El resultado de este trabajo de campo demuestra que un 77.3% de la población respalda el trabajo que viene realizando el presidente Daniel Ortega, y un 80% afirma que la gestión de gobierno le genera esperanza.
No debemos perder de vista que en los últimos años la campaña desestabilizadora del gobierno norteamericano junto a los sectores más radicales de la oposición, que han «tratado de generar perturbaciones» tanto económicas como sociales que, así y todo, no pudieron impedir la realización de elecciones y la consagración de un nuevo período de gobierno a cargo de la formula presidencial Daniel Ortega- Rosario Murillo.
La importancia de la continuidad del proceso revolucionario, proporciona mayor solidez al proyecto popular y un afianzamiento en las políticas sociales, fundamentales para abordar la crisis internacional, tanto en los aspectos sanitarios, como económicos.
Nicaragua ha demostrado que, contar con un Estado al servicio del pueblo, es imprescindible en momentos en donde la desigualdad y la falta de equidad en el manejo de los recursos de la sociedad, muestran dramáticamente las consecuencias de las políticas neoliberales que han dejado en el desamparo a millones de personas en el mundo.
Mientras la propaganda imperialista trata de difamar al “tridente del mal en Nuestra América”, Cuba-Nicaragua-Venezuela, los pueblos de estos gobiernos sancionados y bloqueados, pueden contar con herramientas que, no solo les garantizan afrontar los embates de la pandemia del Covid en todas sus variantes y mutaciones, sino también resolver las necesidades básicas para seguir batallando por mejorar sus condiciones de vida.
Los datos que rebelan la muestra presentada son elocuentes, un 67.9% de los entrevistados aseguran tener predisposición política con el FSLN, frente a un 16.8% que siente simpatía con la oposición. Esto demuestra que el discurso del odio y el resentimiento no han calado en los corazones de quienes saben valorar los logros alcanzados después de una guerra fratricida alentada por EE.UU para volver nuevamente a hacer de Nicaragua una colonia mísera y olvidada.
En este 43 aniversario de la revolución Sandinista, Nuestra América se sacude con las luchas en Ecuador y Panamá que resisten las imposiciones de gobiernos neoliberales que se empeñan en descargar sobre los bolsillos de los trabajadores el costo de la crisis capitalista.
En nuestra región la confrontación entre el proyecto popular y el proyecto neoliberal se ha tornado antagónico y la existencia de proyectos alternativos que muestren otras posibilidades desde el campo popular y revolucionario, alientan la esperanza y fortalecen en la lucha.
Escrito por Oscar Rotundo
Fuente: 19 Digital