Por Edwin Sánchez
¿Cómo entender que en una “dictadura” la gente vive más feliz que en una “democracia”?
Edwin Sánchez
I
Japón, la hermosa nación de las flores, de la arquitectura asombrosa y de la decencia, amén de potencia electrónica, tecnológica, digital, industrial y automovilística, goza de una estabilidad como si fuera una inmensa pagoda insular.
Es la cuarta economía más grande del mundo, después de China, Estados Unidos y la India, en términos de Paridad de Poder Adquisitivo, PPA, detalla Wikipedia.
Brasil, por su parte, es la novena economía del planeta. Su PIB es el 11 en esa medición. La razón fundamental es su tamaño: con sus más de 8 millones y medio de kilómetros cuadrados, es la quinta nación más grande de la Canica Azul.
Ambas ciudadanías cuentan con un ingreso Per Cápita PPA de 48 mil 833 dólares y 17 mil 683 dólares, respectivamente. Además, Japón posee un Índice de Desarrollo Humano muy alto, ocupando el lugar 24 del mundo. No así Brasil, que marca 89.
Nadie se mete con sus democracias.
Estos gigantes no son blancos de agresiones ni de insolencias imperiales.
No son arruinados con bloqueos comerciales ni sanciones económicas.
No son parte del menú mundial de fake news que desayuna la humanidad.
El periodismo basura pasa de lejos.
Tampoco cuentan con grupos sin representatividad ni siglas deshabitadas, destinatarios de millonarios financiamientos desde el exterior para desestabilizarlos. O para prefabricarles una Fuji-primavera o una de color Verde-cangaceiro, al gusto del cliente foráneo. O para desacreditar al Emperador de Japón o al que pretende ser el Rey Momo de la Izquierda de Carnaval, aunque Boric ya se le adelantó al ser entronizado como Merluzo Magno I de América.
No hay infundios ni campañas emponzoñadas contra esos Estados.
Dejan trabajar en la mayor quietud a sus gobiernos, instituciones, Fuerzas Armadas…; empresas, negocios…
Sí, los rabiosos dejan tranquilos a estos nobles pueblos laboriosos.
En resumen, no han sufrido intentonas de Golpes de Estado con el desastre que acarrea en vidas humanas, caída en picada de la economía y la ola de bestialidad fascista, con la banda sonora de las multinacionales oenegeras de “Derechos Humanos”, “homilías”, “observatorios”, “prensa” venal y think tanks, especialistas en armar, con sus desinformes, el patíbulo para las soberanías descarriadas.
II
Brasil, pues, no ha transitado el calvario de Nicaragua que, con todo, se encuentra en el Top de los 10 Países Más Felices de habla Hispana, por delante de Japón en el listado completo.
Y esto se refiere, entre otros parámetros, a cómo se siente la ciudadanía respecto a la vida en general, la atención social, la libertad…
Es un milagro de Dios, en medio de tanta saña infernal con que han atacado a la Patria de Augusto César Sandino.
En el pormenorizado documento dado a conocer este año, “Clasificaciones de países según evaluaciones de vida en 2021-2023”, conocido también como el Informe de los Países Más Felices del Mundo, Nicaragua descuella por encima de Brasil, con la ubicación 43.
¡Un escalón superior a la potencia hemisférica, situada en la posición 44, con todo y los abrazos y sonrisas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a da Silva!
Esto es muy significativo, porque a pesar del agrio discurso que Lula e ídem reciclan de la extrema derecha contra el Gobierno del Presidente Daniel Ortega y la Vicepresidenta Rosario Murillo, la sociedad nicaragüense dio fe, en la encuesta universal, que se siente más feliz que los brasileros u otras nacionalidades de enormes economías, catalogadas de “democráticas”.
Y esto que Brasil no tiene ni la menor idea de lo que es padecer las secuelas de los mega desembolsos para el asesinato de la reputación de Nicaragua.
También la República del General Rigoberto Cabezas, quien recuperó El Caribe que estaba en poder del Imperio Inglés en el siglo XIX, se alza sobre Argentina, que cierra el Top 10, en el nivel 48.
Es menester esta anotación acerca del Presidente Milei, que no significa ovación: él es más respetable y verdadero —en cuanto a lo que asume lo hace de frente y dando la cara— que cualquier cabecilla de la izquierda carnaválica que soporta América.
Don Javier no anda con máscaras ni aparentando lo que no es.
Muchos no estarán de acuerdo con su discurso ni sus actos, pero la sinceridad tiene su peso específico a la hora de valorar a un político. La honestidad de defender lo que él cree correcto, vale. Lo de no andar con medias tintas, ni con lenguaje sibilino ni prestado, exhibe, y exige, valentía, una valentía merecedora de una buena causa.
