Brian Wilson nació el 4 de julio de 1941. La fecha de su llegada al mundo no deja de ser especial. Cada 4 de julio, Estados Unidos celebra la independencia conquistada al imperio británico en 1776, y 1941 fue el año en que se enroló definitivamente en la II Guerra Mundial. Dos causas que acaso marcan las raíces y el rumbo que tomó la vida de Brian. No obstante, el niño que creció en el pueblo de Geneve, en el estado de Nueva York, tuvo que conocer la justicia de la peor manera. [1]
En su juventud, Brian fue considerado una persona popular, pero tímida. Desde sus años mozos le gustó la práctica del deporte y fue aquí cuando comenzó a conocer de las formas de impartir “justicia” bajo la “democracia” pregonada por el gobierno de Estados Unidos. Mientras vivía en Chautauqua, un pequeño poblado rural de Nueva York cercano a comunidades de nativos americanos, cuando cursaba la enseñanza secundaria, su madre tuvo que ser parte de un jurado en el caso de un asesinato altamente publicitado por la prensa.
Como estudiante de derecho, Brian trabajó en una penitenciaría ubicada en el estado de Washington. El complejo albergaba a más de 1 400 prisioneros, el 95 por ciento de ellos de raza negra, cuando estaba diseñado para solo la mitad de los mismos. Las penurias de los reclusos cambiaron su perspectiva del mundo.
Pero no sería hasta la edad de 25 años que la vida de Brian comenzaría a dar un giro de 180 grados. En 1966, convencido de la “justeza” de la guerra que Estados Unidos libraba en Vietnam, se enroló en el Ejército. Brian formó parte de las primeras unidades especiales de la Fuerza Aérea, y fue enviado al delta del río Mekong para proteger una base junto a sus hombres. Durante su estadía, los horrores vividos le cambiaron la vida. Su unidad se movía luego de los bombardeos a localidades cercanas a ver si habían sido “efectivos” contra los poblados. Brian descubrió los devastadores efectos que la metralla y el napalm tienen sobre los seres humanos. Fue entonces cuando comenzó a oponerse a las acciones bélicas, hasta que fue enviado de vuelta a Estados Unidos. Confiesa en su hoja de vida, que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) lo investigaron por su oposición a la guerra como método de dominación, creyéndolo un “terrorista nacional”.
Ya licenciado del Ejército, trabajó en las cortes de justicia de Washington, donde admite se sentía avergonzado de realizar acciones legales en frente de los símbolos patrios de su país. Para él, la bandera creaba un choque de emociones donde sus creencias como niño y joven se hacían pedazos ante las vivencias en su vida adulta.
Luego de años trabajando en casos de justicia en Washington, Brian pasó a laborar como asesor legal en cuestiones de reclusos y veteranos de guerra en el estado de Massachusetts. Brian trabajó hasta 1986 en una oficina para atención de veteranos de Vietnam en Massachusetts. “Sin embargo, renuncié al poco tiempo, sintiéndome incapaz de competir frente a los desafíos crónicos que nuestra cultura y sus veteranos asediados pasaron, mientras sentía mi propia vulnerabilidad y fragilidad”.
Así, Brian decidió viajar a Nicaragua, envuelta en una guerra comandada desde Washington por la política beligerante de Ronald Reagan, que financió a los grupos armados contrarrevolucionarios para acabar con la Revolución Sandinista. Este viaje cambiaría su vida para siempre
¡El tren nunca se detuvo!
El 1 de septiembre de 1987, Brian Wilson participó en una acción política no-violenta en las afueras de la Estación Naval de Armas de Concord ubicada en California. Wilson se sentó en las vías del tren, junto a otros dos veteranos, para tratar de detener un tren del gobierno estadounidense que llevaba una cargamento de armas con destino a América Central durante la época de las guerras contrarrevolucionarias. ¡El tren nunca se detuvo!
De hecho, aceleró para destrozar en unos pocos segundos sus piernas. Casi lo mata, pero él nunca se quitó de la línea férrea. Prefería morir si eso impedía que las armas llegasen a Nicaragua. Y aunque la guerra continuó un tiempo más en esta tierra de lagos y volcanes, el ejemplo de Brian Wilson lanzó un mensaje a la historia de la humanidad: las causas justas se defienden a cualquier costo. [2]
Wilson sufrió 19 fracturas de huesos, fractura de cráneo y perdió las dos piernas. “Antes de eso había estado muchos meses en zonas de guerra de Nicaragua y también había estado en El Salvador hablando con miembros de la guerrilla y activistas de derechos humanos. Quería comprender la increíble cantidad de asesinatos, mutilaciones y desplazamientos que había, porque la gente tenía miedo de ser asesinada”, dijo Wilson.
Y cuenta que decidió que “como mínimo tenía que profundizar mi propio trabajo como pacifista, si se quiere, ocupando las vías del tren”. “Bueno, lamento haber perdido las piernas, pero no me arrepiento de haber estado allí. Hice lo que había dicho que iba a hacer”.
Asamblea de Nicaragua condecoró al pacifista estadounidense Brian Wilson
El 1 de septiembre de 2020, la Asamblea Nacional condecoró con la Orden “General José Dolores Estrada Batalla de San Jacinto en Grado Gran Cruz” al pacifista estadounidense Brian Willson, exponente vivo de sacrificio por la paz de Nicaragua y contra la política intervencionista del imperialismo yanqui. [3]
El doctor Porras impuso la insignia y la banda de la Orden “General José Dolores Estrada Batalla de San Jacinto en Grado Gran Cruz” al compañero Willson, y la diputada Dixon le entregó la Resolución de Otorgamiento de la Orden, que expresa el agradecimiento y reconocimiento del pueblo nicaragüense al heroico acto de valentía del gran pacifista.
“esa es nuestra lucha, es nuestra sangre, esa es nuestra historia que se junta con los sentimientos con todos los hermanos, porque es la lucha del mundo por la paz, contra la discriminación, por la equidad, y por eso para nosotros es un honor tener a un veterano de la lucha por la paz y tener a nuestros compañeros luchadores por la paz” (Gustavo Porras)
Referencias:
[2] https://www.democracynow.org/es/2011/10/28/blood_on_the_tracks_brian_willsons
[3] http://54.202.231.105/asamblea-de-nicaragua-condecora-al-pacifista-estadounidense-brian-wilson/