Compartimos con nuestros lectores una Entrevista realizada por Alberto López Girondo al expresidente boliviano Evo Morales, publicada en el sitio Web de Portal Alba.
En una distendida charla virtual repasa su vida de militancia para meterse luego de lleno en el presente de su país y avizorar el futuro inmediato. Acusa: «En Bolivia no solo hubo genocidio sino economicidio». Asegura: «El coronavirus nos mata pero también el gobierno de la dictadura nos mata de hambre»
Para Evo Morales, el anuncio de la renuncia a la candidatura presidencial de la actual presidenta de facto representa una “doble traición, a sus militantes y candidatos”, que ya estaba en marcha desde hace tiempo, pero se decidió una vez que negoció su impunidad. Exiliado en Buenos Aires luego del golpe del 10 de noviembre pasado, el exmandatario boliviano mantuvo una entrevista virtual con Tiempo Argentino en la que habló del libro que acaba de publicar -sobre aquellos días dramáticos en que eligió, afirma, dejar la presidencia para que no hubiera un baño de sangre- y uno que quiere escribir, sobre la historia de la coca y cómo esa planta emblemática para los pueblos andinos participó en las guerras de la independencia. También contó pormenores de sus anteriores persecuciones. “En mi carrera política he sido tantas veces procesado, detenido, torturado, confinado. Me faltaba asilo en refugio. Creo que he completado”.
“El primer proceso fue en 1989 -recuerda Morales- Yo gané la ejecutiva de una federación del trópico de Cochabamba en 1988. Hice mi primera concentración, a un año de la masacre de Tunari, del 27 de junio del 88. Yo vi personalmente la DEA, uniformada, que nos disparaba a ráfagas en Villa Tunar, nos atacaron por helicóptero. No era dirigente principal sino de una central campesina. Once muertos. Al día siguiente nos buscan en el sindicato, me llevaron adentro. Entre 5 me pisaron dentro de un móvil. De la cintura para arriba no me podía levantar. Yo les dije: “Ustedes me pueden pisar a mí, pero se dejan pisar por la DEA de Estados Unidos.”
-¿Luego hubo otras detenciones?
-En 1995 estaba en una reunión con productores de coca del Cauca, en Colombia; de Quillabamba en Perú y de Copacabana en Bolivia. Hubo una intervención policial y militar, nos sacaron dormidos y nos llevaron detenidos con las manos en la nuca. Ese día también habían intervenido a la Central Obrera Boliviana, también detenidos, y dictan el estado de emergencia. Esta vez detenido y confinado, pero no torturado. En celdas subterráneas en La Paz dos semanas.
-¿Y la otra?
-La tercera más dura ha sido, cuando me expulsaron del Congreso en 2002, siendo diputado. Estaba Tuto Quiroga de presidente. Dos de sus ministros, Leopoldo Fernández y Chaca Rivero, me han dicho que fue por instrucción de EE UU. El plan era procesarme y sentenciarme para que no sea candidato a presidente en 2002. Por la lucha del pueblo fracasaron. Ahí hubo movilizaciones, corte de caminos y en Caracoles, cerca de la ciudad de Oruro, solo han detenido a mi hermana Esther y a mi hermano Hugo, que estaban en el bloqueo de caminos.
-Ella murió hace poco.
-Murió el 16 de agosto de coronavirus. Nunca hubo nepotismo en mi gobierno. Ella seguía en su comercio de carne, en su tiendita seguía vendiendo y le han quemado la casa el día del golpe.
-¿Siente que otra vez se dejan pisotear por organismos de EE UU?
-Antes de nuestro proceso estaban totalmente sometidos. Autoridades del Comando Sur o de organismos policiales de EE UU primero llegaban a la base militar en Chimoré (Cochabamba) y recién después iban a reunirse con el presidente y los ministros en La Paz. Parecía que los que estaban en Chimoré eran sus presidentes, sus delegados. Y después iban a La Paz. Colonia colonia era. Era un centro de dominación.
-Sí, pero ¿ahora no ocurre lo mismo?
-Nosotros cerramos la base militar. Convertimos eso en un centro de integración. Ahora volvió al pasado, aunque todavía no fue la DEA, pero sí la CIA y la embajada gobiernan en el Palacio. El asesor privado de la Áñez trabajó 18 años en la embajada de EE UU. Colega de ustedes (se trata de Erick Foronda).
-Usted decía que Jeanine Áñez traicionó a sus seguidores al renunciar a la candidatura. ¿Siente que usted también fue traicionado, que lo han dejado solo en algún momento?
-En todo el proceso ha habido traidores. Los fundadores en el 2009, ya por una cuestión de candidaturas, nos han abandonado, eso pasa en todo movimiento. Pero no dividió nada, se han ido solos.
-¿Confía en que las autoridades van a entregar el poder o teme que puedan escamotear el resultado?
