San Ernesto de la Higuera, le llamaron los campesinos, Comandante de Latinoamérica, maestro en la guerrilla y ejemplo de abnegación inclaudicable, conmemoramos 55 años de la captura y posterior asesinato de Ernesto Guevara, por sus deseos, simplemente El Che.
Maestro de la Guerra de Guerrillas
En esta ocasión haremos homenaje no a su biografía, sino a sus aportes escritos y análisis que plasmara en papel, para la posteridad, el más grande de los nuestros.
Autor del libro La Guerra de Guerrillas, inspirado por el General Augusto C. Sandino, siendo el Niquinohomeño el máximo exponente en la creación de tácticas de lucha guerrillera; encontró el Che en su ejemplo parte esencial de su vida como soldado de América.
Formado sobre la marcha, con mente de analista y observador, hizo el Che de cada batalla un objeto de estudio, que pondría a ejecución durante su corta pero gloriosa vida, empezó a andar en Guatemala, recibiendo sus primeras clases de manejo de armas, aún tierno en formación ideológica, prendido en la llama de lucha por la justicia.
Pasó por México y se bautizó en Alegría De Pío, sobreviviendo de milagro, aprendiendo de los errores, creció en las arestes montañas del Oriente Cubano y maduró en la llanuras de Villa Clara, para llevar su lucha hacia La Habana y más allá; surcó los ríos del Congo en África y las quebradas en Bolivia, perfeccionando sobre el camino, la técnica de un guerrero.
Nos dejó tres aportes esenciales, entre sus análisis:
- Las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el ejército.
- No siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas.
- En la América subdesarrollada el terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente el campo.» [1]
Inspirando así, guiando con el ejemplo, la formación de decenas de movimientos guerrilleros, muchos triunfantes; analítico y práctico, nos dejó en palabras, cual científico en teoría, sus mejores conceptos sobre la guerra revolucionaria.
«La guerra responde a una determinada serie de leyes científicas, y quien quiera que vaya contra ellas, irá a la derrota… Es natural que las condiciones geográficas y sociales de cada país determinen el modo y las formas peculiares que adoptará la guerra de guerrillas». [2]
Guerrillero y reformador Social
Encontró el balance ideal, entre guerrero y revolucionario, forjando con ejemplo la esencia del ser nuevo, el hombre, la mujer, el humano del futuro; conjugado en los más grandes valores e ideales, haciendo de la adaptación e inventiva un arma de batalla, consecuente a la realidad natural del ser humano, en su búsqueda por la libertad.
Abogó en todo momento por el aprecio a la vida humana, por la ayuda a los más pobres, por el apoyo a los campesinos, alejado de la viciosa versión imperialista que lo muestra como asesino despiadado, fue para quienes lo conocieron, el más humano de la especie misma.
Nunca permitió el ajusticiamiento por diversión, o a quien no lo mereciera, buscaba antes que nada educar al enemigo y hacerlo miembro de su propia causa; enseñó a sus hombres y mujeres que más allá del fusil estaba la tarea del amor, pues como nos dijera «a riesgo de parecer ridículo, el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor».
«Al campesino siempre hay que ayudarlo, técnica, económica, moral y culturalmente. El guerrillero será una especie de ángel tutelar caído sobre la zona para ayudar siempre al pobre». [3]
Fue soldado y también doctor, curando muelas o malaria, atendiendo campesinos allá donde estuviera, del color que fueran, del credo que profesaran; su ideario como médico nos ayudó a superar pandemias más de 50 años después de su muerte física, haciendo uso de su modelo de salud comunitaria, nuestros países revolucionarios atendieron a sus pueblos, salvándolos del COVID 19.
Por la libertad e igualdad de las mujeres
Mentiras podrán contar, de este hombre ejemplar, pero en su legado real está su gran lucha por la igualdad; hizo el Che parte de sus enseñanzas el respeto por la mujer, destacando su importancia, su merecido lugar en la guerrilla como en la historia, en una época de absoluta represión y exclusión femenina, mostró el Che que habría Revolución, solo con la participación de todos y todas.
«El papel que puede desempeñar la mujer en todo el desarrollo de un proceso revolucionario es de extraordinaria importancia. Es bueno recalcarlo, pues en todos nuestros países, de mentalidad colonial, hay cierta subestimación hacia ella que llega a convertirse en una verdadera discriminación en su contra». [4]
Tamara Bunker, Aleida March, Hilda Gadea, Loyola Guzmán, Francisca Bernal, Norberta Pino; todas mujeres esenciales en la vida y lucha del Comandante Guevara, todas cumpliendo importantes tareas bajo su confianza y respeto, fue el Che, realmente, un hombre nuevo, que entendia en la liberación de la clase explotada, la liberación también de la mujer.
Por el Socialismo, contra el imperialismo
Ideales claros, de alta formación política; Marxista, Leninista, Fidelista y Martiano; estudioso de los clásicos, como de la realidad que lo envolvía; anti imperialista, nos enseñó sobre el neocolonialismo y sus formas, viajero observador de su América, conocedor de su historia, logró en su contexto encender la llama de los «Uno, dos, tres Vietnam» que necesitaba el siglo 20, sin imponer su ley, sino las leyes del pueblo, con respeto por los humildes; fuera de idealismos, cuán necesario fue su sacrificio.
«La construcción del socialismo está basado en el trabajo de las masas, en la capacidad de las masas, para poder organizarse y dirigir mejor la industria, la agricultura, toda la economía del país, en la capacidad de las masas para superar día a día sus conocimientos; en la capacidad de las masas en ir incorporando a todos los técnicos, a todos los compañeros que se han quedado aquí para trabajar con nosotros en la tarea revolucionaria, en la capacidad de las masas para crear más productos para toda nuestra población; en la capacidad de las masas para ver el futuro, saber verlo cercano como está en este momento -cercano en dimensión de historia, no de la vida de un hombre-, y emprender con todo entusiasmo el camino hacia ese futuro». [5]
Así honramos al más grande de los nuestros, el mito del guerrero, que por final, encontró la inmortalidad, compartiendo parte de sus enseñanzas, de aquel que luchó contra los formalismos, y contra la injusticia, el que alzó su voz cuando algo estaba mal, quien fuera que lo hubiera dicho, el abuelito Rojo, de las camisas y las gorras, que más allá de su gesta, fue ante los ojos del pueblo, solamente El Che, constructor de escuelas, recolector de caña, soldado de la patria.
Yace para la eternidad, hasta alcanzar el objetivo final; El Che, Comandante, amigo.
Escrito por Alonso.
Referencias:
[1] E, Guevara. Escritos y Discursos. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1977. pp. 33.
[2] E, Guevara. Escritos y Discursos. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1977. pp. 35.
[3] E, Guevara. Escritos y Discursos. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1977. pp. 72.
[4] E, Guevara. Escritos y Discursos. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1977. pp. 131.
[5] V, Pérez G. Un Hombre que Actúa como Piensa. Editora Política. La Habana, 1987. pp. 118.