Compartimos un artículo escrito por Jeremy Cerna, titulado «La Justicia también es divina». A continuación el texto:
Sergio Ramírez Mercado posee una flamante carrera literaria, dentro de los géneros en los que destaca está el ensayo, los artículos periodísticos, el cuento y la novela. Este último género es el que le ha dado mayor notoriedad en el mundo de las letras, gracias a su capacidad de inventar historias, tramas, personajes y mover emociones en el lector, el cual a través de una narrativa bien elaborada comienza a sentirse parte de este mundo de fantasías que ha nacido de la mente de Sergio Ramírez.
Sergio Ramírez es de profesión abogado, por tanto, posee los conocimientos necesarios para discernir entre el bien y el mal, en virtud de las legislaciones pertinentes en el contexto en que se encuentre. También, ha tenido su faceta de político, siendo parte de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de Nicaragua (1979 – 1985) y como Vicepresidente de la República de Nicaragua (1985 – 1990).
Sergio Ramírez nació en Masatepe, municipio del departamento de Masaya Nicaragua, como es lógico posee la nacionalidad Nicaragüense. Pero a partir de año 2018, también, posee la nacionalidad española. Un año antes 2017 él había sido galardonado con el Premio Cervantes, el más grande galardón literario para los hispanohablantes.
Acerca de sus obras
Su obra literaria es un deleite para el lector que le gusta estar inmerso en la fantasía de los relatos, que parecieran verdades, pero que después de terminar la lectura, al despertarnos, nos damos cuenta de que hemos caído en la trampa de las fantasías. Es algo así, como una bomba literaria, una post verdad inducida, tan peligrosa como las mentiras más grandes, que hacen creer al lector-espectador que todo es verdad, cuando se sabe que todo es una mentira.
Las escuelas de Nicaragua y del mundo claman por sus obras, sus cuentos y sus novelas son las predilectas de los docentes para inducir a los estudiantes a tomar grandes dosis de fantasías y despertar la creación literaria. Obras como Charles Atlas también muere (Cuento), Castigo divino (Novela), Margarita, está linda la mar (Novela), etc., componen la geografía del espacio (contexto literario) de las fantasías del autor. En sus novelas, principalmente, se referencian elementos históricos para dar la sensación de realidades, las calles, los bares, algunos personajes forman parte de la historia de Nicaragua, pero los hechos que Sergio Ramírez les atribuye en sus obras no necesariamente corresponden a la realidad social.
Todo lo antes mencionado instituye en gran medida la capacidad imaginativa del tan aclamado autor literario, creador de asesinos y asesinatos, policías y demonios, de castigos divinos, de dictaduras y dictadores.
La realidad y la impunidad
Según la Real Academia Española de la Lengua – RAE la realidad se define como “Lo que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio.”. Sí aplicamos esta definición al caso de las novelas y las narrativas novelescas nos encontraremos que están carecen de todo sustento científico o seriedad histórica, por tanto, han de permanecer en el ámbito de la irracionalidad, de la fantasía.
En otro orden la palabra impunidad la RAE la define como “Cualidad de impune”. Y siguiendo el hilo conductor impune indica que alguien queda sin castigo. Ambos conceptos, realidad e impunidad, cobran mucha fuerza en las novelas, en donde vemos que los infractores de las leyes fácilmente se convierten en héroes o victimas a través de argumentos fantasiosos que siembran la duda para ser declarados inocentes o que se presuma su inocencia, sin dejar margen a la culpabilidad.
Es muy conocido que muchos autores viven en el mundo de sus propias habilidades narrativas y por lo tanto en la realidad social se creen inmunes a la crítica, a la posibilidad de ser acusados de delitos comunes o extraordinarios. Este es el caso del premiado escritor Sergio Ramírez Mercado, quien en la actualidad se encuentra acusado por el Ministerio Público de la Republica de Nicaragua bajo los cargos de fomentar e incitar al odio y la violencia, también por haber recibido a través de la Fundación Luisa Mercado dinero de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, cuyos principales miembros de su junta directiva se encuentra acusados por realizar conductas de apropiación indebida, lavado de dinero, bienes y activos (Comunicado 075 – 2021, Ministerio Público).
El pliego de acusaciones antes mencionado son de carácter probatorio y para alguien que conoce de las normativas jurídicas de Nicaragua, el escritor y abogado, sabe que se encuentra en desacato a la autoridad por no querer someterse a la justicia permaneciendo, a como constantemente lo ha hecho, fuera del país, eso sí, ahora autodenominándose exiliado político. “Exiliado” palabra muy de moda entre los acusados por delitos y que no quieren someterse al orden constitucional de las leyes. En contraparte Sergio Ramírez ha optado por la vía de la impunidad que se la atribuye el mismo a través de sus fantasías, llamando al presidente de Nicaragua “Dictador” y atribuyéndole similitudes con Somoza, esto con el objetivo de crear empatía entre la opinión pública y trazar el curso de su propia realidad (DECLARACIÓN DE SERGIO RAMÍREZ – Twitter).
