Escrito por Jorge Eduardo Arellano
Ante todo, partió de la honradez ciudadana que lo llevaba a defender el decoro de la Patria, como afirmaría muchas veces:
«Por encima de todas mis facultades – le escribía a Gustavo Alemán Bolaños el 4 de agosto de 1929 – se encuentra mi honradez para la causa de la libertad de Nicaragua».
de ahí que le añadiese al mismo remitente,
«Si alguna vez cometiera, porque soy humano, un error para la causa que defendemos, lo haría involuntariamente, nunca por malicia, como lo hacen los corrompidos políticos de oficio».
A la corrupción pública, pues, oponía su honradez y completo desinterés.
Referencias:
Arellano J. E. (1983) «Lecciones de Sandino». Ediciones Distribuidora Cultura S.A. pp. 15-16