La Independencia de Centroamérica es un hecho que marcó la historia, no solo de Nicaragua, sino de toda Centroamérica. Si bien es cierto que es un hecho histórico, no es posible hablar de independencia sin hacer un recorrido de las luchas independentistas que se llevaron a cabo en nuestra Patria.
La primera batalla fue librada por dos grandes caciques, Nicarao y Diriangén, el 19 de abril de 1523. Los más poderosos y valientes caciques de Nicaragua unieron sus fuerzas y decidieron combatir la presencia española, en ese momento encabezada por Gil González.
El 15 de septiembre de 1821 dimos el primer paso y nos sacudimos de una conquista colonial antigua, que con una cultura dominante pretendió domarnos con espejos para llevarse nuestros más grandes y ricos tesoros[1].
Una vez que la independencia de Centroamérica se logró, es importante destacar el papel que jugó Francisco Morazán (Honduras). Siendo un político y militar llegó a gobernar en diferentes momentos Honduras, El Salvador y Costa Rica, e incluso toda Centroamérica. Lo que hoy son cinco países, formaron una sola nación entre 1824 y 1839; la República Federal de Centro América. Morazán gobernó durante el turbulento período de 1830 a 1839.
Es tan importante el papel de Morazán en Centroamérica, que el Apóstol, José Martí, lo destaca manifestando: “la sombra de Bolívar, que soñó para la América del Sur una sola nación… y la sombra de Morazán, incrustando en su espada triunfante las cinco repúblicas de la América del Centro”[2].
Muchos años después continuaron las luchas de los/as nicaragüenses en contra de las pretensiones expansionistas de los colonizadores y filibusteros. Y aquí hablamos de William Walker, quien desembarcó en el Puerto de “El Realejo” el 13 de junio de 1855 con sus reclutas, llamados “Los inmortales”.
En aquel momento, los filibusteros fueron traídos a Nicaragua por el partido liberal (democráticos), para que estos les ayudaran a ganar la guerra civil que se libraba contra el partido conservador (legitimistas). Cuando los filibusteros tocaron suelo nicaragüense, se aprovecharon de la funesta división de los políticos nicaragüenses y quisieron apoderarse del país.
Ese mismo año, se desarrollaron los primeros enfrentamientos militares entre los filibusteros y tropas nicaragüenses del bando legitimista, registradas en la cronología de la Guerra Nacional, como la Primera Batalla de Rivas del 29 de junio, en la que se destacó el maestro Enmanuel Mongalo y Rubio, quien quemó la casa donde se encontraban los mercenarios.
El 20 de marzo de 1856 se libró la Batalla de Santa Rosa en territorio costarricense y el 11 de abril se dio la Segunda Batalla de Rivas, con el protagonismo del soldado costarricense, Juan Santamaría[3].
Juan Santamaría, Héroe Nacional de Costa Rica y Héroe Nacional de Nicaragua, tuvo valentía y amor por su patria al incendiar “el mesón de Guerra” de los filibusteros norteamericanos que querían apoderarse de Centroamérica. Esto lo convirtió en el principal protagonista de esa victoria histórica. Juan Santamaría entregó su vida el 11 de abril de 1856 en Rivas, Nicaragua. Por su legado es respetado y recordado. Lo que hizo fue extraordinario para el bien de la población de nuestra región.
Después de esa hazaña, William Walker logró hacerse elegir presidente de Nicaragua prestando juramento presidencial el 12 de julio de 1856 en la Plaza Central de Granada.
A partir de esto, ya cuando el conflicto era evidente, los países centroamericanos se preocuparon por venir a Nicaragua a lograr la Paz interna, para que, sobre la base de la paz interna, se asumiera la responsabilidad de luchar contra el filibustero.
El 12 de septiembre de 1856, los partidos “Legitimista” (conservador) y “Democrático” (liberal), que eran los únicos que existían en ese entonces, suscribieron el “Pacto Providencial” para enfrentar y derrotar a los filibusteros de William Walker.
