Por Cuaderno Sandinista
En la larga cadena de hombres que sostuvieron la dignidad e independencia de Nicaragua frente a la intervención extranjera y la dictadura, el nombre del General Juan Gregorio Colindres brilla con particular firmeza. Campesino de nacimiento, jefe de guerra por convicción y corazón, Colindres encarnó la continuidad entre la épica del General Augusto C. Sandino y las nuevas generaciones que mantuvieron la llama antiimperialista viva hasta alcanzar la liberación popular.
De la tierra a la guerrilla: formación de un jefe
Nacido en 1890 en el municipio de Murra, departamento de Nueva Segovia, Juan Gregorio Colindres fue hijo del trabajo y de la tierra. La agitación de los años veinte lo llevó a incorporarse en 1926 a las columnas de la Guerra Constitucionalista y, pronto, al lado del General de Hombres y Mujeres Libres. Fue uno de los veintinueve hombres que rechazaron la rendición impuesta por el llamado “Pacto del Espino Negro” (4 de mayo de 1927) y, el 2 de septiembre de 1927, firmó la histórica “Pauta de la Organización de las Fuerzas Defensoras del Derecho Nacional de Nicaragua”, acto fundacional del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (EDSNN), con la divisa “Patria y Libertad”.
Su formación militar —forjada en la práctica y la necesidad— lo condujo a convertirse en Jefe de la Columna Nº 4, responsable de las zonas de Somoto, Ocotal, Quilalí y El Jícaro, y posteriormente jefe de expediciones y operaciones en Estelí, Chinandega y León, al frente de contingentes que llegaron a reunir alrededor de ciento cincuenta hombres.
En combate contra la ocupación: acciones que forjaron su leyenda
La hoja de servicios del General Colindres está marcada por combates donde la voluntad y el arrojo suplieron la inferioridad técnica frente al invasor. Entre las acciones que dan cuenta de su valor y capacidad táctica destacan:
-
La Conchita (1 de noviembre de 1927).
-
Las Cruces, Quilalí (1 de enero de 1928).
-
El Valle de Las Zapatas, León (29 de noviembre de 1931).
-
Ataques a Chichigalpa y Santa Isabelia (finales de noviembre de 1931).
-
Ataque al campo de aterrizaje en Santa Clara, Nueva Segovia (21 de abril de 1932).
Sobre la confianza de Sandino en sus hombres, es ilustrativa la referencia que el propio General de Hombres y Mujeres Libres hizo acerca de Colindres:
“Trabajaba en las minas de San Albino cuando se vino conmigo. Fue de los que me acompañaron a Puerto Cabezas en mi primer gira en busca de armas”.
Esa frase compacta la experiencia compartida: hombres humildes que dejaron sus oficios y tierras para hacer del combate la escuela de la soberanía.
Resistencia tras el magnicidio y nueva insurgencia en 1948
Tras el vil asesinato de Sandino en 1934 y la feroz cacería desatada por la Guardia Nacional, Colindres permaneció en la clandestinidad en las montañas del norte. Buscó apoyo en Honduras y El Salvador para sostener la lucha, demostrando que su compromiso no era con un jefe, sino con una idea: la independencia de Nicaragua.
En 1948, ante la consolidación de la dinastía somocista, reorganizó esfuerzos y estableció contactos con presidentes de la región. Sus gestiones y liderazgo permitieron la creación de un movimiento guerrillero que en su apogeo llegó a reunir cerca de doscientos hombres; en septiembre de ese año operó con unos cuarenta combatientes en Murra, Nueva Segovia, para golpear la estructura represiva del régimen.
El 29 de septiembre de 1948, en el sector de La Paz —frontera con Honduras—, el General Juan Gregorio Colindres cayó en combate frente a la Guardia Nacional. Fue sepultado en su Murra natal. Su tránsito no apagó la memoria: su ejemplo siguió alimentando la resistencia y la construcción de un proyecto de liberación nacional.