-El pueblo esta organizándose no solo para cuidar el voto sino para defenderlo. Yo veo dos cosas: estoy en contacto con algunos hermanos policías y militares. En todos lados hay buenos y malos. Pero muchos repudian lo que hizo su comandante, de permitir que la policía se amotine y que el comandante de las FFAA pida la renuncia de Evo. Porque se sienten culpables, miran ahora cómo esta Bolivia y se sienten culpables. No solo hubo genocidio sino economicidio. No son promotores golpistas ni policías ni militares, pero aceptaron, se han incorporado por culpa de sus comandantes. La violencia es un derecho de la derecha, el racismo es como un derecho adquirido para los fascistas. Pero tengo mucha confianza en las fuerzas armadas institucionalistas que respetan la constitución. Hay militares que apuestan por la patria.
-Luis Arce y David Choquehuanca, los candidatos del MAS IPSP fueron muy leales a su gobierno.
-El compañero Arce, economista, muy patriota. Choquehuanca viene del movimiento indígena, lo conoce muy bien. Pero en este momento la cuestión pasa más por la economía. Tenemos dos pandemias, contra la vida y contra la economía. El coronavirus nos mata pero también el gobierno de la dictadura nos mata de hambre. Si no hay políticas urgentes el hambre puede matar más que el coronavirus en Bolivia. Y nosotros tenemos una propuesta, por eso planteamos crédito al 0 por ciento de interés para el pequeño productor. Para que no falte alimento, por un año. Solo la madre tierra con el pequeño productor van a salvar la hambruna. El gran productor agroindustrial siempre ve la producción como un negocio. Es su derecho y debe ser respetado. El pequeño productor también tiene beneficios, pero va siempre al alimento del pueblo.
-Usted suele hablar de economicidio.
-Este gobierno no solamente tiene corrupción, nepotismo y ha paralizado obras por la pandemia, sino que se sometió al FMI. Cerraron tres ministerios. Usted sabe bien que el Fondo quiere un Estado mínimo, un Estado que regule pero no invierta. Pero un Estado que no invierte no produce y no genera divisas. ¿Con qué plata va a atender las demandas? A eso llamo economicidio y eso lo va a salvar Lucho. El es experto. Al principio no teníamos experiencia en gestión pública. Ni Evo, ni Álvaro, ni Lucho, ni David. En 14 años hemos aprendido. En 2005 nos han dejado un país destrozado. Cinco años antes de mi presidencia, hubo cinco presidentes. Hemos logrado estabilidad política y social.Conocemos, tenemos mucha experiencia.
-¿Cuál fue su mayor éxito en esos años de gobierno?
-En política, la refundación de Bolivia. Dejar de ser un Estado colonial y tener un Estado plurinacional donde todos tenemos los mismos derechos y los mismos deberes. La incorporación del movimiento indígena y las mujeres. Tuve una ministra de Trabajo obrera de base. En tiempos neoliberales era un empresario. Todos los ministros de Trabajo eran obreros o asesores de la COB. En Justicia, una trabajadora del hogar (Marcela Casimira Rodríguez Romero), histórico, inédito. Y del movimiento indígena, de pollera, quechua. Un desafío para el patriarcado. Una hermana, Patricia Muñoz, ministra de gobierno, para que pueda comandar a la policía. Tal vez algún oficial no me perdona eso. En las FFAA, Cecilia Chacón, ministra de Defensa, aunque ella después nos ha traicionado.
-Usted dijo que recordó el final de Salvador Allende y eso lo convenció de que debía irse de Bolivia para salvar el proceso iniciado en 2005.
-Cuando llegué a Chimoré pensé meterme monte adentro. Pensé: “Estoy en mi región”. Desde allí voy a gobernar, no a renunciar. Otra vez pienso, si Evo sigue presidente y hay matanza en La Paz no va a ser bajo mi responsabilidad. En México y luego acá, vi que era un golpe como el de Chile. Con participación del gobierno de EE UU como leí en algunos reportajes: pagaban 50 dólares a transportistas para que haya paro de transportes o los ganaderos que en lugar de proveer carne degollaban en los ríos. Pagaban los gringos para golpear a Salvador Allende. Casi igualito. El senador republicano Richard Black admitió que Trump impulsó el golpe. El dueño de Tesla dijo lo mismo, para tener el litio.
-Hablando de Chile, ¿Cómo se imagina pisando nuevamente las calles de La Paz?
-Claro, va a ser otro motivo de emoción. Los compañeros militantes me dicen: “Vamos a votar para que gane el MAS y que vuelva el EVO”. Es generalizado eso, pero también los que no se dedican a la política que dicen: “Voy a votar al partido que sabe gobernar”. Somos optimistas, porque hicimos mucho por el pueblo boliviano y conoce lo que hicimos.
Fuente: http://www.portalalba.org/
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