Al ser coherente y de una sola pieza, Milei gana de calle lo que tanta falta hace en su cuneta, adonde han ido a parar los nuevos viejos Borics, al abandonar la acera de la Dignidad.
La mascota predilecta de la derecha conservadora se volvió el Papá de los Lula Boric, Petro Boric y hasta Mujica Boric.
“Cosas tenedes que farán fablar las piedras”, dijo el Rey Alfonso VI al Cid Campeador.
La gente, los países, los pueblos saben a qué atenerse o con quién entenderse, en el caso de Milei.
Es hombre.
La izquierda carnavalesca no tiene hombres. Solo nombres huecos. Historias vacías. Agujeros negros…
Estrellas enanas.
III
Al contarse en el Top 10 de América Latina y El Caribe, el pueblo de Nicaragua se encargó de desmentir, con claridad meridiana, el sambenito insostenible de que vive bajo una “dictadura”.
Es que si fuera cierta toda la miasma que a diario se lanza contra la tierra de Rubén Darío, es para que estuviéramos disputándonos el último puesto con Afganistán, que cierra la tabla de los 143 estados evaluados.
Ahora pensemos: si el país no fuera víctima del andamiaje ofensivo de infamias, diatribas y calumnias, con el visto bueno de los boricos de un lado y los borregos del otro, ¡dónde no estaríamos!
Pero hay quienes, como dice el cabrero Eugenio en la novela Don Quijote de La Mancha, “deben de tener vacíos los aposentos de la cabeza”. Son los que consumen toda la bazofia expulsada por la Industria del Falso Testimonio, y pueden creer que el estudio fue orientado por el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, GRUN.
Pues no.
No lo elaboró el Frente Sandinista.
Ni es de manufactura local ni de izquierda.
CNN precisa que “El informe se basa en datos de encuestas realizadas a personas de más de 140 países. Los países se clasifican en función de su felicidad, basándose en sus evaluaciones promedio de vida durante los tres años anteriores, en este caso de 2021 a 2023. El informe es fruto de la colaboración entre Gallup, el Oxford Wellbeing Research Centre, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU y un consejo editorial.
“Los investigadores clasificaron a 143 naciones según su nivel de felicidad en base a cómo sus ciudadanos evalúan su satisfacción general con la vida, teniendo en cuenta seis factores: esperanza de una vida saludable, ingresos (PIB per cápita), niveles de corrupción, apoyo social, generosidad y libertad”.
De acuerdo con el escalafón, el país más feliz del mundo, por séptimo año consecutivo, sigue siendo Finlandia.
John Helliwell, catedrático emérito de Economía de la Escuela de Economía de Vancouver de la Universidad de Columbia Británica y redactor fundador del Informe Mundial de la Felicidad, explica que en la encuesta se pide a cada participante que puntúe su vida en su conjunto, teniendo en cuenta lo que valora.
“Chile, Panamá, Guatemala, Nicaragua y Argentina también entraron en el top 10 de las naciones de habla hispana más felices del mundo”, reporta RT.
Al respecto, en el Ranking global, Paraguay puntea 55, Perú 68 y Ecuador 74.
¿Cómo entender que en una “dictadura” la gente sea más feliz que los pueblos de esas “ilustres democracias”, vendidas como las Catedrales de San Pedro del Estado de Derecho?
Es que en Nicaragua, su Estado Democrático y Social de Derecho, establecido por la Constitución de la República, aterriza en el día a día de las familias nicaragüenses.
No es de balde que supere a las democracias europeas de Portugal, 57 y Grecia, 64; de Asia, Japón, 51; Corea del Sur, 52, entre otras naciones; República Dominicana 69, y Ucrania casi en el sótano, 105.
La Colombia que Petro ha entristecido, aparece en el lugar 78 en el registro de la ONU.
Es decir, 35 peldaños por debajo de Nicaragua que está mejor colocada con su Paz Social en la jerarquía de la felicidad mundial.
¡Esta es la Democracia real y efectiva!
Son los resultados que refutan a las metrópolis neocoloniales con sus anacrónicas sentencias de la época de la Santa Inquisición, “actualizadas” como el elogio civilizado a la barbarie fascista que apuntalaron contra Nicaragua en 2018.
Son verdades, no la opinión alquilada, los titulares diabólicos o los rezos del “Ángelus” sin el principal: el Ángel del Señor Yahvé.
Son los hechos, no las ruindades que han asegurado las riquezas de unos, las presidencias de algunos en países y organismos internacionales, y los premios “recomendados” de otros.
Son las bendiciones del Altísimo, no las bajezas de los hijos del Bajísimo.
Y por cierto: El Vaticano no es el Estado más feliz del mundo.
No aparece por ningún lado.
Quizás encabece la lista baja del Apocalipsis, porque su número no es del Cielo.
Es número de hombre…
El que lea, entienda.
Nicaragua, ¡Poder de Dios!
Fuente: 19 Digital