La paradoja de Sergio Ramírez con Daniel Ortega
Lo entraño es que, dentro de su propia lógica existencial, la lógica de Sergio Ramírez, se encuentra una paradoja (contradicción lógica), puesto que el mismo Sergio Ramírez ha descrito al presidente de Nicaragua, Comandante Daniel Ortega, de la siguiente manera:
El único candidato a Presidente que tendría en mí a un compañero de fórmula, y el mejor Presidente que ha conocido la historia de Nicaragua, para decirlo en pocas palabras. Por eso escribo estas líneas que lo van a sorprender, cuando las lea, ahora que vamos a votar por la paz de Nicaragua y lo vamos a elegir Presidente. (Sergio Ramírez (1991). Confesión de amor: Retrato de Daniel. Managua: Ediciones Nicarao)
Si observamos la manera en que Sergio Ramírez describe al Comandante Daniel Ortega podemos inferir la perspectivas y actualidad de Nicaragua, la cual posee al mejor presidente que ha conocido la historia de este país. Aquí quisiera parafrasear al Twitter de la usuaria Flor y Canto: Si ha Sergio Ramírez se le han olvidado sus propias palabras, al pueblo de Nicaragua, a los votantes y a los que confían en la justicia nicaragüense no se le han olvidado.
Pareciera que él acusado quisiera generar una novela de persecución política-policial, hablando de una dictadura inexistente en Nicaragua, para distraer a la opinión pública sobre los delitos que se le imputan y para ello se esta valiendo de sus premios y la fama, moviendo cada hilo conductor del poder mediático y de las palabras. Ejemplo de ello son los siguientes comunicados de las academias de la lengua:
- Comunicado de la Academia Mexicana de la Lengua en apoyo a Sergio Ramírez (10.09.2021): en donde de forma medular quieren desconocer el sistema jurídico nicaragüense atribuyéndose el derecho a legislar por los ciudadanos de Nicaragua. Ellos mencionan “La opinión pública internacional está enterrada de la persecución sistemática del gobierno nicaragüense en contra de sus opositores, apoyado en una legislación represiva, opuesta al sistema interamericano de derechos humanos.”. Adicional se podría decir que este grupo se atribuye en sí mismos la voz de la totalidad de la opinión pública internacional. Grandes egos para la cantidad de personas.
- La Real Academia Española – En apoyo de Sergio Ramírez (11.09.2021): La RAE defiende las libertades de pensamiento y expresión como los primeros valores de cualquier sistema de convivencia y lamenta el grave intento de cercenarlas para evitar el debate libre sobre las opiniones e ideas. Las palabras tienen que ser usadas en libertad por todos; evitar la manifestación libre de toda clase de opiniones, muy especialmente de contenido político, es la forma más intolerable de ejercicio arbitrario del poder porque conduce a la opresión de los ciudadanos en beneficio exclusivo de los imperantes.
Grandes falsedades son las que se desprenden de este fragmento de la nota enviada por la academia de la lengua. Ellos dicen que las palabras tienen que ser usadas en libertad, pero en España se encarcela a ciudadanos que expresan opiniones contrarias a la monarquía, que aún en pleno siglo XXI impera. Ejemplo de ello es la detención del rapero Pablo Hasél, que se ha expresado abiertamente contra la monarquía española (Enric Botella – BBC News Mundo). En este caso la RAE no se pronunció pidiendo la libertad del cantante.
Posteriormente la RAE de forma imperial y neocolonialista establece “Exigimos el levantamiento inmediato de las medidas adoptadas contra nuestro admirado compañero don Sergio Ramírez.”. Bajo que concepto la RAE exige al país soberano de Nicaragua, nada de lo que esta academia diga o haga puede ir en deterioro del marco jurídico institucional del estado de Nicaragua, puesto que es un país independiente y soberano, y en ninguna circunstancia se encuentra bajo el decadente imperio o estado Español.
Los premios no son una licencia poética de ilegalidad
La licencias poéticas son recursos utilizados en la poesía para mantener el mismo número de silabas en cada verso o líneas versales. El objetivo de las licencias es el no cumplir con las normas gramaticales con el propósito de mejorar el ritmo de la obra, dándole al escritor-autor una especie de impunidad literaria en virtud de conseguir sus objetivos.
Sergio Ramírez galardonado en el 2017 con el Premio Cervantes, es acusado con base a la Ley No. 1055 de la República de Nicaragua. Ante su negativa de rendir cuentas a la autoridad competente, valiéndose de sus logros literarios, parece que él quisiera extrapolar o utilizar las licencias poéticas a la realidad de las normativas jurídicas. Pero las leyes nicaragüenses y las leyes del mundo democrático no son licencias literarias, estas leyes han sido creadas para evitar la impunidad, no son leyes gramaticales que pueden ser avasalladas, sino judiciales y penales. Un ejemplo valido para estos argumentos es el caso de Jean- Claude Arnault, personalidad respetada por haber obtenido el Premio Nobel de Literatura fue acusado y sentenciado a dos años de prisión por abuso sexual.
En lenguaje coloquial se puede decir que quien comete un delito debe pagar por ello, los premios, sean del nivel que sean, no constituyen inmunidad para cometer delitos (presumibles o comprobados). Por consiguiente, independientemente de la fama, la fortuna o la cantidad de premios y reconocimientos que posee una persona ante la ley todos somos iguales. El simple hecho que se investigue y se solicite la aprensión de Sergio Ramírez en Nicaragua es un indicio del buen funcionamiento de la institución judicial que no hace diferenciación entre sus ciudadanos.
De forma concluyente, se le puede decir al gran novelista, galardonado con grandes y sustanciosos premios económicos y de literatura, que goza de la admiración literaria de muchos por sus obras, que tiene cuentas pendientes con la justicia nicaragüense. Se le debe recordar a Sergio Ramírez que, aunque su narrativa pareciera inquebrantable, ella es solo eso: fantasías, narrativas literarias, mentiras novelescas, post verdad. Al escritor se le tiene que enfatizar que los premios no representan impunidad. Además, que la justicia también es divina, no solo el castigo divino de su novela.
Jeremy Cerna
Berlín, Alemania (15 septiembre 2021)
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