Escrito por Fernando Sabido Sánchez
Fernando Gordillo nació en Managua el 2 de febrero de 1940.
En mayo de 1959 representó a los estudiantes nicaragüenses, con Denis Martínez Cabezas, en un Seminario que tuvo lugar en Bolivia. El 23 de julio de ese mismo año es testigo de la masacre estudiantil que, como a toda su generación, lo marcaría para siempre.
En 1965 decidió continuar sus estudios de Leyes en la Universidad Centroamericana, al mismo tiempo que comenzó a impartir las cátedras de Sociología en la Escuela de Ciencias de la Educación y de Historia de América en la Escuela de Periodismo, ambas de la UNAN, en Managua.
También, desde 1965, colabora en Novedades Cultural y es corresponsal de la revista Repertorio Centroamericano. Al año siguiente, interviene en el «Simposium dariano» (febrero) «como uno de los intelectuales más prestigiosos del país». Se vincula al trabajo clandestino del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y contribuye a preparar el brote armado de Pancasán; pero pocos días antes, el 25 de julio de 1967, fallece repentinamente.
Escribir un pequeño homenaje al poeta, narrador, crítico, ensayista y pensador Fernando Gordillo es difícil ante la gran personalidad de ese hombre que tuvo la virtud de amar al prójimo no sólo como a él mismo, sino que más que a él mismo.
Los meses de julio, agosto y septiembre son muy representativos para hablar de Gordillo. Murió de miastenia gravis el 25 de julio de 1967, un mes antes de la gesta guerrillera de Pancasán, la cual ayudó a preparar clandestinamente, ocurrida en agosto del mismo año; acción heroica ejecutada por un puñado de combatientes del FSLN, alrededor de 45 días antes de la caída del Che Guevara en Bolivia, la mayoría de los cuales murieron. […]
La tarde del 23 de julio de 1959
Vivió la masacre estudiantil del 23 de julio de 1959 y escribió para la posteridad “La tarde del 23…” crónica en la que enfatizó que la masacre “…marca la culminación de un proceso, que señala la aparición de las nuevas fuerzas revolucionarias…”
LA TARDE DEL 23
“¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!, había sido una experiencia embriagadora. Recuerdo que caminábamos volviéndonos a ver, como si en cierto modo quisiéramos convencernos de la realidad que estábamos viviendo. La gran figura de Manolo Morales se destacaba en mitad de la calle entre Solís Piura y Francisco Buitrago; desde las aceras la gente nos miraba complacida y muchos gritaban con nosotros: ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!”
Dos poemas, dos Héroes: a cien años de distancia
[…] Para conmemorar el Centenario de la Batalla de San Jacinto -ocurrida el 14 de septiembre de 1856 y en la que los patriotas nicaragüenses derrotaron a los filibusteros yanquis esclavistas, Rigoberto López Pérez (también poeta y periodista), decidió ajusticiar, en nombre de Augusto C. Sandino, a Anastasio Somoza García (títere de los yanquis), en la ciudad de León, el 21 de septiembre de 1956.
López Pérez hirió gravemente al tirano, el cual murió pocos días después, y el poeta fue acribillado en el mismo lugar de los hechos. Cien años antes, Andrés Castro, en un acto de heroísmo, al encontrarse sin municiones lanzó una piedra al rostro de uno de los filibusteros yanquis, derribándolo.
Gordillo rindió homenaje a los dos héroes separados por cien años de distancia escribiendo los poemas “Andrés” y “Adivinanza” en honor a Castro y López Pérez, respectivamente […]
ANDRÉS
Andrés Tu piedra es mi esperanza. Ha pasado un siglo y ya lo ves, todo lo mismo. Pudo más el oro que la sangre. Toda tu tierra, Andrés. Desde los lagos al Coco, desde el Cabo hasta el San Juan. Es una sola lágrima donde la Patria llora Lanza la piedra. ¡Lánzala! A un siglo de distancia, el enemigo, es el mismo.
