Muchas gracias, estimado presidente, Dr. Gustavo Pórras, junta directiva, plenario de la Asamblea Nacional, a las familias nicaragüenses que siempre están pendientes de la discusión de este poder legislativo. Es para mí un honor, como ex procurador de la niñez y la adolescencia expresar esta mención especial relacionada a la convención de los derechos del niño y la niña.
La convención de los derechos del niño y la niña fue elaborada en un proceso de 10 años y en su construcción participaron representantes de diferentes culturas, religiones y modelos políticos y jurídicos.
La convención sobre los derechos del niño y la niña fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989. Estamos cumpliendo 32 años de este tratado planetario de los derechos de la niñez.
El gobierno revolucionario de Daniel Ortega en 1989 firmó la convención y luego siguió su curso para que Nicaragua fuera Estado parte y lo somos desde 1990. En 1995 la convención se incorporó al texto constitucional en su Art. 71 que expresa literalmente: “en Nicaragua, la convención de derechos sobre el niño y la niña tiene plena vigencia”, es decir, es parte de la constitución política; todos los derechos individuales y colectivos plasmados en la convención sobre los derechos del niño y la niña.
Esta convención es el tratado de derechos humanos que más ratificaciones tiene dentro de los instrumentos jurídicos internacionales dentro de las Naciones Unidas. Todos los Estados miembros de la ONU han ratificado la convención. Todos, excepto tres: Somalia, Sudán del Sur y Estados Unidos.
Y es que Estados Unidos no ha ratificado casi ningún tratado de derechos humanos, solo ha ratificado cinco de los dieciocho tratados internacionales de derechos humanos. Ellos andan como jueces del mundo exigiendo cumplimiento de derechos humanos y ellos nos e han comprometido con distintas generaciones y familias de derechos humanos. No se han comprometido con los derechos económicos, sociales y culturales, ni con los derechos de las mujeres, ni con los derechos de los pueblos originarios, ni con los derechos de los trabajadores migrantes y sus familias, ni con los derechos ambientales y tantos otros compromisos globales de derechos humanos. Tampoco se han comprometido con los derechos de la niñez.
La convención sobre los derechos del niño y la niña reconoce todos los derechos para todos los niños y niñas, derechos civiles como el derecho a la vida, la identidad, la nacionalidad, derechos de libertad, derechos sociales como la educación, la salud, la vivienda, el agua potable, la cultura, los deportes, la recreación, derechos políticos que son los derechos de protagonismo de la niñez, derecho a familia, como el derecho a tener una familia y la protección de esta, entre tantos otros derechos.
La convención ha sido traducida en Nicaragua a varias leyes, dos de las más importantes es el código de la niñez y la adolescencia y el código de familia, sin embargo, los derechos reconocidos en la convención estuvieron congelados, sepultados durante tres gobiernos libero-conservadores que gobernaron Nicaragua desde 1990 hasta 2006.
Esos gobiernos no tenían la más mínima sensibilidad con los derechos de las niñas y los niños. Los gobiernos neoliberales no tenían ni una pisca de compromiso con los derechos de la niñez. Los chavalos, las chavalas vivían en condición de pobreza, exclusión social y eran víctimas de violaciones fragantes a sus derechos.
A partir del año 2007, que asume el gobierno del Comandante Daniel Ortega, conformando un gobierno de reconciliación, de unidad nacional, un gobierno de Paz y bien común, un gobierno que restituye y hace realidad todos los derechos humanos, incluyendo, por supuesto, los derechos de la niñez y la adolescencia.
Nuestra Revolución es una Revolución de derechos, una Revolución de amor que ha colocado a los niños y las niñas en todo lo que hace. Nuestra Revolución jurídica y social ha traducido cada uno de los derechos reconocidos en la convención y los ha transformado en programas sociales. Por ejemplo, el programa amor, dirigido a la niñez en general con énfasis a la niñez en situación de riesgo. El programa amor por los más chiquitos dirigido a los niños y niñas de 0 a 6 años, la hoja de ruta de erradicación del trabajo infantil, dirigida a prevenir el trabajo, la explotación económica de los niños y las niñas y la protección de los adolescentes trabajadores. El programa PROCOSAN (Programa Comunitario de Salud y Nutrición), dirigido a garantizar salud en la niñez, el programa merienda escolar dirigido a garantizar seguridad alimentaria a los niños y niñas en las escuelas, el programa mi derecho a un nombre, dirigido a materializar el derecho a la nacionalidad y la identidad de los niños y las niñas, así como los programas dirigidos a la niñez de los pueblos originarios y afrodescendientes, componentes del programa todos con voz, dirigido a la niñez con discapacidad, entre tantos otros programas. El derecho a la educación gratuita y de calidad, pertinente e inclusiva, la construcción de escuelas, de preescolares, de colegios de secundarias, de institutos tecnológicos, de recintos de educación superior hacen realidad los derechos a la educación de la niñez y la adolescencia.
Los derechos de recreación, centenares de parques multicolores, parques vivos, como el arcoíris en toda la geografía nacional encontramos parques limpios y bonitos, hasta el último Municipio, hasta la comunidad más recóndita encontramos parques que son espacios de felicidad para los niños y las niñas.
En el derecho a la salud, hemos logrado masificar la vacunación en los niños y las niñas, 97% en la cobertura de vacunación en la niñez. Y vamos caminando hacia la universalización de las vacunas, eso ha permitido reducir la mortalidad infantil, la morbilidad infantil y mejorar las condiciones y calidad de vida de la niñez por medio del modelo de salud familiar y comunitario.
Los niños y las niñas tienen garantizado sus derechos en el presupuesto general de la república hay partidas presupuestarias específicas dirigidas a garantizar y hacer realidad cada uno de los programas que he mencionado.
Hemos ampliado la cobertura, la calidad, y todos los indicadores de educación.
Los niños y las niñas seguirán siendo la prioridad de nuestra Revolución; Revolución de derechos; Revolución que mejora las condiciones de vida de la niñez y sus familias.
Seguiremos celebrando la convención de los derechos del niño y la niña, no solamente en un día, no solamente en un momento de efeméride, sino que todo el período 2022 – 2026 seguiremos haciendo realidad los derechos de la niñez porque es un eje transversal en el Plan de Lucha contra la Pobreza y para el Desarrollo Humano.
Muchas gracias estimado presidente, hermanos y hermanas de esta Asamblea Nacional
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