lo que se reconocía anteriormente. La situación es similar con los tanques Merkava y otras armas cuya reputación Israel ha manipulado de la misma
manera.
Asimismo, las presiones sobre las importaciones extranjeras de armas del régimen, que ya incluyeron varias campañas exitosas, así como para detener la importación de petróleo crudo por parte de Israel, que recibe principalmente de Azerbaiyán, a través de Turquía.
La campaña con el hashtag #NoOilForIsrael ha sido tendencia en las redes sociales en las últimas
semanas con decenas de miles de internautas pidiendo el fin de las exportaciones de petróleo al
régimen.
Grandes empresas a boicotear
En las últimas semanas, las campañas han estado pidiendo a gritos el boicot de las empresas y marcas israelíes e internacionales que son directa e indirectamente cómplices de las violaciones de los derechos de los palestinos.
Entre las empresas que deberían ser boicoteadas, para empezar, se encuentra Siemens, que ha sido considerada cómplice del proyecto de colonialismo de colonos del régimen israelí a través de su planeado Interconector EuroAsia.
El fabricante estadounidense tecnológico Hewlett-Packard (HP) es otra empresa estrechamente vinculada con el régimen de Tel Aviv y ayuda a administrar el sistema biométrico que, según se informa, Israel emplea para monitorear y restringir el movimiento de los palestinos. La empresa con sede en California, según informes confirmados, proporciona hardware informático al ejército israelí y mantiene servidores de datos pertenecientes a la fuerza policial del régimen.
La compañía de seguros francesa AXA Divest es uno de los mayores inversores en bancos administrados por el régimen israelí, que se utilizan para financiar la construcción de asentamientos ilegales y el robo de recursos palestinos.
Puma, la multinacional alemana que fabrica calzado, indumentaria y accesorios, es patrocinadora
de la federación israelí de fútbol, que incluye jugadores y equipos de los territorios ocupados. Starbucks, McDonald’s y otras marcas similares también han enfrentado un mayor escrutinio en las últimas semanas. Según se informa, Starbucks demandó a su sindicato de trabajadores después de que publicaron un mensaje de solidaridad con los palestinos, que enfureció a millones de consumidores en todo el mundo.
Las franquicias de McDonald´s en los territorios ocupados anunciaron comidas gratuitas para el personal militar israelí tras la campaña de bombardeos indiscriminados del régimen en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre.
Las franquicias de Burger King en los territorios ocupados también enfrentaron llamados a un boicot después de que ofreciera comida gratis a los militares israelíes. La compañía incluso publicó fotos del mismo en Instagram.
Dominos, Pizza Hut, Subway, Nestlé y PapaJohns también hicieron ofertas similares para los soldados israelíes, ignorando deliberadamente su participación en la campaña genocida del régimen en la asediada Franja de Gaza.
También se ha encontrado que Google está parcializado a favor del régimen israelí después de que su CEP, Sundar Pichai, emitiera recientemente una carta que expresaba su apoyo al régimen y desató llamados para boicotear a la compañía.
Entre las empresas que han sido incluidas en la lista de boicot por varias campañas contra el apartheid se encuentra Ahava Cosmetics, una popular marca israelí que tiene sitios de producción en asentamientos ilegales israelíes.
Se cree que Nestlé, una popular multinacional suiza de alimentos y bebidas, posee el 53,8 por ciento de las acciones del principal fabricante de alimentos israelí, Osem. Keter, un fabricante israelí de cobertizos, parterres elevados y cajas de terraza, es otro gran nombre.
Boicot BDS
En el sitio web del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) se puede encontrar datos sobre los
principales productos de exportación y las empresas israelíes activas en diferentes países que deberían ser boicoteadas.
BDS es un movimiento pacifista propalestino que lleva 18 años promoviendo boicots, desinversiones y sanciones económicas contra Israel. La organización, con sucursales en muchos países, monitorea regularmente, recopila datos y organiza a activistas para acciones destinadas a poner fin al apoyo internacional a la opresión de
los palestinos por parte del régimen.
Entre las empresas que el movimiento BDS ha incluido en un lugar destacado para el boicot se encuentra Hewlett-Packard (HP), una empresa estadounidense con un valor de más de 25 mil millones de dólares y cómplice de la persecución de los palestinos.
En el pasado, empresas como Ben & Jerry’s (EE.UU.) y Orange (Francia) figuraron en la lista BDS.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial y otros expertos dicen que el BDS está teniendo un impacto económico importante en Israel y que bien podría crecer a medida que se desarrolle el movimiento.
En medio de la nueva escalada en Gaza, BDS ha publicado una alerta de acción urgente en la que pide el desarrollo de nuevas campañas eficaces y la ampliación de la cooperación con nuevas partes interesadas.
En un tuit del 1 de noviembre, el movimiento pidió una “movilización global urgente para detener el genocidio en Gaza”.
“¿Si no es ahora, cuando? Únete u organiza manifestaciones solidarias en tu pueblo o ciudad. Sigamos presionando a los gobiernos, intensifiquemos todas las campañas #BDS y presionemos a la @IntlCrimCourt”, escribió.
Curiosamente, una encuesta de Pew encontró el año pasado que alrededor del 84 por ciento de los estadounidenses sabían poco sobre esta campaña. Hoy en día, millones de personas nombran marcas con vínculos con Israel y piden un boicot.
El movimiento BDC se inspira en la lucha sudafricana contra el apartheid y en el movimiento de derechos civiles estadounidense, los cuales recurrieron al boicot para hacer valer sus demandas. Potencial de boicot.
El potencial de expansión del activismo de boicot es enorme, como lo demuestran las recientes protestas a gran escala en países considerados socios comerciales clave de Israel, así como la opinión pública de esos países.
Muestra que la gente está dispuesta a participar en la campaña de boicot contra Israel, especialmente en medio de una creciente conciencia sobre el genocidio y la limpieza étnica del régimen tanto en Gaza como en la Cisjordania ocupada.
La importancia del boicot también queda evidenciada por la opinión pública en los territorios ocupados, donde las encuestas locales de Mitvim muestran que los ciudadanos consideran el boicot antiisraelí mundial como la segunda cuestión de política exterior más importante, justo después del logro de una paz estable a favor del régimen.
En comparación, según las mismas encuestas, el programa nuclear iraní sólo ocupa el quinto lugar entre las prioridades internacionales, según lo consideran menos de una quinta parte de los encuestados.
El hecho de que grupos de presión proisraelíes, como la Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés), el Comité Judío Estadounidense (AJC, por sus siglas en inglés), el Comité de Asuntos Públicos Israelí- estadounidense (AIPAC por sus siglas en inglés), la Organización Sionista de América (ZOA, por sus siglas en inglés), hayan puesto en El boicot encabeza sus listas de prioridades da testimonio de su importancia.
Los principales métodos antiboicot de esos cabilderos israelíes son campañas de difamación contra los activistas del BDS y los intentos de impulsar leyes anti-BDS en muchos países occidentales, incluidos Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Francia y Alemania.
Por estas razones, los expertos creen que es necesario advertir a los activistas sobre este fenómeno del cabildero e instruirles para que informen a los políticos y partidos pro palestinos en sus países sobre tales amenazas.
Fuente: HispanTv