Por Laura Gabriela Ráudez Chiong
“Para que sea posible alcanzar [la] victoria, es indispensable unir, a la voluntad de exponer la vida, una determinada conciencia de los objetivos que se persiguen”.
Comandante Carlos Fonseca Amador
El Comandante Carlos Fonseca Amador, conocido como el «Padre de la Revolución Popular Sandinista«, ha sido mucho más que un líder guerrillero o un estratega militar. Su figura encarna los ideales de un hombre virtuoso, comprometido con la visión un cambio profundo en Nicaragua, no solo en términos políticos y sociales, sino también en las personas. Carlos dejó un legado que trascendió las fronteras del sandinismo, promoviendo una concepción del militante revolucionario que implicaba una evolución radical en la forma de pensar y actuar de los individuos para transformar la realidad colectiva.
La filosofía del militante sandinista
El Fundador de FSLN, plasmó una serie de características que para él eran esenciales de un militante. Estas cualidades no solo deben ser un referente para las personas organizadas dentro del Frente Sandinista ya que, constituyen en muchos casos, principios universales que cualquier ser humano debería aspirar a practicar para alcanzar una vida plena y justa.
“El revolucionario Sandinista debe evitar la simple «frase revolucionaria», tenemos que acompañar esto con una profunda identificación con los principios revolucionarios”.
Comandante Carlos Fonseca, escrito sobre ¿Qué es un Sandinista?
El mismo Comandante Fidel Castro, en su concepto de revolución plantea que “Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos”, concepto del cual Carlos no se alejó mucho y en su filosofía consideraba que el militante sandinista debía identificarse con el pueblo y practicar los principios revolucionarios de solidaridad, hermandad, humildad y conciencia, principios que dignifican a la sociedad y la empujan a actuar de manera integral como seres humanos.
Por otra parte, Carlos Fonseca no solo planteaba un modelo político para un nuevo gobierno, sino un camino hacia una mayor conciencia colectiva. Para él, la lucha revolucionaria no se limitaba a cambiar estructuras de poder, sino que también era establecer las bases para la verdadera justicia y dignidad de los pueblos.
La modestia como principio
Un militante sandinista debe ser modesto, despojarse del ego lo que dará como resultado entregarse a la causa sin aspirar nada a cambio. Como revolucionarios debemos desprendernos de los intereses egoísta e inclinar la balanza a favorecer la solidaridad y colectividad entre nosotros, pilares fundamentales del sandinismo.
“Un Sandinista posee, ante todo, modestia revolucionaria. Esta es una cualidad que tiene más importancia de lo que a primera vista puede parecer. La modestia facilita, quizá en muchos casos decisivamente, la vida colectiva, la actividad de un conjunto de personas”.
Comandante Carlos Fonseca, escrito sobre ¿Qué es un Sandinista?
Carlos no se equivocó en llamarle conciencia colectiva, ya que, la claridad de que los actos tendrán consecuencias tanto a nivel personal como colectivo y que el tipo de consecuencia definirá si los actos son correctos o incorrectos entonces modificará la conducta e impulsará al ser humano a actuar de manera virtuosa.
La conciencia de clases y la coherencia entre pensamiento y acción
“El militante Sandinista, en cualquier lugar que este, debe estar relacionado en alguna medida con la vida del Pueblo Trabajador”.
Comandante Carlos Fonseca, escrito sobre ¿Qué es un Sandinista?
Carlos Fonseca hace un énfasis considerable en la “conciencia de clases”, un componente esencial del pensamiento dentro del Frente Sandinista. El militante revolucionario debe estar profundamente vinculado con el pueblo que históricamente han sido en quien recae el poder de todas las naciones y reconocer en ellas la fuerza para transformar la realidad. Carlos llama a la militancia a predicar con el ejemplo, actuando de acuerdo con su pensamiento y filosofía.
Carlos decía que “El Sandinista sabe vincular las opiniones de las personas a las prácticas de estas”, haciendo un llamado directo a la coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace. Este principio es de gran relevancia ya que un militante genuino debe ser consciente de trabajar constantemente para alinearse con sus principios, no solo en el discurso, sino en la práctica diaria.
El legado moral y ético de Carlos Fonseca
A través de sus escritos y su vida, Carlos Fonseca se erige como un pensador profundamente comprometido con nuestro país. Sus principios se basaron en valores que debían guiar la conducta humana en todos los aspectos de la vida.
“Un revolucionario sabe que esté donde esté, siempre que luche por la humanidad, estará cumpliendo con su deber”.
Comandante Carlos Fonseca, escrito sobre ¿Qué es un Sandinista?
El comandante Carlos no solo predicaba el amor y la solidaridad hacia los demás, sino que promovía una revolución interior en cada individuo, lo que llevaría a la transformación colectiva de la sociedad. En este sentido, su propuesta revolucionaria se alinea con la enseñanza de uno de los mandamientos más universales de Jesucristo: «Amar al prójimo como a ti mismo». Fonseca creía que esta era la esencia de la verdadera revolución: un cambio profundo en el ser humano que se reflejara en la sociedad.
Carlos Fonseca dejó un legado, no solo en el ámbito político, sino en el campo moral y espiritual. Su figura como «Padre de la Revolución» refleja su convicción de que la verdadera transformación social solo puede lograrse cuando los individuos se transforman internamente, cuando sus acciones son guiadas por la conciencia colectiva, la solidaridad y la coherencia entre pensamiento y acción. Para Carlos, la revolución era un llamado a la acción de todos los nicaragüenses, un proceso que involucra tanto la lucha por la justicia social como la lucha personal por la virtud y la dignidad humana.
El comandante Carlos Fonseca sigue siendo un referente no solo para los sandinistas, sino para cualquier persona que aspire a una vida de compromiso, ética y lucha por un mundo más justo.
Fuente: Barricada