Un proceso de resistencia que no termina, que se ha forjado en la sangre de inocentes; jornada que inició el 17 de Abril de 1523 cuando Diriangén, junto a 4 mil indígenas enfrentara por primera vez a Gil González Dávila.
Hoy conmemoramos un año más de resistencia indígena, anti colonial y acerada en años de dolor, muerte y valentía. Se trató de una lucha general por la vida, por la existencia, donde tribus que no habían luchado más que entre ellas por territorios, ahora enfrentaban a un imperio y sus bandas conquistadoras.
Fue el oro y un estrecho paso para conectar ambos océanos el principal botín que motivaba a los Españoles, sumado al incesante deseo de su Reinado por ampliar sus territorios; bandas de imperialistas decididos a saquear las tierras de Nicaragua y exterminar su cultura.
«Los naturales presentaron desde el principio una tenaz guerra de resistencia. Se encontraron de improviso invadidos y guerreados de manera cruel. Se les quitaba bienes, mujeres, se les esclavizaba y mataba, se destruían sus templos y sus sacerdotes eran quemados en la hoguera». [1]
Pero su resistencia no pereció, fueron precisamente los pueblos sojuzgados del Pacífico, junto a las tribus del nor oriente del territorio quienes de forma decidida continuaron luchando durante los siglos XVII y XVIII, manteniendo viva la lucha de Diriangén, Adiact y Tenderí; de los Wawas, Tonglas y Ramas.
Esta heroica resistencia no se limitaba al combate y la guerra, se expandía en lo ideológico, la batalla por la identidad, la cultura y las tradiciones, fue con un costo muy alto y en la clandestinidad que se preservaban las costumbres más autóctonas, siendo poco a poco exterminadas por la política de opresión militar, económica e ideológica de la colonia.
De las raíces de esta resistencia por la dignidad, libertad y soberanía de Diriangén, nace la identidad de los nicaragüenses, un pueblo en permanente resistencia, que recoge de su historia los objetivos del mañana; y que ha encontrado a través de los siglos, tan valientes caciques como Benjamín Zeledón, Cleto Ordóñez, José Dolores Estrada, Augusto C. Sandino, Carlos Fonseca o Daniel Ortega.
Por esto hoy no solo recordamos la rebeldía de nuestros caciques, sino, los conmemoramos admirando y persiguiendo su ejemplo de valor, su entrega; continuando la lucha en resistencia por la vida, por la patria, por la libertad y la revolución.
Escrito por Alonso.
Referencias:
[1] Wheelock, J. Raíces indígenas de la lucha anti colonialista en Nicaragua. Editorial Nueva Nicaragua. 1981. pp.19.