Por: Carlos Santa María
Definitivamente no entender que el terrorismo, manifestado en desmembramiento de cuerpos, descuartizamiento, degollamiento, uso de veneno, explosivos, ahorcamiento, con detonaciones públicas, genocidio de pueblos, sin pensar en los costos de gente inocente, es decir, como “daños colaterales”, es la esencia del capitalismo, significa errar descarnadamente en el enfoque de un enemigo que no posee sensibilidad humana. Lo reconfirma la reunión de la OTAN, la Unión Europea, EE.UU., con Zelenski, donde se estudiaría el envío de un contingente militar europeo a Kiev, lo que forzaría a una confrontación militar directa con Rusia, alcanzando criminalmente la opción nuclear.
El espíritu takfirí corroe las naciones occidentales, iniciando por el genocidio de los indios americanos desde Estados Unidos, “enriquecido” por los reinados belgas donde cortaban las manos a sus esclavos jóvenes y niños para enseñar mansedumbre a través del terror, base histórica del genocidio israelí en Palestina.
Actualmente el terrorismo es el arma más empleada por la OTAN intentando crear en todo punto posible destrucción, desestabilización, muerte y genocidio.
El caso Kirilov
El atentado ordenado por Zelenski al teniente general Igor Kirilov en Moscú, con toda la logística occidental y preferentemente de USA-Gran Bretaña, confirma que se ataca a personas sin defensa como la periodista rusa Daria Duguina, que está en la esencia occidental utilizar el sabotaje como North Stream y el crimen sicarial como parte de su esencia macabra. Obviamente ya fue reivindicado por Ucrania, sin mencionar (ocultando) los gobiernos cómplices.
Asimismo, la maldad mediática se ejemplifica con el “periodista” alemán y rusófobo, Julian Röpke, diciendo: “Fue un proceso rápido. Apenas 20 horas después de que el fiscal general de Ucrania acusara a Kirillov de usar armas químicas, esta mañana en Moscú se ejecutó la sentencia de muerte”.
Nunca hay que olvidar que el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica del Ejército de Rusia, expuso públicamente las más de 300 estaciones de guerra biológica establecidas en el mundo por EE.UU. y que con ello debilitó enormemente su poder macabro. Esto no fue perdonado por la mentalidad de sicarios en el occidente, recordando que los tres principales jefes militares de la República Popular de Donetsk, murieron de la misma forma.
La casi inmediata detención de un sospechoso que confirmó el pago de 100 000 dólares y su residencia en un país europeo ofrecido, demuestra la inteligencia rusa, su operativdad y eficiencia.
Lo inverosímil y ajeno a la estrategia político-militar es seguir apelando a la legalidad internacional, la cual ha sido violada por siglos, exhortar a la comunidad internacional que no existe, a las Naciones Unidas en tanto organización experta en discursos, condenas e inacción total en este siglo XXI, junto con la creencia en la Corte Penal Internacional (CPI) cuyos mandatos solo se ejecutan si corresponde a líderes de países soberanos.
Por tanto, el análisis debe ser enfocado con base en la realidad y las tres evidencias más importantes hoy día:
1. El terrorismo y el asesinato de líderes autonómicos seguirá insistentemente y aumentará en la medida que el Hegemón vaya disminuyendo su poder. Hacer frente a esa opción es un deber ineludible.
2. La situación actual del mundo económico cada vez abre más puentes para el comercio equitativo entre naciones progresistas y debe hacia allá marchar toda la línea de contacto económico.
3. La fortaleza del Eje de la Resistencia mundial es cada día más alto y superando conflictos como el de Ucrania, confrontará con claridad al mundo capitalista neocolonial. La Resistencia en Asia Occidental crecerá en la medida que se ponga fin de una vez al genocidio de Netanyahu, obediente de la orden dada desde el Norte de América.
¿Qué hacer?
Primero: establecer una alerta general sobre los líderes soberanistas, ya que solo algunos han sobrevivido como el presidente eslovaco Robert Fico. La prevención es diferente a la valentía, pues lo primero protege la vida de los valientes.
Segundo: seguir pensando que es ético hacer una guerra legal cuando el enemigo mata a sus soldados y civiles de forma vil o con armas biológicas, obliga a un análisis real, concreto, de la forma de la guerra. Los rusos y los iraníes han actuado moderadamente.
Tercero: la desesperación de la derrota incita a seguir acudiendo a la creación y uso de grupos terroristas como fue Al-Qaeda, Al-Nusra, Daesh.
Cuarto: la confrontación mediática será cada vez mayor de tal forma que la propaganda y falsificación de la realidad, inundarán todos los Medios Masivos de Desinformación (MMdeD), sin condenar el terrorismo, insistiendo en culpar a Bashar al-Asad, con el fin de apoderarse de toda Siria se volverá evidente. De terroristas pasaron a ser considerados, hipócritamente, como tecnócratas, rebeldes, insurgentes, milicianos, lavando todo su historial delictivo y ocultando el degollamiento como su arma preferida. Esta confrontación debe ser ganada también.
Las conclusiones más importantes son de estrategia militar que no serán dados a conocer nuevamente alertando a los enemigos: contra el terrorismo no se puede actuar con vacilación ni consideraciones “caballerescas” o de “honor” ya que todas fueron violadas.
La guerra del mundo multipolar contra el Hegemón debe ser ganada completamente, o sea, en todos los campos de tal modo que desaparezcan las sanciones y sea efectiva la derrota militar o su retroceso en condiciones de temor real.
Cuando en las Naciones Unidas 119 países acaban de votar a favor de combatir la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas semejantes, 53 en contra incluidos Australia, Alemania, Corea del Sur, Francia, Japón, España, EE.UU., Italia, Reino Unido, Ucrania, y 10 se abstuvieron, quienes son los destructores de la Humanidad está absolutamente claro.
Fuente: HispanTv
Interesante artículo, para quienes le damos seguimiento a las acciones de los países neofascistas que en su agonía se vuelven peores llegando a sacar las uñas de lo que realmente son, terroristas.