El 22 de enero de cada año se recuerda aquella trágica tarde de 1967 cuando la calle de la antigua Avenida Roosevelt se bañó de sangre de los manifestantes de Managua y provenientes de otros departamentos que participaban en una marcha contra la dictadura somocista exigiendo elecciones libres.
En el ocaso de la tarde de ese domingo, decenas de manifestantes caían bajo las balas de la guardia somocista. Entre los protestantes se encontraban los revolucionarios sandinistas David Tejada y Julián Roque, quienes con sus pequeñas armas se enfrentaron a la guardia para desviarles su atención y contener la matanza.
“Es ahí donde se define el futuro de la lucha antisomocista cuando la gente entiende que la única opción es la revolucionaria alternativa del Frente Sandinista de Liberación Nacional” (Jacinto Suárez)
Desde ese día el Frente Sandinista cargaría el liderazgo de la lucha contra la dictadura somocista, debido a que los políticos de la oposición habían fracasado en sus intentos y “con esa matanza la gente sintió que había sido engañada y utilizada en beneficio de los intereses de los politiqueros.
La manifestación había sido convocada por los opositores al régimen entre ellos el dirigente conservador Fernando Agüero Rocha y el Partido Conservador de Nicaragua para pedir libertades y elecciones libres, de cara a los comicios del 5 de febrero del 1967, y en rechazo a la dinastía de los Somoza.
La multitud se concentró en la Plaza República de Managua con pancartas y se dirigía, sobre la Avenida Roosevelt, a la Casa Presidencial, ubicada en la Loma de Tiscapa, destino que no se cumplió al escucharse el primer disparo en el sector del entonces Banco Nacional de Nicaragua y luego les sobrevino la lluvia de disparos, según los relatos de los sobrevivientes en esa época.
Eran los campesinos, obreros y pueblo en general que caían por decenas, haciendo que sobre las cunetas corriera la sangre de un número no exacto de víctimas mortales y heridos por la guardia somocista. Sin embargo muchos presumen que esta masacre sobre pasa los 300 muertos, incluso algunos afirman que rondan en los más de mil.
Nicaragua cerró capítulos en la historia con los politiqueros que engañaban al pueblo, como Agüero. Fue un hecho trágico lamentable, pero le enseñó al pueblo que ya no podía seguir siendo engañado y ese pueblo se incorporó a la lucha antisomocista, insurreccional vanguardizado por el Frente Sandinista hasta lograr el triunfo de la Revolución Popular Sandinista.
El terremoto de 1972 cambió el escenario de ese sangriento hecho, sin embargo la calle donde se produjo la masacre contra hombres y mujeres que exigían libertades aún cuenta la historia a través de vallas metálicas donde se pueden observar fotografías que relatan lo sucedido a través de textos y fotografías. Hoy a la calle se le conoce como Avenida Peatonal Augusto C. Sandino.
En recuerdo de las víctimas las instalaciones donde legislan los diputados lleva el nombre de “Edificio Mártires del 22 de enero de 1967”, donde todos los años se realiza un acto conmemorativo de esta acción que definió la lucha para liberar a Nicaragua de la dinastía somocista y el triunfo de la Revolución Popular Sandinista.
Fuente: Asamblea Nacional de Nicaragua
También, te puede interesar:
Rufo Marín: Un hombre con temple de acero
La fundación del Colectivo Nacional de la Asociación de Niños Sandinistas (ANS)