Nuestro país dio un giro de mas de 90 grados, después de aquel 22 de agosto de 1978. El día, en el que 25 guerrilleros del Frente Sandinista de Liberación Nacional, encabezados por el Comandante Edén Pastora (comandante cero), protagonizaron la toma del Palacio Nacional, hecho que marcó un punto de inflexión para el régimen dictatorial de Anastasio Somoza.
La acción se había planificado por varios meses, por una gran parte de la dirección del FSLN, para demostrar a Nicaragua y al mundo que la genocida Guardia Nacional no era invencible, como afirmaba el dictador.
“Somoza estaba más fuerte que nunca. El pueblo de Nicaragua le tenía pánico a la Guardia Somocista, por ser la policía más represiva de América Latina. Esa situación era patética, teníamos un régimen que promovía la explotación del hombre por el hombre y nosotros queríamos tomar el poder para hacer cambios sociales, políticos y económicos que beneficiaran a la inmensa mayoría”, relataba el Comandante Cero.
Así, luego del mediodía del 22 de agosto inició la Operación Muerte al somocismo, Carlos Fonseca Amador. El grupo insurgente llegó al Palacio Nacional vestido con uniformes que los hacían parecer un batallón de la Escuela de Entrenamiento Básicos de Infantería. En unos pocos minutos, Pastora y el comando guerrillero se hicieron con el control del Palacio Nacional, donde estaba en marcha una sesión del Congreso. En la institución había unas tres mil personas ese día.
Desde ese momento, los sandinistas entraron en un proceso de negociación que culminó con importantes logros: la liberación de decenas de presos políticos lamentablemente algunos de la lista de 50 personas presentada, habían sido asesinados por la dictadura, y otro gran logro fue el de llevar un mensaje de esperanza al pueblo nicaragüense a partir de la publicación de varios documentos en los medios de comunicación.
Por otra parte, la población nicaragüense reaccionó positivamente y ya en septiembre del mismo año personas de distintas ciudades estaba en la calle con protestas, sin miedo a la Guardia Nacional. Dicha gesta, también conocida como Operación Chancera, tuve así mismo inmediata repercusión en el ámbito internacional, pues mostró al mundo la crueldad de la dictadura somocista.
Este sacudón a la conciencia colectiva cumple ya 43 años de gestado, y se enmarca entre las gloriosas páginas de nuestra historia. Una gesta redentora que culminaría su tránsito para lograr el triunfo revolucionario, en menos de un año.
La Revolución Popular Sandinista se hizo realidad, cimentada en hechos como el de la toma del Palacio Nacional. Desde entonces, Nicaragua comenzó a transitar por caminos de paz y bien. Hoy ya no habitan los “chanchos” que una vez fueran el epicentro del poder para el dictador. Actualmente, ese recinto tan lleno de historia es el Palacio de la cultura.
Escrito por Carla Caldera
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