Voz desde el campo: una carta que habla al pueblo
Entre los documentos que legó, la transcripción de una carta enviada desde el “Campo de Operaciones del ejército defensor de la soberanía nacional de Nicaragua”, fechada el 23 de junio de 1931, revela su talante humano y estratégico. En ella Colindres se dirige a un teniente campesino para infundir confianza y llamar a la paciencia y fe en la causa. Reproducimos fragmentos tal cual fueron transcritos:
Campo de Operaciones del ejército defensor de la soberania nacional de Nic.
Junio 23 – de 1931
Sr. Teniente
Faustino Gonzales- “Las Cañas”
Estimado hermano en la patria
Recibí su Atta noticia fecha 20 de la pte. en la que se sirve participar del movimiento del enemigo, y a la vez, se solicita informaciones de nuestra causa libertadora.- A este respecto debo manifestarle que: la situación de nuestra causa en esta época es envidiable, es decir que muchos de nuestros enemigos quisieran encontrarse ocupando el lugar del último de nuestros soldados; -Paulatinamente están reconociendo la imposibilidad de vencer a nuestro triunfante ejército y por otra parte, los que hoy están contra nosotros están echando sin ninguna, esperanza la única recompensa que tendrán será la de ser decapitados en cualquier momento, pues ni de sus mismos amos a quien ellos veneran, tienen garantías y el estigma del Traidor los denunciara ante nuestro ejército. Así pues tanto Ud., como los vecinos de esa aldea deben Tener paciencia y fe en el triunfo de nuestra Causa.
El poder de Dios es más grande que todos los poderes humanos y nuestro ejército es amparado por esta Justicia Divina puesto que defendemos una causa justa. Con creses retorno los recuerdos a todo ese vecindario y que su (Ilegible) Lo tengan siempre levantado que muy pronto saldremos de este Calvario.
Sinceramente vuestros hermano.
Patria y Libertad
General y Jefe Expedicionario
F I R M A
Esa misiva —palabra a palabra— revela al jefe que no solo manda, sino que entiende la necesidad de sostener la moral del pueblo y de las comunidades que sufren las consecuencias de la guerra. Habla de la confianza en la justicia de la causa y la certeza de la victoria, rasgos que atraviesan toda su trayectoria.
Reconocimientos y vigencia del legado
El tiempo ha reconocido a Colindres como figura fundacional de la resistencia antiimperialista nicaragüense. En 1985, durante la etapa del Ejército Popular Sandinista, se nombró un Batallón de Lucha Irregular “Juan Gregorio Colindres” en homenaje a su entrega. Más recientemente, por Orden Nº 50 del 16 de diciembre de 2013, el Ejército de Nicaragua instituyó el nombre del General Juan Gregorio Colindres para un Batallón de Infantería Mecanizada de la Brigada “General Augusto C. Sandino”.
Su vida sintetiza una lección que sigue vigente: la libertad exige constancia, disciplina y la valentía de estar del lado del pueblo. En sus palabras de otros tiempos y en su conducta —en la plaza de combate o escribiendo a un teniente de aldea— se lee el compromiso irrevocable con la soberanía.
“Yo no estoy dispuesto a entregar mis armas…”
La frase del Jefe Supremo Sandino que encabeza los relatos de aquellos años —“Yo no estoy dispuesto a entregar mis armas en caso de que todos lo hagan. Yo me haré morir con los pocos que me acompañan porque es preferible hacernos morir como rebeldes y no vivir como esclavos”— reverbera en la vida de Colindres: no como literatura, sino como decisión de carne y fusil.
Hoy, al recordar al General Juan Gregorio Colindres, celebramos esa decisión: la de quienes prefirieron la muerte digna a la vida sometida, la de quienes dejaron la tierra para empuñar la libertad como bandera. Honor y gloria a quienes hicieron de Nicaragua un país con memoria y con patria.
¡General Juan Gregorio Colindres — Presente!