DOS MUERTOS
Dos muertos: Uno a la vista de todos, en el corazón de nadie; otro a la vista de nadie en el corazón de todos. El precio de una patria
Criticando a los vendepatria
Con el poema “El precio de una patria”, Gordillo critica a los vendepatria; a quienes vendieron Nicaragua a EU, por tres millones de dólares a través del tratado Chamorro-Bryan. Los hijos de la patria vendida no sólo nacen para cantarla “…Como si la lucha no es el más alto de los cantos,/y la muerte el más grande.” Estos versos fueron citados por Leonel Rugama (1949-1970) otro poeta, joven y héroe, en el ensayo “El estudiante y la revolución” (1968) cuando habla sobre los tesoneros de la revolución a quienes consideraba hombres coherentes, de elevada conciencia, con fuerza de voluntad, disposición al sacrificio, santos militantes en favor de la humanidad […]
EL PRECIO DE UNA PATRIA
3,000.000 es el precio de una Patria. Si alguien quiere venderla. Y hubo quien quiso y la vendió. Más tarde dijeron que sus hijos nacieron para cantarla. Como si la lucha no es el más alto de los cantos, y la muerte el más grande.
Otras obras de Fernando Gordillo
Asimismo, escribió poesía dedicada a la mujer y al amor, entre los que destacan “Laurel de la India” (1963) en el que describe a la mujer amada como “el infinito sin azul celeste.”; así como también “¡Oh bellas, tiernas, finas damas!” (1964) en el que aborda el efecto implacable del tiempo sobre el cuerpo humano.
Poemas como “Qué sé yo de Dios” (1966), “Elogio a la pastilla” (1962) e “Inmóvil sobre el lecho” así como el cuento “Love is a many splendor thing” son impactantes, ante los cuales es obligado reflexionar seriamente.
Intelectual orgánico
[Fernando Gordillo], el líder estudiantil, de la generación de la autonomía universitaria -que marchó envuelto con la bandera de la Universidad, según su propio relato […] hacia el pelotón de la Guardia Nacional que minutos antes había masacrado a los estudiantes aquella tarde del 23 de julio; ganador de concursos de oratoria en Nicaragua y Guatemala; lector de Erich Fromm, cofundador de Ventana y admirador del boom literario latinoamericano; para quien la literatura debía tener un compromiso político (a diferencia de la Generación Traicionada que consideraba de mal gusto y sin calidad literaria tal cosa, ya que la literatura no tenía por qué contaminarse con política); el autor de anti-editoriales agudos; ése fue Fernando Gordillo.
El que planteó, en su discurso de 1965, a los intelectuales jóvenes dos opciones: irse al río San Juan, a la torre de marfil, como José Coronel Urtecho, sin comprometerse con nada, lejos del mundanal ruido; o bien, meterse de lleno en la contradicción de la sociedad, arriesgándose, comprometiendo su pensamiento con la acción, con el pueblo, como Mariano Fiallos Gil, de quien se conmemoraba el primer aniversario de haber fallecido.
Fernando Gordillo: “El sandinismo no es una bandera de trapo”
“En breves notas para un ensayo sobre el sandinismo” (febrero, 1966) señaló que Sandino fue una figura mundial, el representante auténtico del patriotismo nicaragüense, cuya lucha era identificada con el Congreso Mundial Anti-imperialista como parte de la lucha libertaria de los pueblos colonizados; cuando Nehru, Ho Chi-Min, Kenyatta, Sukarno y Krumah eran perseguidos, prisioneros o desterrados, desconocidos en el mundo y víctimas de las potencias colonialistas.
Y agregó que la verdadera pugna política en Nicaragua se podía resumir esquemáticamente en dos nombres: Somoza y Sandino; cuando el liberalismo se unió al conservatismo para entregar la patria al imperialismo surgió una fuerza histórica: el sandinismo.
Ahora diríamos que nació una tercera vía histórica, no circunstancial. Este escrito fue criticado por Luis Sánchez Sancho, en ese tiempo un socialista doctrinario y dogmático, ahora un renegado que escribe, con la mitología grecorromana como bandera, al servicio de la oligarquía.
Gordillo respondió, a pesar de su precario estado de salud, con “El sandinismo no es una bandera de trapo” (marzo, 1966) estableciendo la vigencia de los postulados del sandinismo en tanto seguía existiendo la realidad que lo originó; la persistencia mundial del anti-imperialismo debido al carácter mundial del imperialismo; el somocismo como la expresión del imperialismo en Nicaragua y su contrapartida anti-imperialista: el sandinismo; recurrió a Hegel porque la contradicción particular es una expresión de la contradicción universal; y finalizó diciendo: “…Sandino…es una bandera de ideas agitando el pensamiento de sus compatriotas.”
Fuente: Barricada
Excelente escrito sobre este desctacado luchador nicaragüense…todas las generacines debemos siempre recordarlo y reproducir su pensamiento…
Mil gracias a Fernando Sabino Sánchez por darme a conicer un hombre tan inmenso que llevó en el alma el corazón de Sandino. Mil y una gracias Fernando por esta entrega.