La acción militar de Federación Rusa no se puede analizar sin contextualizar los antecedentes progresivos de maniobras políticas de Estados Unidos y la OTAN en Europa del Este, lo que representa un cerco cada vez más fuerte contra Rusia. Sin dejar de mencionar los ataques de Ucrania en la región de Donbás, situación invisibilizada por los medios de comunicación occidentales.
Es importante destacar que de ninguna manera estamos de acuerdo con la acción militar de Rusia en Ucrania, porque quienes pagan las consecuencias son los pueblos.
La doble moral de la comunidad internacional asume protagonismo en el conflicto desde el momento que paradójicamente Estados Unidos y la OTAN asumen el discurso del respeto al derecho internacional y la paz.
La lista de intervenciones armadas de Estados Unidos y la OTAN en el mundo para promover golpes de estados, controlar recursos e imponer a sus aliados en el gobierno es interminable.
El “no a la guerra” se escucha selectivamente en el conflicto de Rusia y Ucrania, pero no se escucha en la guerra de Arabia Saudí contra Yemen o la de Israel contra Palestina. ¿POR QUÉ?
Los responsables de las intervenciones militares en Libia, Yugoslavia, Irak, Afganistán, Islas Malvinas y Panamá, gozan de total impunidad y el silencio cómplice de la comunidad internacional. ¿POR QUÉ?
Parece existir racismo e hipocresía en la selectividad de la indignación por parte de los que callan o hablan según el color, gobierno o país de las víctimas.
Las consecuencias del conflicto entre La Federación Rusa y Ucrania son preocupantes para toda la humanidad y eso nos debe llevar a reforzar la acción internacional de enarbolar las banderas de la paz, el dialogo y la estabilidad internacional en todos los conflictos y dejar a un lado la indignación selectiva.
Por: Gilberto A. Solís González
Abogado panameño, Solidario con la causa de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Palestina, Saharaui.
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