Por Alonso
General José Santos Zelaya, héroe nacional, participe y constructor de tan necesaria etapa en el desarrollo histórico de Nicaragua, liberal nacionalista, opuesto durante su época a los abusos y vejámenes intervencionistas yanquis, defensor del derecho nacional a tomar decisiones propias, ajenas a intereses extranjeros, a continuación un repaso sobre su vida en conmemoración a su natalicio este primero de noviembre.
Primeros años, origen
Zelaya provenía de una familia con una fuerte capacidad económica, nació un primero de noviembre de 1853, durante su juventud estudió en el Instituto Hoches de Versalles en Francia, a pesar de ser considerado como un hijo “bastardo” recibió las mejores comodidades durante su preparación; regresando a Nicaragua en 1875 tras la muerte de su padre, Zelaya, con grandes influencias de la histórica revolución liberal-burguesa en Francia se incorporaría al partido liberal en managua.
Dotado de grandes capacidades oratorias no le tomaría mucho tiempo ser elegido como presidente de dicha organización política, así como alcalde de Managua, esparciendo sus ideas de liberalismo con un enfoque nacional entre jóvenes, ganando adeptos incluso entre las fuerzas conservadoras de la época.
Periodo durante el cual las diferencias e intereses de poder entre caudillos conservadores y liberales continuaba en aumento, sumado a la tensión internacional de la región, especialmente con Honduras, prepararía el campo para que su nombre destacara como participe principal de la política nacional.
Para 1892 tropas hondureñas incursionarían en territorio nicaragüense por el sector de “El Gavilán” en Nueva Segovia, con la excusa de perseguir a prófugos revolucionarios de dicho país, acusando de paso a Nicaragua como encargados de ocultar, siendo cómplices de dichas tropas; Zelaya sería de los primeros en pronunciarse contra esto, en alusión a la debilidad y falta de capacidad gubernamental de los políticos conservadores encabezados por Sacasa, exigiendo la defensa de la soberanía ante Honduras.
Periodo de guerra revolucionaria
Consecuente a sus ideales nacionalistas Zelaya encabezaría el movimiento revolucionario liberal de 1893, periodo histórico que debemos observar según el contexto presente a finales del siglo diecinueve, donde Nicaragua urgida de un cambio tendría que pasar por la necesaria fase de revoluciones burguesas, anti oligárquicas, impregnadas con los primeros rasgos de liberación nacional económica y opuesta a las imposiciones extranjeras.
El 29 de abril de 1893, José S. Zelaya junto a Luciano Gómez iniciarían los movimientos para la toma del poder, desde Granada Zelaya manifiesta la necesidad de tomarse el cerro de “La Barranca” para facilitar el paso hacia la capital, cortar las comunicaciones de los conservadores y detener el tren de Managua-Granada; procediendo con 600 hombres daría inicio a la revolución liberal, la cual sería reforzada desde occidente con tropas de León.
Tras la derrota de “La Barranca” Sacasa solicitaría la intervención del enviado yanqui Lewis Barker, quien tras conversaciones con los liberales relegaría al presidente de poder, sin embargo, fiel a los intereses imperialistas impondría a un nuevo títere conservador, lo cual sería inaceptable para Zelaya y sus seguidores.
Con Salvador Machado en el poder las fuerzas liberales en León y en el sur del país continuarían su lucha para obtener el triunfo, Zelaya quien había participado de conversaciones con fuerzas de Machado en Managua se trasladaría a León escapando de las fuerzas gobernantes junto a un puñado de hombres, para liderar desde ahí, la tan ansiada revolución nacional liberal.
A la cabeza de un ejercito de artesanos y campesinos provenientes de distintos lugares de occidente Zelaya llegaría a Nagarote el veinte de julio, el veintiuno avanzaría sobre Mateare, derrotando el día veintidós a la vanguardia del ejercito conservador; con el impulso moral y militar avanzarían las tropas de Zelaya hasta Managua, enfrentando a los hombres que se interpusieran en su camino, obteniendo la victoria el veinticinco de julio de 1893.
Ejemplos y aportes del zelayismo en Nicaragua
Grandes eran los problemas que encontraría el nuevo Gobierno liberal del General Zelaya, de igual condición serían sus aportes e influencia en la estructura económica y superestructura cultural del país; se destacaron tres principales obstáculos durante e periodo de existencia de la revolución burguesa, siendo: los problemas económicos heredados de los usureros comercios ejercidos por los yanquis – conservadores, así como las continuas guerras, la amenaza hondureña de invasión, así como la hostilidad del clero católico, opuesto a los ideales del liberalismo.
