Este 30 de octubre transitó a la inmortalidad Pedro Pablo Martínez Téllez, el Guadalupano, de quien recordamos su valioso legado musical, ejemplo de lucha, humildad y lealtad.
Nacido en el barrio Guadalupe en León, el 7 de junio de 1946. De origen humilde y familia numerosa. Desde niño mostró su pasión por la música, componiendo coplas para la gigantona. A su vez, Pablito fue un trabajador desde muy pequeño, pero sin olvidar su pasión. Aprendería a tocar la guitarra, por su propia cuenta.
Al crecer, daría sus primeros pasos como cantautor, componiendo canciones como «pobre campesino», sones que lo llevarían al programa radial llamado Buenos Días Campesino. Ante el éxito de sus sones nicas, sería llevado a un programa en Radio Darío, donde la gente empezaría a pedir las canciones del Guadalupano, refiriéndose a su origen del barrio Guadalupe, siendo bautizado de esta forma por el Pueblo.
De ahí a Radio Continental, con su propio programa llamado «Media Hora con el Guadalupano». Pablo se integraría a la lucha Sandinista en 1974, combatiendo desde su arte, mismo que desde sus inicios sería recordado por él como canciones de protesta contra la explotación de los patrones, contra los campesinos y los trabajadores, contra la injusticia del sistema somocista.
Obrero y artista, militante, guerrillero del arte. Sus obras perdurarán ante la historia como orgullo de la identidad Nacional de los nicaragüenses, de un hombre que conoció la lucha de Sandino y jamás se apartó de ella, recibiendo en Julio de este año la Orden José Dolores Estrada otorgada por la Asamblea Nacional en grado Gran Cruz.
Con más de 1200 canciones, el Guadalupano ha inscrito su nombre en la eternidad. Su ejemplo inspira a miles de jóvenes que encuentran en sus principios la esencia del ser nicaragüenses, Sandinistas.
¡Hasta la Victoria Siempre Guadalupano! Nicaragua entera te grita presente