Escrito por M. Ortega || 15.04.2023
La oposición de hoy al gobierno sandinista no es nueva, pero no es igual a la contra. Se parecen, porque desde sus ONGs, EEUU y Europa[1] la financian con libreto completo, incluidos los ejes discursivos y los promotores que los pasean por el planeta para contar sus cuentos. Igual en los 80s del siglo pasado con la contra, aunque con notables diferencias. La base social de esos años fueron los medianos propietarios rurales asustados con el fantasma del comunismo, azuzados y armados por los EEUU, y dirigida por un grupo de oligarcas libero conservadores y social cristianos, asalariados de la CIA[2].
Hoy EEUU y Europa cambiaron sus criterios de selección. Escogen y entrenan a sus dirigentes y los democratizan, financiándolos, pero sobre todo educándolos con ONGs alimentadas ideológicamente por sus Centros de Pensamientos y costeadas por sus agencias; rastrean sus agentes entre estudiantes, intelectuales, periodistas, religiosos, políticos sin bases y activistas o líderes de cualquier origen, pero los prefieren de base popular, y si tiene pasado de izquierda o progresista, mejor[3].
A esta oposición no le gustan los procesos electorales que no controlan, y exigen que se cambien las leyes para adaptarlas a sus necesidades. Quieren jueces hechos a su medida para la guerra judicial[4]. Les disgusta no poder hacer negocios con los recursos del Estado[5] y, por supuesto, les incomoda que no se le haga caso a los EEUU, que el gobierno y el pueblo no sean obedientes, que no se sientan en la obligación de portarse bien con EEUU.
Esta oposición utiliza un lenguaje democrático liberal, exigiendo una representación que no se ganan en las urnas, donde siempre fracasan; fantasean sobre sus fuerzas, capacidades y liderazgo; esconden el progreso del país y estiran la pobreza de Nicaragua[6] para que sus proclamas suenen creíbles; afirman categóricos e ilusos que sus ideas se imponen, y suplican contra Nicaragua sanciones y agresiones de la política exterior norteamericana y europea. Entre ellos se identifican dos grupos que parecen diferentes:
Las nuevas generaciones de burgueses, que necesitan del Estado para recomponer su capital, y los nuevos líderes democráticos cultivados en las granjas ideológicas de la USAID, la NED y la Unión Europea; clientes de las ONGs, de las consultorías y el lobby en los pasillos del poder occidental. Y la gente de UNAMOS (antes MRS), donde hierve la insignificancia de quienes no alcanzaron en la izquierda y ahora medran vergonzantes en los escaparates del departamento de Estado y de Bruselas.
En el primer grupo es fácil identificar a la familia Chamorro, y entre ellos a Carlos Fernando y Cristiana, y su primo Juan Sebastián[7], el primero con muchos años de militancia y una red de relaciones anti sandinista más articulada. No son todos los Chamorro, pero los más notorios. EEUU y Europa utilizaron esta familia como caja chica, mediadores de los fondos para organizar el anti sandinismo. Por ahí también pululan algunos empresarios nóveles en la política, con menor visibilidad como José Adán Aguerri y Michel Healy; académicos como Arturo Cruz y políticos tradicionales como Francisco Aguirre[8], Noel Vidaure, José Pallais, Mauricio Díaz y Violeta Granera[9], muy conocidos internamente y con mucho tiempo de bregar en la política, y todos con relaciones históricas y cercanas con EEUU.
En los nuevos líderes democráticos se encuentra un grupo reciente en la política muy articulado al financiamiento de las ONG occidentales, como Medardo Mairena, Lesther Alemán, Mónica López y otros más. Uno ellos, Félix Maradiaga, con un historial personal nada edificante, apareció por Nicaragua a inicios de los noventa del siglo pasado como profesional repatriado y director de una ONG financiada por los EEUU y Europa, que se utilizó también como caja chica para financiar la violencia; Maradiaga se hizo más conocido por sus fotos con Álvaro Uribe y el capo de la droga sintética, Julio Cesar Paz Varela, asesinado en Colombia en 2014, que por sus cualidades académicas.
