Escrito por Alonso
¡Que se rinda tu Madre!, porque el Sandinista no, que se rindan los traidores y cobardes porque Leonel luchó hasta el final, de su vida poesía, de su muerte brota todavía, la esencia indomable del hombre nuevo, humanista y combativo, vertiente de coraje y fuego que brilla en las calles libres de la Nueva Nicaragua.
Hay que ser como Leonel… ser como Leonel… ser como Leonel…
“Leonel siempre apuntaba a una sola cosa y a medida que fue madurando, esto llegó a ser un rasgo fundamental de su personalidad Leonel te planteaba la cuestión de ser hombre, pero no ya en el caso del macho, sino del hombre que adquiere responsabilidad histórica, un compromiso para con los demás, de quien lo da todo para felicidad de los demás. La estrella de Leonel es en ese entonces el comandante Ernesto <<Che>> Guevara, que tiene apenas meses de muerto” – Omar Cabezas [1].
Proletario de nacimiento, en su corazón la educación de la tiza de su madre, una humilde maestra, la fuerza de su carpintero padre, que formaron en el joven Leonel su carácter humanista, lleno de conocimiento del sufrimiento que los pobres de su tierra padecían ante los tiranos.
A los once años estudiando en el seminario de Managua, regresando a Estelí, graduándose como bachiller para dar los primeros pasos letrados que marcarían su majestuosa obra, corta, pero majestuosa.
Contactado en 1967 con miembros del FSLN, no dudó Leonel incorporarse a las filas; por aquellos años, previo a su entrada a las filas se le podía ver por Acahualinca, junto a miembros del seminario donde cursaría secundaria, observando las calamidades que los pobres padecían a causa de la inmundicia somocista.
“Los hijos de la gente de Acahualinca no nacen por hambre y tienen hambre de nacer para morirse de hambre. ¡Bienaventurados los pobres porque de ellos será la luna!… [2].
Poeta, guerrillero y revolucionario
Encontró en la tinta y el fusil el trabajo formador, necesario para la lucha de liberación Sandinista, hizo eco de la obra del comandante Ernesto Guevara, estudiando en cada paso las realidades de Nicaragua.
“Sus gestos, ademanes y su frase, con todo y lo explosivo de la carga que llevaba adentro, me hicieron impacto al centro del cerebro. <<… ser como el Che… ser como el Che…>>. Salí de la Universidad con la frase repitiéndola interiormente como si fuese una cinta magnetofónica; aún recuerdo con nitidez los gestos y la expresión de la cara, la firmeza con que Leonel pronunció eso: <<ser como el Che… ser como el Che…>>” – Omar Cabezas [1].
Siguió así los pasos del Che, los pasos de Sandino, pues indudablemente, para ser como el Che en Nicaragua, hay que ser primero como Sandino; y estuvo en la montaña abrazando el fusil mientras empuñaba el lápiz, disparando poemas, haciendo rugir la metralla.
Publicó sus primeros poemas en el suplemento La Prensa Literaria, donde dejaría una impresión grata de humildad y convicción, así nos lo contó, cuando lo conoció nuestra compañera Rosario, quien expresó:
“Cuando llegaba a buscar al poeta Pablo Antonio Cuadra donde yo trabajaba, ahí en La Prensa. Se sentaba muy callado, calladito, fumando, tomando mucho café, y esperando con paciencia. Y con esos ojos que también eran miope, que también eran intensos, esos ojos, que repito, veían todo y no veían nada, digo que no miraban nada de lo que estaba ahí, porque estaban viendo todo, y estábamos en un lugar reducido y él estaba viendo todo, y viendo el deber de los nicaragüenses de luchar para vencer” – Cra. Rosario Murillo [3].
Héroe de la Patria grande
Parió así la Nicaragua oprimida a un hijo libre, de los indispensables, que no dijeron que morían por la patria, sino que lo hicieron; junto a Roger Núñez Dávila y Mauricio Hernández Baldizón enfrentaron a un escuadrón completo de la Guardia Nacional genocida de Somoza, retumbó el grito heroico del Sandinista que reza “QUE SE RINDA TU MADRE”.
Tanques, galils, garands y granadas, gente que asomaba la batalla desigual, de unos hombres contra el mal, por la justicia, la libertad de los explotados, que verían en Leonel el ejemplo de la victoria, que gloriosa en la muerte sembró millones de semillas que germinan aun al alba de los nuevos tiempos de paz.
Leonel eterno, maestro de la poesía guerrillera, en tu martirio yace el sueño de los miles que hoy te seguimos defendiendo, junto a este pueblo tuyo, nuestro, junto a la vanguardia organizada que vela en cada mañana por el bienestar de la revolución, de los pobres, de los humildes que con corazón abnegado siguen tu ejemplo de coraje y amor.
A Leonel
Poeta de la vida
hacedor de la victoria
coraza cual barcaza de combate
dejando en cada bala
el resplandor de la razón
y el amor
Guerrillero de ciudades
montañas,
escuelas y cuadernos
será tu ejemplo eterno
en los miles de soldados
que pario nuestra vanguardia
brillando combativa
La llama de la paz
Bienaventurado tu legado
enseñando a los explotados
que de ellos es la luna
Y que tomarla sea
La victoria definitiva.
¡Hay que ser
… como Leonel
… como Leonel
… como Leonel
… como el Che!
REFERENCIAS:
[1] https://cuadernosandinista.com/2021/01/15/leonel-rugama-hay-que-ser-como-el-che/