Si está en Cuba y quiere saber sobre Camilo Cienfuegos, su empeño será fácil, pues cualquier cubano que encuentre le sabrá contar al menos una de las tantas historias protagonizadas por el hombre del sombrero alón, que el seis de febrero de 1932 llegara al mundo en la capitalina barriada de Lawton, para luego convertirse en una de las leyendas de la historia cubana.
El habanero, conocido por su amplia sonrisa, era uno de esos hombres de pueblo, cuyo carisma le permitía ganarse la simpatía incluso de los más recalcitrantes y cuyas bromas lograban divertir incluso a los más serios.
Pero, además, sus convicciones y su poder para convencer lo hicieron uno de los líderes más queridos durante el proceso revolucionario que llevó a la Isla caribeña a su definitiva independencia en 1959.
¿Por qué Camilo Cienfuegos es una figura cimera en la historia de Cuba?
Luego de alcanzar los estudios básicos, Camilo consiguió ingresar a la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, a donde asistió durante el primer semestre, pero luego debió abandonar por problemas económicos.
Tras incursionar en la vida laboral, ya para 1948 participaba en las protestas populares contra los gobiernos de turno en la Isla, y en 1954 se vinculó a la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista, por lo que se vio forzado a exiliarse.
Viajó a Estados Unidos con tan solo 21 años, buscando protección y mejores posibilidades económicas para su familia, pero en 1955 fue deportado a Cuba, donde nuevamente se ligó a las luchas populares, esta vez al sector estudiantil.
Nuevamente en el exilio, Camilo se vinculó con la oposición revolucionaria en Nueva York y al conocer de la empresa que se proponían Fidel y otros revolucionarios decidió viajar a México.
México, 1956, el yate Granma pone rumbo a costas cubanas con 82 pasajeros a bordo, para librar lo que preveían fuese la última contienda de liberación nacional. En ese grupo viajaba Camilo.
Como era de esperar en un proyecto de tales características, clandestino, no fue fácil que lo aceptaran entre los futuros expedicionarios, pues no había sido enviado por ninguna célula del Movimiento 26 de Julio.
Una vez en Cuba, integró la Columna 1 José Martí al mando de Fidel Castro, y poco a poco se fue destacando, especialmente en el ataque al cuartel de La Plata y cinco días después en Arroyo del Infierno.
Esto hizo que en 1957 Camilo fuera ascendido a teniente y recibiera el mando de la vanguardia.
Cuando los altos mandos del Ejército Rebelde decidieron extender la guerra a otros territorios, Camilo recibió la responsabilidad de dirigir un pelotón en la zona del río Cauto, el 21 de marzo de 1958, convirtiéndose en el primer jefe guerrillero en combatir al ejército de la tiranía fuera del escenario natural de la Sierra Maestra.
El 16 de abril de 1958 el Señor de la Vanguardia, como lo bautizara el Che, fue ascendido a Comandante y promovido a jefe de la Columna 2 Antonio Maceo para operar en el triángulo cuyos vértices estaban situados en las ciudades de Bayamo, Manzanillo y Victoria de Las Tunas,
Luego vendría la última fase de la guerra, en la que Camilo sería una ficha imprescindible del Ejército Rebelde, al reeditar, junto al Che, la campaña de Oriente a Occidente que protagonizara Antonio Maceo durante la Guerra de Independencia del siglo XIX.
Él debía conducir a su tropa a lo largo de la Isla hasta llegar al extremo más occidental, Pinar del Río, para hacerse del control de todo el país y culminar el proceso de emancipación.
La estrategia de la guerrilla revolucionaria dio los frutos esperados y para el 1° de enero de 1959 Cuba era libre del imperialismo. Dado el papel que jugó Camilo durante la guerra, su papel dentro del gobierno revolucionario estaba garantizado.
Ante la huida de Batista y el intento de establecer un nuevo gobierno, Camilo recibió la orden de marchar rápidamente hacia La Habana y tomar la máxima fortaleza de la tiranía: el Campamento de Columbia, sede del Estado Mayor del Ejército, misión que cumplió el 2 de enero de 1959. Inmediatamente después del triunfo, el 20 de enero de 1959, pasó a ser el Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde.
Al conmemorarse el sexto aniversario del asalto al Cuartel Moncada, Camilo encabezó la gran marcha de caballería de la columna invasora que había dirigido durante la Guerra de Liberación.
Su desafortunada y prematura muerte, permeada de misterio, fue un duro golpe para el naciente gobierno y el entusiasta pueblo, con cuya simpatía contaba.
La misión de detener al traidor Hubert Matos sería la última que protagonizara el carismático líder popular, pues a su regreso, procedente de la provincia de Camagüey, el avión en el que viajaba desapareció en medio de condiciones climáticas adversas y sus restos aún al día de hoy no se han encontrado.
La relación de Camilo Cienfuegos con Fidel Castro siempre fue muy cercana, así lo demustra su histórica frase contra «Fidel ni en un juego de pelota», al ser inquirido por los periodistas en un juego de béisbol. / Foto: Cubadebate.
Camilo es uno de los pocos que podía hacerle bromas al Che, es el hombre al que Fidel le pidiera consejo en aquel histórico acto en el que se inmortalizara la frase: ¿Voy bien Camilo?, la cual encontraría respuestas en un firme: ¡Vas bien Fidel!
Fuente: TeleSur
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