El segundo grupo, UNAMOS, tiene aristas diferentes. Cuenta con una vieja base de ex militantes sandinistas, entre los que se encuentra Dora María Téllez, Sergio Ramírez, Luis Carrión y otros similares, además de muchos jóvenes cosechados en los centros de capacitación norteamericanos. A ellos se han sumado disidencias del FSLN, con diferentes grados de adhesión, como Víctor Hugo Tinoco, Mónica Baltodano, Gioconda Belli y otros menos conocidos en la política nacional.
Hoy la mayoría de estos grupos se encuentran fuera del país, pero mantienen redes desde varios países, y gozan de financiamiento para moverse por el planeta. Se han vinculado de cerca con algunos gobiernos del vecindario, que se contentan con que el imperialismo les dé una palmadita en la espalda, pero también han tenido algún espacio con los llamados gobiernos progresistas.
Sus demandas son parecidas y repetitivas, apegadas al discurso de los EEUU y Europa, sin preocuparse con las demandas de la población; les es más fácil consumir el discurso enlatado de los DDHH y las libertades democráticas, que pensar.
Todos tienen entre sí, aún hoy, sentimientos mezclados de celos y resentimientos, dependiendo del sector social, la ONG o el partido de origen, pujando cada uno para salir delante del otro, más cerca o separados, dependiendo de los manejos de EEUU y Europa.
La mentira es su principal argumento y les llega ya procesada. Su papel, es repetirla. De ahí, que, a pesar de sus diferencias, su imaginario político es el mismo. Y, no solo eso. Sus libretos repiten los grandes ejes de ataque usados por los funcionarios de EEUU y Europa en los grandes medios de comunicación. Es un guion estándar, en el lenguaje y los argumentos, que incluso repiten algunos medios de izquierda,
No desperdician oportunidad para quejarse ante EEUU y Europa, con el cuento de ahí viene Rusia, China e Irán, en el mejor estilo del… correveidile[10].
Trafican con la honra de la patria, pactan con el enemigo, solicitan medidas coercitivas y sanciones contra el pueblo, sirven de apoyo a la agresión y se arropan bajo sus banderas. Viven, sienten, sueñan y se ilusionan sumisos y obedientes, con que EEUU y Europa les solucionen sus impotencias.
Referencias:
[1] Europa no tiene autonomía en su política hacia América Latina. EEUU piensa por ella, traza la línea y Europa obedece. Y obedecen independiente si son de las tales izquierdas o derechas europeas.
[2] “La Contrarrevolución por dentro”. envio.org.ni. Número 52, octubre 1985. Declaraciones de Edgard Chamorro quien había sido miembro del directorio de la Contra.
[3] Este tipo de recluta no empuña armas; pero alientan a jóvenes, y sobre todo a jóvenes empobrecidos, para que las empuñen.
[4] Jueces del tipo de los que devolvieron, después de la derrota electoral del sandinismo en 1989, hasta varias veces a una misma persona, las propiedades que estaban en manos de campesinos o del Estado.
[5] Como lo hicieron en los gobiernos entre 1990 y 2006, cuando se volcaron a ser empleados públicos y consultores del gobierno, para acaparar los contratos gubernamentales.
[6] Cuando muchos de nuestros vecinos en el continente se encuentran en peores condiciones
[7] No son todos los Chamorro, pero los más notorios.
[8] Ex Canciller, reo confeso y condenado por comprar artículos religiosos robados en una iglesia de Granada.
[9] No es una lista completa. Pero los más conocidos.
[10] https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=604092455099772&id=100064970670713
Muito boa análise para nós, que não somos nicaraguenses, mas que convivemos com uma situação parecida, ainda que mais complexa no nosso amado Brasil.
Excelente analisis
Siempre una visión diferente a la que predomina nuestros medios nacionales, impuesta por hegemonía imperialista, nos ayuda para aclararar mejor el panorama. Las explicaciones simplistas que ofrecen las grandes cadenas internacionales de comunicación no parecen las más objetivas…