Se consagró la República, los vivas al aire y esperanzas apretadas al corazón, en 1931 la nueva España, justa y democrática se asomaba en la historia; pero tan trágico final le esperarían a las masas de pueblo, jóvenes, niños, comunistas, anarquistas, internacionalistas y civiles en general.
El 1 de Octubre de 1936, en medio de la guerra contra el fascismo y unos meses tras el golpe de estado del 18 de Julio contra el gobierno Republicano, se proclamaba a Francisco Franco cómo «Jefe del Gobierno del Estado Español» con poderes absolutos. Fue el inicio de la época más oscura del pueblo Español, como buen dictador, su nombramiento no fue ante el pueblo, sino frente a soldados del ejército de la falange y el requeté.
Y no debió existir tal poder, tan malévolo e inhumano, pero sus aliados eran fuertes, Hitler y Mussolini en Europa, los yanquis en América (que tiempos esos donde se llevaban muy bien eso 4). Y no olvidar a las unidades de clérigos armados, si, aquellos Sacerdotes que con sotana y crucifijo salían a matar «Rojos»; jóvenes inocentes, víctimas de la nueva inquisición y sus huestes falangistas; más de 100 mil almas por las cuales el clero no tuvo misericordia.
Víctimas hoy, según su historia, los pobres sacerdotes armados, quienes esperaban piedad, cuando nunca la mostraron, y hacen de sus 6 mil bajas una «tragedia». Pero avanzaron y vencieron, si, está guerra la perdió el pueblo que luchó varios años más después de aquel golpe de estado, en desiguales condiciones; yacen las historias sobre las tumbas de los miles de milicianos que en grupos caían ante los bombardeos de los aviones de las Luftwaffe, enviados por Hitler y los otros centenares que perecieron ante los tanques italianos.
Recordaremos siempre los «grandes logros» del gobierno de Francisco Franco, por supuesto, fueron enormes, pues nadie pudo jamás ocultar las miles de fosas comunes donde moran los los restos de decenas de miles de milicianos, civiles, niños, internacionalistas y en esencia cualquier persona que fuera acusada de «rojo».
Así mismo, fueron evidentes las ciudades destruidas por sus aviones alemanes, cienes de miles de personas lanzadas a la calle sin contemplación, pero habría esto, de ser un común en «su» nueva España, tan vieja y rancia como los miles de desahucios que aún se ven en las residencias españolas.
Sin olvidar, por supuesto, su legado más grande, vivo y destructivo; Los Borbones, la familia Real que nunca debió existir, y fue únicamente gracias a la constitución creada por Franco y ridículamente, según dijera, orientada por el designio divino de Dios, que existe como poder; como poder absoluto. Fue Franco quien reestableciera la monarquía, y por mucho que la quieran ocultar como democracia, gracias a Don Francisco, los Borbones son, por ahora, los Jefes Supremos de las Fuerzas Armadas del Reino de España.
Y con honores lo exhumaron a Franco, cual héroe de una patria imaginaria, con decenas de miles de desempleados y más fútbol que bienestar social, pero que gocen mientras puedan, pues llegará un día, en que sea el pueblo, con furia y derecho, quien exhume para siempre a Reyes y Dictadores de su historia, consiguiendo por fin, la tan merecida República.
Escrito por Alonso.
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