Camilo Torres Restrepo fue un sacerdote católico colombiano que cayó en combate el 15 de febrero de 1966 en Patio Cemento, Santander-Colombia. Reconocido por ser pionero de la Teología de la Liberación, cofundador de la primera facultad de Sociología de América Latina en la Universidad Nacional de Colombia y miembro del grupo insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Nació en Bogotá el 3 de febrero de 1929, y durante toda su vida promovió el diálogo entre el marxismo y el cristianismo. Fue capellán de la Universidad Nacional de Colombia, estimuló los trabajos sociales en áreas marginadas y enseñó sociología en la Facultades de Economía y Sociología.
En 1961, sus posiciones en defensa de los estudiantes le crearon conflictos con la jerarquía eclesiástica y con el establecimiento político, por lo que debió retirarse de la capellanía de la Universidad y pasó a una parroquia.
A mediados de 1964, se agudizó el conflicto de orden público en Colombia y en 1965 hizo su aparición en el ELN, un grupo insurgente inspirado por la revolución cubana. El padre Camilo, decidido ya a impulsar una clara acción política, lanzó en Medellín la plataforma de un movimiento que debería unificar los distintos grupos populares y revolucionarios: el Frente Unido.
«La Revolución, por lo tanto, es la forma de lograr un gobierno que dé de comer al hambriento, que vista al desnudo, que enseñe al que no sabe, que cumpla con las obras de caridad, de amor al prójimo, no solamente en forma ocasional y transitoria, no solamente para unos pocos, sino para la mayoría de nuestros prójimos. Por eso la Revolución no solamente es permitida sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos». Camilo Torres, 3 de agosto de 1965.
El Cura Guerrillero
Recibió instrucción militar del comandante del ELN, Nicolás Rodríguez, «Gabino», solo estuvo cuatro meses en armas. Aunque participó activamente durante mucho tiempo en la lucha social, a la cual se dedicó con ahínco siendo capellán de la Universidad Nacional.
Tenía más de una década con la intención de ingresar al ELN, con el cual había entrado en contacto a través de células de simpatizantes en la Universidad Nacional. Tenía 36 años y aunque estaba decidido a dar hasta la vida por las ideas que defendía, no sabía que escasamente alcanzaría a cumplir los 37 antes de morir en uno de sus primeros combates.
Parte del reportaje «El día que el padre Camilo Torres aprendió a disparar», señala que «no era muy bueno con las armas, dicen las pocas personas que lo vieron monte adentro. Incluso lo deja entrever el hombre que le dio instrucción militar, quien para ese entonces era más bien un niño: Nicolás Rodríguez Bautista, el mismo al que desde entonces todo el mundo conoce como “Gabino” y que ahora es el máximo jefe del ELN».
En su corta estancia en el ELN, proveyó de asistencia espiritual e ideológica desde un punto de vista marxista-cristiano a los insurgentes analfabetas.
De acuerdo con Gabino, en ese octubre de 1965 en el que Camilo Torres llegó al campamento de los alzados en armas, hubo gran sorpresa pero pocos de sus compañeros reconocieron al clérigo alto y ojiazul que desentonaba entre los campesinos del grupo. «¿Un cura sin sotana y que iba a echar bala? muchos no entendían las razones de la presencia del cura.
Camilo proponía que el poder estuviera en manos de las mayorías, decía: “el pueblo tiene derecho al poder. Hay que preguntarle a la oligarquía como lo va a entregar. Si lo entrega pacíficamente, lo tomaremos pacíficamente, pero, si decide entregarlo por la violencia, nosotros lo tomaremos violentamente», señala el investigador de la Fundación Colectivo Frente Unido Nicolás A. Herrera Farfán.
El 15 de febrero, tropas de la Quinta Brigada, dirigida entonces por el coronel Álvaro Valencia Tovar, mataron al Cura Guerrillero, cuando trataba de apoderarse del fusil de un soldado.
Tras su muerte, Camilo Torres Restrepo se convirtió en un mártir oficial del ELN.
Influyó en la opción de muchos sacerdotes y religiosos durante los quince años siguientes, y sus ideas marcaron la mentalidad de los teólogos de la Liberación y de los grupos insurgentes.
Los restos de Camilo Torres Restrepo
El investigador Nicolás Herrera Farfán resalta en una entrevista que la clase gobernante colombiana nunca le perdonó a Camilo Torres que los hubiera traicionado. Y en política, la traición se paga con la muerte.
No fue suficiente con matarlo «se necesitó esconderlo (su cuerpo) y tratar de borrar todo rastro de memoria. La mancha dejada por su traición debía desaparecer del imaginario cotidiano y del relato de Nación. Y una manera de anularlo históricamente, fue reducirlo a la imagen mesiánico-militarista de “cura guerrillero”, explica Herrera.
El pedido de los restos del Cura Guerrillero, ha sido un reclamo histórico, iniciado por su propia madre. En 50 años el reclamo ha sido acogido por movimientos sociales, populares y eclesiales; también por el ELN. Algo que va mucho más allá de la insurgencia.
El arzobispo de Cali, Monseñor Darío de Jesús Monsalve, ha asumido el pedido público, casi al mismo tiempo que familiares y amigos de Camilo adelantaban medidas judiciales.
En enero de 2016 el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos ordenó la búsqueda de los restos del sacerdote Camilo, el mandatario manifestó que la entrega del cuerpo sería un «gesto simbólico» en el inicio de un eventual proceso de paz con el ELN.
El 25 de enero se realizaron las operaciones de exhumación en el cementerio municipal de Bucaramanga a petición de la familia del sacerdote Camilo Torres Restrepo. Luego de las investigaciones la Fiscalía General de Colombia dio a conocer que los restos exhumados no correspondían al líder, después de tres meses se conoció la respuesta.
Fuente: TeleSur