“La estadística es la gramática de la ciencia”.
Karl Pearson (Londres, 1857 – 1936).
La Policía Nacional de Nicaragua ha publicado la 28va. edición (mayo, 2022, impresa; digital en www.policia.gob.ni) con amplia información estadística de la actividad delictiva, de la seguridad pública y la seguridad de tránsito correspondiente al año 2021.
La primera publicación fue en 1992: Anuario estadístico 1991, recoge datos de doce años, desde 1980 a 1991. La segunda, en 1996, el Compendio estadístico 1991-1995, contiene la información de ese lustro. A partir de 1997 se publicó impresa (en la última década también digital) la estadística anual de la Policía Nacional según sus áreas de competencia, funcionamiento y resultados. Desde el Anuario Estadístico 1996, hasta el último, el Anuario Estadístico 2021, son 26 años con 26 publicaciones que sistematizan una ordenada y extraordinaria información de la seguridad ciudadana en Nicaragua, representando el registro estadístico policial público más sólido y completo de Centroamérica.
Cuando se fundó la Policía Nacional (5 de septiembre de 1979) como consecuencia del triunfo de la Revolución Popular Sandinista (19 de julio de 1979), que inició a desmontar el viejo sistema y sus decadentes instituciones para emprender algo nuevo, (según el pintor neerlandés Vincent van Gogh: “¿Qué sería la vida si no tuviéramos el valor de intentar cosas nuevas?”), después de adecuar el despliegue territorial, efectuar la depuración y desmovilización de más de cinco mil milicianos, combatientes y otros participantes populares que se involucraron o simpatizaron con la lucha por el derrocamiento de la Dictadura, después de establecer la estructura jerárquica, organizativa y funcional básica para cumplir la misión de servicio a la comunidad que asignaba el Estatuto de Derechos y Garantías (20 de julio de 1979): “La Policía Nacional estará sujeta a un régimen especial que tome en cuenta la naturaleza de sus funciones cívicas y de protección de la ciudadanía (Arto. 27), hubo desde el inicio y en la evolución de la organización policial, entre otras, dos prácticas y aprendizajes que contribuyeron al desarrollo profesional y a la efectividad de la entidad encargada de orden público como parte del nuevo capítulo de revolución y soberanía de la historia nacional: el registro estadístico y la planificación institucional. En buena medida ese ejercicio organizativo y funcional fue gracias a la generosa asesoría de la Policía Nacional Revolucionaria de Cuba que con fraternal y respetuosa solidaridad ayudaron a crear la Policía de Nicaragua, con enfoque comunitario y de servicio, una de las más eficaces y competentes de la región, y continuó profundizándose y actualizándose en la diversidad de los intercambios, capacitación, formación y asistencia técnica en los que participaron los funcionarios policiales en la ex URSS, RDA y Bulgaria, después en Alemania, Suecia, Rusia, España, Estados Unidos, Francia, Taiwán y los países de Centroamérica.
La publicación primigenia (1992; pp. 128 –no numerado-), presenta la estructura de la Dirección General de la Policía Nacional, la actividad delictiva nacional y de la región III (Managua), la actividad vial, de orden público y otros datos de interés (incautación de drogas, bandas desarticuladas, plan de desarme nacional, mujeres y menores víctimas y detenidos). El Compendio estadístico 1991-1995 (pp. 146) preservó los siguientes contenidos: estructura de la Policía Nacional, actividad delictiva nacional, departamental y de Managua, actividad de tránsito, orden interno (tomas de tierras e instituciones, actividades armadas, otras) y otros de interés (incautación de drogas). Las ediciones anuales que inician en 1996 (pp. 137) hasta la actual (pp. 198), conservan en general la metodología y contenidos similares lo que facilita la comparación de series razonables de datos y análisis diversos: actividad delictiva nacional, por departamento y de Managua, la actividad de tránsito y otros temas de interés. Las ediciones de las últimas dos décadas son impresiones de mejor calidad que incluyen diversos gráficos y el detalle de indicadores claves y desagregados de la seguridad pública, entre ellos denuncias, víctimas, robos, homicidios, cantidad de policías, tasas delictivas, etc.
Fue necesaria el ajuste y perfeccionamiento constante, la modernidad tecnológica, la conformación de equipos multidisciplinarios y especializados para captar y monitorear el flujo de datos, crear, alimentar y verificar los registros con múltiples fuentes primarias de las actividades policiales desde el nivel local.
La capacidad para registrar, medir y evaluar el trabajo cotidiano y planear las actividades de manera periódica: mensual, trimestral y anual, a pesar de la guerra de agresión en la década del ochenta y de los riesgos y amenazas en períodos subsiguientes por diversas razones, se fue incorporando en la cultura organizacional que, vista en perspectiva, ha contribuido a la continuidad institucional, a la efectividad de los resultados, a la confianza pública y a la formación de agentes, suboficiales, oficiales y jefes policiales de generación en generación durante más de cuatro décadas para comprender la evolución de la seguridad pública en el país y su comparación con los resultados regionales y globales.
En la última década, cuando proliferan y se imponen los sistemas automatizados haciéndose indispensables en la dinámica personal, social, profesional e institucional la digitalización, ahora cuando la era de lo virtual nos inunda, el asunto estadístico se vuelve inagotable, inmediato y en tiempo real, pero antes, hace tres décadas y más, cuando todo era manual, este tedioso ejercicio resultaba elogiable y, lo más importante, se fue creando una manera de pensar y hacer asumiendo la importancia de contar las actuaciones y sucesos, de anotar, validar y medir resultados, de examinar cifras y escenarios, de adquirir la capacidad para valorarlos desde la perspectiva integral y del tiempo, en el corto, mediano y largo plazo (a tres y cinco años), se fue incorporando, para reducir la incertidumbre, la cultura de planificar y programar, de formular planes operativos, especiales y para la gestión; son síntomas saludables de estabilidad y desarrollo, virtudes institucionales e instrumentos válidos para evaluar y proyectar la efectividad y eficiencia de la seguridad pública que asume la Policía Nacional desde una visión integral y comunitaria, abundantes datos útiles para investigadores, académicos, comunicadores sociales, empresarios, funcionarios públicos y ciudadanos en general.
Esta meritoria labor estadística sistemática debe presentarse como fortaleza institucional, sustenta la gestión del servicio policial y de la seguridad, por lo que requiere visibilizarse, como una lámpara sobre la mesa, para el conocimiento y aprendizaje social e institucional de una de las más sólidas realidades nacionales: la seguridad ciudadana en Nicaragua.
Escrito por Francisco Bautista Lara
Fuente: 19 Digital.