Por: Seyyed Ali Reza
El colapso del país árabe comenzó poco después de que se anunciara un alto el fuego en el Líbano a principios de la semana pasada, tras casi 70 días de agresión desenfrenada por parte del régimen israelí, que se cobró miles de vidas civiles, pero no logró ningún objetivo militar significativo.
Los grupos militantes merodeadores, liderados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS, anteriormente conocido como Frente al-Nusra), lanzaron una ofensiva ultrarrápida sobre Alepo, seguida de rápidos avances en Idlib, Hama y Homs, para finalmente invadir Damasco la mañana de este domingo.
A pesar de la resistencia inicial del Ejército Árabe Sirio, las fuerzas gubernamentales se retiraron gradualmente de áreas clave, lo que permitió a los grupos militantes (apoyados por Estados occidentales y árabes, así como por el régimen israelí) lograr sorprendentes avances militares hacia Damasco.
Siria siempre ha sido, y sigue siendo, un elemento vital del Eje de la Resistencia, una condición que no cambiará independientemente de quién asuma el control en Damasco. La importancia estratégica del país sigue intacta.
Además, a pesar de los dramáticos acontecimientos en Siria, la dinámica dentro del Eje de la Resistencia en su conjunto sigue intacta. Palestina sigue siendo la cuestión central de la alianza.
Siria ha servido históricamente como vía de suministro de armas y otros recursos a los movimientos de Resistencia libaneses y palestinos. Sin embargo, estos movimientos han logrado ahora ser autosuficientes y producen sus propias armas, incluidos misiles y drones.
El apoyo de Irán al Eje de la Resistencia continuará independientemente del liderazgo de Siria, y Palestina seguirá siendo la principal prioridad para la Resistencia Islámica y sus aliados regionales.
Los recientes compromisos diplomáticos del ministro de Asuntos Exteriores [de Irán], Abás Araqchi, en la región tuvieron como objetivo garantizar que la cuestión primordial de Palestina siga siendo la principal prioridad en medio de estos acontecimientos.
“La postura de principios de la República Islámica de Irán de apoyar al pueblo y la Resistencia de Palestina y el Líbano contra la ocupación y la agresión del régimen sionista continuará con fuerza”, afirmó Araqchi durante una reunión mantenida el sábado con altos dirigentes de HAMAS en Doha, capital de Catar.
Estuvo en Doha para asistir a una conferencia regional sobre Siria con sus homólogos de Rusia y Turquía.
La rápida caída del gobierno sirio ha dejado a muchos preguntándose cómo se produjo. Se ha dicho que el colapso es incluso más dramático que la toma de Kabul por los talibanes hace casi tres años.
Sin embargo, esto no sucedió de la noche a la mañana. Los grupos militantes, liderados por HTS, habían estado preparando el terreno para este momento durante años en las zonas consideradas como sus bastiones, con apoyo externo.
El caos en la región, exacerbado por la guerra genocida que Israel libra en Gaza y la agresión en el Líbano, les brindó la oportunidad de atacar con decisión. Este es el momento que habían estado esperando.
Ninguno de estos grupos militantes defendió a Gaza o al Líbano, como muchos han argumentado con razón, principalmente porque no querían antagonizar al régimen de Tel Aviv. Se mantuvieron concentrados en Siria.
A partir de la semana pasada, las fuerzas de Al-Asad se retiraron sin apenas resistencia. Hay varias razones que explican por qué el Ejército Árabe Sirio no ha podido resistir los avances de los militantes, y una de ellas es la grave situación económica del país, que ha afectado a todos los sectores de la sociedad siria.
La situación económica de Siria se ha deteriorado de manera alarmante a lo largo de los años, en particular desde que Estados Unidos impuso severas sanciones en virtud de la “Ley César” en diciembre de 2019. Estas sanciones agravaron los desafíos para el Gobierno de Al-Asad, que no pudo iniciar reformas económicas.
Estados Unidos también brindó apoyo a muchos de los grupos militantes opuestos al régimen de Al-Asad, lo que ha sido ampliamente documentado en cables filtrados y declaraciones de altos funcionarios estadounidenses.
Sin embargo, la salida de Al-Asas no significa el retorno a la estabilidad en Siria ni garantiza el levantamiento o la flexibilización de las sanciones. Los nuevos gobernantes no son una entidad cohesionada, sino más bien una coalición de grupos militantes con ideologías, afiliaciones y objetivos políticos diversos.
Varios países de la región, incluidos Catar, Turquía, Jordania y Arabia Saudí, han apoyado directa o indirectamente a estos grupos militantes que derrocaron al gobierno de Al-Asad en pro a sus propias ambiciones regionales.
Es probable que la nueva coalición gobernante en Damasco enfrente desafíos importantes, en particular para lograr legitimidad internacional, de manera similar a lo que ocurrió con el gobierno de facto de talibán en Kabul.
También existe una gran posibilidad de que estos grupos militantes acaben enfrentándose entre sí, ya que sus objetivos son fundamentalmente diferentes. Es probable que cada facción busque una mayor cuota de poder.
Se espera que el régimen israelí, que se nutre de la inseguridad y el caos regionales, siga agravando la situación. Informes recientes sugieren que Israel ha intentado ampliar su invasión de territorios sirios más allá de los altos del Golán ya ocupados, aprovechando la agitación actual.
Si bien es evidente que estos grupos militantes se beneficiaron del apoyo brindado por el régimen sionista, este apoyo no continuará ahora que han derrocado al gobierno democráticamente elegido de Siria.
Los próximos días y semanas son cruciales para determinar qué rumbo tomará la región. Sin embargo, una cosa es segura: el Eje de la Resistencia permanece intacto y en una posición más fuerte.
Fuente: HispanTv