Compartimos un poema de Jeremy Cerna, titulado «Quetzalcóatl habita entre nosotros». A continuación el texto:
A doscientos años de nuestra primera independencia
Ayer se nos pidió que renunciáramos a nuestros dioses,
al agua, al suelo y sus minerales,
a las plantas y a los árboles,
y a los animales.
Se nos pidió, se nos obligó, mejor dicho,
que abrazáramos la biblia y dejáramos de tocar el grano de maíz,
la mazorca de vida, de la cual surgimos como pueblo.
Se nos prometió el cielo
para podernos quitar la tierra y la vida misma,
se nos esclavizó hasta el pensamiento.
Se nos pidió, mejor dicho, se nos quiso obligar
a que perdiéramos la esperanza
que Quetzalcóatl regresaría,
envuelto en oro y jade, con plumaje glorioso,
sobre una balsa de serpientes.
En fin, se nos obligó, por mucho tiempo,
a dejar de ser quienes somos.
Y ante cualquier disidencia, se nos mutiló el cuerpo,
se nos mató, cual animales en cacería oprobiosa efectuada por los conquistadores.
Logramos liberarnos y proclamarnos libres,
de eso hace doscientos años.
De ahí hasta hoy hemos iniciado a desnudar nuestro cuerpo,
para vernos como somos, sin vergüenza alguna,
labrando nuestro destino en los surcos de la vida y la muerte.
Ahora, juntos y conscientes, no tenemos miedo.
Cabeza en alto,
nuestra esperanza en la tierra,
respiramos hondo evocando la mazorca de nuestro origen.
Grito de guerra que ruge por la paz.
Quetzalcóatl habita entre nosotros.
¡Hermanos y hermanas el dios Serpiente-emplumada ha vuelto!
Jeremy Cerna
12.09.2021 (Berlín, Alemania)
Fuente: Tortilla con Sal