Compartimos un artículo escrito por Carla Caldera, titulado «No olvidarnos de nuestros pueblos indígenas». A continuación se presenta el texto:
Más de 476 millones de pueblos indígenas viven en 90 países en todo el mundo, lo que representa el 6,2% de la población mundial. Los pueblos indígenas son los poseedores de una gran diversidad de cultura, tradiciones, idiomas y sistemas de conocimiento únicos. Tienen una relación especial con sus tierras y tienen diversos conceptos de desarrollo basados en sus propias cosmovisiones y prioridades.
Aunque numerosos pueblos indígenas en todo el mundo son autónomos y algunos han logrado establecer la autonomía en diversas formas, muchos de ellos todavía se encuentran bajo la autoridad última de los gobiernos centrales que ejercen el control sobre sus tierras, territorios y recursos.
La pandemia de COVID-19 ha expuesto y exacerbado muchas desigualdades existentes, afectando de manera desproporcionada a poblaciones de todo el mundo que ya sufrían pobreza, enfermedad, discriminación, inestabilidad institucional o inseguridad financiera. Desde la perspectiva de los pueblos indígenas, el contraste es aún más marcado.
Actualmente existen muchos países, donde los pueblos indígenas siguen siendo expulsados de sus tierras, se ha tratado de exterminar su cultura y son pocos incluidos los contratos sociales.
Durante los últimos años y décadas, varias sociedades han tratado de abordar este problema, incluso a través de disculpas, esfuerzos por la verdad y la reconciliación, reformas legislativas, así como reformas constitucionales. Mientras que, a nivel internacional, estos esfuerzos han incluido la adopción de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y la creación de órganos asesores como el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas.
A pesar de la existencia de instrumentos internacionales para responder a estas desigualdades, no todos se embarcan en el viaje colectivo para garantizar que nadie se quede atrás, incluidos los pueblos indígenas. Por tanto, es necesaria la construcción y el rediseño de un nuevo contrato social como expresión de cooperación por el interés social y el bien común de la humanidad y la naturaleza.
El nuevo contrato social debe basarse en una auténtica participación y asociación que fomente la igualdad de oportunidades y respete los derechos, la dignidad y las libertades de todos.
Es por ello que este 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas, debemos reivindicar su inclusión, participación y aprobación en la constitución de un sistema con beneficios sociales y económicos para todos.
Restitución de derechos a los pueblos originarios en Nicaragua
Nicaragua es una nación multiétnica donde convergen distintos pueblos indígenas tanto en la Costa Atlántica como el Pacifico Centro y Norte del país. La riqueza de la nación nicaragüense está en la diversidad cultural de los pueblos, en la medida que conozcamos, respetemos y valoremos estas culturas fortalecemos nuestra identidad nacional, contribuimos de esta forma a romper con las barreras que marca la discriminación.
Nicaragua es pionera en Centroamérica, en cuanto a restitución de derechos de los pueblos indígenas, que desde 1987 reconoce la realidad histórica de la nación al establecer en la Constitución Política, que gozan de los derechos, deberes y garantías al igual que los demás nicaragüenses, y en especial los de mantener y desarrollar su identidad y cultura, tener sus propias formas de organización social y administrar sus asuntos locales, así como mantener las formas comunales de propiedad de sus tierras y el goce, uso y disfrute de las mismas.
Para los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe se establece un régimen de autonomía y propiedad comunal, para garantizar los derechos colectivos e individuales de los pueblos. A partir del 2007, el Estado ha demarcado y titulado 17 territorios indígenas y afro descendientes en restitución de los derechos históricos de 335 comunidades, asegurando de esta forma el desarrollo de los derechos económicos, sociales y culturales para alcanzar el buen vivir de los pueblos indígenas en armonía con la madre tierra.
A continuación, una lista de restituciones hechas desde el triunfo de la revolución para nuestros pueblos originarios:
- En 1987, bajo el liderazgo del Comandante Daniel Ortega, se aprueba la Ley 28, Estatuto de Autonomía, que permite la creación de los Gobierno Regionales Autónomos de la Costa Caribe Norte y Sur.
- La actual Constitución Política reconoce el carácter multiétnico, multilingüe y pluricultural de la nación.
- En materia de restitución del derecho ancestral la Ley 445 les ha permitido obtener un área de 37, 841.9 Km2, que representa la tercera parte del territorio nacional, correspondiente a 23 títulos de propiedad comunal, entregados por el presidente comandante Daniel Ortega a los Pueblos Misquito, Sumu-Mayangna, Ramas y Afrodescendientes Creoles y Garífunas.
- Como parte del sistema de educación nacional, se desarrolló un programa de educación intercultural bilingüe que contribuye de manera directa a la preservación de las lenguas, a través de los centros de educación básica, universidades indígenas, comunitarias e interculturales URACCAN y la BICU, que forman parte del Consejo Nacional de Universidades.
- En materia de salud, la autonómica también es parte del nuevo modelo de salud nacional que incluye la medicina tradicional ancestral, la cobertura universal, así como el mejoramiento y construcción de puestos salud, centros de salud y hospitales.
- En cuanto a los servicios públicos e infraestructura, los pueblos de la Costa Caribe del país cuentan ahora con plantas purificadoras para el suministro de agua potable, energía eléctrica y señal de telefonía hasta en las zonas de difícil acceso. También de un sistema de interconexión de carreteras que une por primera vez con el resto del país, que contribuye con el desarrollo socio-económico y productivo de toda la nación.
Es así que podemos darnos cuenta que nuestros pueblos originarios cuenta con un bienestar socio-económico, que se promueve como un proceso de restitución de derechos de la mano con su cosmovisión, tradiciones, convivencias y relaciones interculturales, que vienen a fortalecer nuestra identidad cultura como pueblo en general.
Escrito por Carla Caldera
Fuentes:
https://www.un.org/es/observances/indigenous-day