El Frente Sandinista de Liberación Nacional tampoco sustituye al pueblo, deben estar claros de esto los dirigentes y debe estar claro el pueblo, aunque el Frente Sandinista está en la obligación histórica de colocarse a la cabeza del pueblo para luchar en la defensa de éste y de otras decisiones que toma la revolución.
Algunos ilusos creen que hemos fracasado como opción política. Y uno se pregunta: ¿Cómo es posible que el pueblo siga apoyando un proyecto político fracasado? El pueblo sabe que éste es un proyecto político lastimado por la agresión, acribillado a balazos; calumniado, rodeado de mentiras obscenas; inverosímiles y descomunales. El pueblo sabe que éste es un proyecto político que quiere ser eliminado por las antiguas minorías que dominaban al país; quieren destruirlo los que nos impusieron una dictadura de cincuenta años. El pueblo sabe que hay lobos con piel de lobos y que hay que lobos con piel de cordero.
El pueblo sabe la verdad de todo. Nadie puede engañar al pueblo.
¿Acaso alguien nos dijo alguna vez que la soberanía no se discute, sino que se defiende con las armas en la mano? ¿Y qué ha hecho el pueblo, sino defender la soberanía nacional con las armas en la mano?
Cuando nosotros hablamos de pueblo no estamos hablando de una categoría abstracta o de una noción teórica. No es que hayamos consultado los libros de Montesquieu, hablamos de hechos reales, de conceptos concretos, hablamos de la mayoría de la población que desempeña distintas funciones en el aparato productivo, es decir, hablamos de obreros, de campesinos, de artesanos, de estudiantes, de profesionales.
El pueblo al que nos referimos tiene una intuición ancestral que detecta a su enemigo histórico con la misma facilidad que reconoce en el sandinismo su única alternativa, no digo simplemente una alternativa, digo – repito – la única alternativa posible. No hay otra alternativa en Nicaragua que el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Esa es la única explicación por la que asumimos las dificultades. Esta es la única explicación de por qué asumimos todos estos retos, y ésta es la única explicación también por el precio que tenemos que pagar por nuestra soberanía, por nuestra dignidad.
Las maniobras ideológicas de nuestros enemigos, fracasan porque no han logrado entender lo que es el pueblo. Cuando hablamos de pueblo, nos referimos a mayorías, no hablamos de esos grupejos aislados, insignificantes, con una voz que no se escucha ni a cinco centímetros de la conciencia del pueblo y, por lo tanto, nos referimos a la verdadera democracia.
Cuando se habla de democracia, si no se quiere hablar basura, hay que hablar de mayorías. El pueblo es el único depositario de una verdadera democracia y no puede haber democracia si no hay una mayoría que la respalde. Somoza habló de democracia, pero para hablar de democracia hay que hablar de mayorías; hay que hablar de pueblos revolucionarios; para hablar de democracia en este país hay que hablar de Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Nos hemos fajado de verdad, con el país capitalista más poderoso del mundo y lo estamos derrotando. Lo hemos derrotado en el ring de la diplomacia y en el campo de batalla.
A sus voceros de aquí, de allá y de más allá, les decimos que también vamos a derrotarlos en las luchas gremiales, en las contiendas ideológicas, en las urnas electorales, vamos a derrotarlos en las conciencias y en las calles, vamos a derrotarlos en la arquitectura de los poemas, en el ritmo de las danzas, de la alegría del canto. Vamos a derrotarlos jugando limpio, mirándolos a los ojos, sin que nos tiemble la voz ni las rodillas.
Vamos a derrotarlos porque defendemos la causa de los pobres, la causa de los explotados. Vamos a derrotarlos, porque no les tenemos miedo a nada ni a nadie, vamos a derrotarlos porque defendemos la causa de los que no tienen nada que perder ya, perdieron sus cadenas; vamos a derrotarlos, porque defendemos la causa de un pueblo libre, soberano, digno e independiente, que no le tiene miedo a la vida y que no le tiene miedo a la muerte, que desafía a la muerte teniéndole amor a la vida.
La victoria – enemigos del pueblo – nos pertenece, porque es la victoria del pueblo, y el pueblo es inmortal.
¡¡¡Patria Libre o Morir!!!
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Referencias
Extractos del discurso del Comandante Tomás Borge en la conmemoraciónd el X Aniversario de la caída del Comandante Camilo Ortega y del X Aniversario de las Milicias Populares Sandinistas, 26 de febrero de 1988.