Locos todos, esos Sandinistas, que sueñan con la unidad sin explotación, por un mundo mejor, vacío de imperios y guerras; rezan así los señores del odio, de la muerte; mientras acá, seguimos firmes en nuestra locura, que se explica en la vida, historia y tradiciones mismas de nuestro pueblo, y te contamos, compatriota opositor, que esta locura, más racional que tú odio, seguro es.
La utopía que no es
“No tenemos otra alternativa que soñar, seguir soñando, y soñar, además, con la esperanza de que ese mundo mejor tiene que ser realidad, y será realidad si luchamos por él. El hombre no puede renunciar nunca a los sueños, el hombre no puede renunciar nunca a las utopías. Es que luchar por una utopía es, en parte, construirla”. T. Borge [1]
Utópicos por convicción de que es posible, porque la experiencia histórica nos lo enseña, utópico era soñar en un mundo sin feudalismo, en una Nicaragua sin Somoza… ¡Que locuras!
Locos por soñar con una patria inmensa y de todos, locos por unir a evangélicos con católicos, a mormones, musulmanes y no creyentes, locos por llenar de respeto y libertad a la nación, por ver en los mercados y barrios las sonrisas del trabajo, de la lucha y resistencia; ¡estamos todos locos!… Por exaltar al obrero y apresar al criminal, por defender con locura la paz, por devolver las tradiciones a sus dueños, por ser más que nunca, defensores de la vida y la verdad.
Rezarán mil maldiciones, refugiados en sotanas y techos de oro, mientras la fe se mueve en las calles y casas, en los corazones de quiénes la profesan; más allá del poder imperialista de manipular, encontramos en lo más profundo de nuestro pueblo la verdadera razón de sus creencias, libres y personales; innegociables, no privatizables.
Libertad de culto, no de odio
Profesaba el Cristo humilde que más fácil para el camello pasar en el ojal, que para el rico al reino entrar, así, mientras expulsaba a los ambiciosos, les recordaba el valor de la humildad, esa que no está en sus exhuberantes cáliz de oro y plata, en sus cruces europeas o en las sotanas de lino fino; no, la humildad que está en el chinegro que ajustó para la pintura, en el anciano que camino kilómetros por su cultura.
La humildad del campesino que le reza a la madre tierra por un poco más de agua para el cultivo; esa es, la libertad de culto, que no está en redes o documentales extranjeros, la que se niegan a reconocer y la que parecen ignorar.
«Es fundamental en el Frente Sandinista la unidad entre los verdaderos revolucionarios y los verdaderos cristianos; es la unidad que forjaron, fusil en mano de la América oprimida, el comandante Ernesto Che Guevara y el sacerdote Camilo Torres». C. Fonseca [2]
No creemos en su falso cristianismo, que le niega al pobre luchar en vida por el paraíso, y le ofrece resignación como consolación; creemos en la fe que mueve masas, que carga a sus espaldas el futuro del prójimo, para brindarle en vida, la tan ansiada consagración.
Porque Sandinistas y Cristianos van de la mano, compartiendo trincheras y fusiles, metrallas y oraciones, hacia el pueblo y hacia Dios; nos llamarán locos, por juntar en un solo frente, enemigos del pasado, envueltos hoy en día, bajo una misma lucha.
¿No te duele asesinar?
Rezan en un mar de hipocresía, que les duele respirar; mientras, por detrás están en fiestas y jolgorios, proclamando ser reprimidos por su fe, cuando esta falsamente así llamada, celebraba sin mesura, la muerte de nuestros hermanos.
No te dolía ver seres asesinados, aunque tú «fe» habla de no matar, ni seres torturados, o calcinados, cuando por redes, como menos que ratas los mirabas, y Nicaragua dijo basta, no mas usurpación, y recuperó de golpe lo que por años le fue arrebatado, demostrando así, que las tradiciones son del pueblo, humilde y trabajador.
No nos duele respirar, nos duele la mentira, y más aquella que viniendo de fuera, hace eco en corazones de traidores; tu celular puedes usar, pero no para acosar, tu fe puedes profesar, pero sin a tu hermano lastimar.
Aquí estamos los locos, los utópicos, los Sandinistas, que construyen dia a día, una patria para ti, que nos quieres exterminar y también para el militante, que por la revolución su vida está dispuesto a entregar, y así, a pesar de tu traición, siempre tienes un espacio en esta nación.
«Los revolucionarios marxistas continúan y robustecen las tradiciones de la defensa de los humildes que tienen entre sus principales precursores históricos a los primitivos cristianos, muchos de los cuales, lo mismo que los revolucionarios de hoy, dieron generosamente la vida, para que un día los pobres tuvieran justicia. Esta verdad fue comprendida por el sacerdote Camilo Torres, quien heroicamente expuso y entregó su vida empuñando el fusil guerrillero al Iado de los defensores de los explotados de Colombia». C. Fonseca [3]
Nicaragua Cristiana y también socialista
¡Entre cristianismo y revolución, no hay contradicción!… Seguros de que el camino a recorrer es duro, y seguros que el objetivo es nuestro, acompañados de la fe de nuestro pueblo, y la ciencia del socialismo, contra el enemigo común de la humanidad, en cultos y procesiones, con teléfono en mano y fusil al hombro, libres de vivir y creer, también de defender, ante la mentira y manipulación, la paz y progreso de toda una nación.
Que sean uno, dos, tres, los documentales y noticias falsas que quieran, pues cuando la verdad es tuya, no hay reacción que te detenga, con esfuerzo, humildad, trabajo y unidad, no importa cuantos intentos de golpe de estado puedan fabricar, si hay algo de lo que estamos seguros, es que ¡No pudieron, Ni podrán!.
Patria Libre o Morir.
Escrito por Alonso.
Referencias:
[1] https://cuadernosandinista.com/2020/05/03/tomas-el-amanecer-dejo-de-ser-una-tentacion/
[2] [3] Fonseca, C. Obras Tomo 1, Bajo la Bandera del Sandinismo. Editorial Nueva Nicaragua, 1982.