Durante los casi dieciséis años de Gobierno, Zelaya trabajaría contra estos problemas implementando un modelo que priorizara la soberanía económica en cuanto a la toma de decisiones, el aprovechamiento de los recursos nacionales y la búsqueda de tratos comerciales en condiciones justas, esto llevaría firmar acuerdos con empresarios ajenos a la venia de Estados Unidos, aunque estos a su vez también fueran norteamericanos, Nicaragua por primera vez era dueña de negociar con quien lo deseara, con las condiciones que más le beneficiaran.
Como su nombre lo indica la “Revolución Liberal-Burguesa” trajo consigo un aumento de los capitalistas nacionales, abogando por el desarrollo del comercio local en detrimento de los tradicionales oligarcas, paso agigantado si consideramos la historia reciente de la cual se desprendía el período del zelayismo.
Con respecto al problema de Honduras a finales de 1893 e inicios de 1894 el presidente Zelaya formaría un ejercito de 1,800 hombres para la defensa de la soberanía, los cuales marcharían a la histórica guerra contra los vecinos del norte, resultando victoriosos en las batallas de Corpus, Choluteca y Tegucigalpa, derrotando a las fuerzas hondureñas; haciendo constar que en 1907 las fuerzas nacionales derrotarían nuevamente a Honduras y a El Salvador, dejando esta vez la histórica batalla de Namasigüe.
Entre otros eventos destacados se le reconoce a Zelaya la reincorporación de la Mosquitia a territorio nacional, así como el gran ejemplo de que Nicaragua tenía la capacidad para funcionar sin la perenne intervención yanqui en la toma de decisiones, se puede considerar que el General fue un forjador del sentimiento de nacionalismo y soberanía moderno, desprendido de ejemplos como el de Cleto Ordoñez, José Dolores Estrada y Andrés Castro.
Forjador de la continuidad nacionalista
El periodo del zelayismo tendría su función revolucionaria hasta donde sus propias limitaciones y los enemigos extranjeros se los permitirían, dejaría importantes enseñanzas fortaleciendo el sentimiento de identidad nacional y forjaría los primeros pasos de una nueva consciencia en grandes hombres, a posteriori héroes de la patria como Benjamín Zeledón, quien continuaría con los ideales nacionales que aprendiera durante el periodo liberal, quien sabemos, también, sería influencia primordial en los primeros años de formación de Augusto C. Sandino.
Sería la tradicional injerencia e intervencionismo yanqui el que terminaría con el proyecto de Zelaya, cuando en 1909, fuerzas financiadas y apoyadas por los norteamericanos desatarían una mal llamada “revolución”, que avanzaría desde la Costa Atlántica, encabezada por los traidores a la patria Juan José Estrada, Adolfo Díaz y Emiliano Chamorro.
Apoyados diplomáticamente por Estados Unidos, el secretario de estado Philander Knox rompería relaciones con Nicaragua a través de la funesta Nota Knox el dos de diciembre de 1909, forzando la renuncia de Zelaya, quien dejaría entre sus últimas acotaciones lo siguiente:
“Los acontecimientos recientes acaecidos en Nicaragua, que me obligaron a venir a Europa después de haber depositado la presidencia de la República, a mi cargo durante dieciséis años, han dado lugar a comentarios diversos, algunos desfavorables para mí. Ello me impone el deber de puntualizar los hechos para que la verdad sea conocida, y el fallo que se dicte, justiciero.
No cabe negar la influencia que haya podido ejercer la ya célere nota del secretario de Estado de los Estados Unidos Mr. Knox, en el ánimo de los europeos, principalmente en aquellos países donde la información procede de las noticias enviadas por agencias norteamericanas…
Nicaragua por los esfuerzos del Gobierno que por tanto tiempo dirigí, seguía una marcha bonancible y progresiva de todos reconocida, y a pesar de los incesantes trabajos de los enemigos de las instituciones liberales, varias veces fracasados, nada hacía esperar el grito de una revolución interior…
El Gobierno venia llevando a cabo sin tropiezo todo su plan democrático y de mejoras materiales…” [1]
Referencias:
[1] IES. Pensamiento Antimperialista En Nicaragua, antología. 1982. Editorial Nueva Nicaragua, pp. 73.
[2] Quintana, O. Apuntes de Historia de Nicaragua, 1968. Editora Mundial.