Se conoce que Walker ya tenía dominado la zona sur y se dirigía hacia el norte de Nicaragua. Sin embargo, dentro de sus planes no estaba encontrarse con los Indios Flecheros de Matagalpa, el Coronel José Dolores Estrada y el Sargento Andrés Castro.
Los indios flecheros de la aldea llamada “Yucul” (voz Matagalpa que significa “tener huevos”, o ser valientes), partieron por veredas y cañadas hacia la Hacienda de San Jacinto para enfrentarse contra el yanqui invasor, quienes pretendían esclavizar al pueblo nicaragüense. Estos llegaron un 11 de septiembre del año 1856 a la Hacienda San Jacinto, al mando de Francisco Sacasa, para reforzar a los más de 100 efectivos del Ejército del Septentrión que posteriormente participaron en la épica Batalla de San Jacinto.
Posteriormente, los bandos contrarios de esa época, conservadores y liberales, unieron sus fuerzas para expulsar a Walker de Nicaragua, quien fue derrotado el primero de mayo de 1857.
Treinta y seis (36) años después, aparece José Santos Zelaya; un militar y político nicaragüense que ejerció como Presidente entre 1893 – 1909. José Santos Zelaya lideró la Revolución Liberal. Este fue un leal defensor nacionalista de los principios de soberanía, autonomía e independencia de la Patria. Su gobierno fue derrocado en 1909 por las fuerzas intervencionistas de los Estados Unidos con apoyo de los conservadores nicaragüenses, todo por no estar alineado con los intereses del gobierno de Estados Unidos.
En 1912, el General Benjamín Zeledón, liberal de pensamiento y de acción, cultivado políticamente y cultivado como tal jurídicamente, oriundo de Jinotega, abogado, miembro de la Corte Interamericana de Justicia con sede en Cartago es uno de los Héroes que defendió los intereses de su patria al luchar con sus tropas en el cerro el Coyotepe, en Masaya. La lucha fue bastante desigual, lo que provocó el asesinato de Zeledón. Su cadáver fue llevado en una carreta desde Niquinohomo hasta Catarina. Sin duda, una perversa demostración de la crueldad de los marines yankees.
En 1926, el Gral Augusto C. Sandino inició su lucha contra los invasores que por años intentaron sofocar nuestra tierra. Desde muy joven, el Gral. Sandino presenció la primera intervención política, militar y económica que sufrió nuestro país en manos del Gobierno de Estados Unidos. Uno de los momentos que marcó su conciencia nacionalista y humanista fue ver el cadáver del General Benjamín Zeledón, sepultado en el año 1912.
El Gral. Sandino combatió contra las tropas de diferentes gobiernos apoyados por el Gobierno de Estados Unidos, logrando reunir a 3 mil hombres que, bajo su mando, se refugiaron en las selvas de Nueva Segovia, ganándose la admiración popular. El presidente estadounidense Herbert C. Hoover, al no poder derrotarlo ordenó la retirada de las tropas desplegadas en Nicaragua.
El General de Hombres y Mujeres Libres, jamás aceptó entregar sus armas al ejército invasor, formando el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua para combatir a las tropas interventoras: «No me vendo, ni me rindo. Yo quiero patria libre o morir».
Desde ese momento la guerra civil se convierte en una guerra de liberación nacional y el Gral. Augusto C. Sandino se convierte en el ejemplo de lucha nacionalista y antiimperialista. El 21 de febrero de 1934, el Gral. Sandino fue asesinado a traición, por órdenes de Anastasio Somoza.
En el año 1961 aparece la figura del Comandante Carlos Fonseca Amador, quien junto a Santos López, Silvio Mayorga, Faustino Ruiz y Tomás Borge fundaron el Frente Sandinista de Liberación Nacional, organización que luchó a la par del Pueblo contra la dictadura hasta su derrocamiento en el año 1979.
La independencia y la soberanía de una nación no se conquistan solo una vez. Se siguen conquistando y defendiendo las veces que sean necesarias.
¡Seguimos siendo tercos y orgullosos, en la defensa de la Soberanía de nuestra Patria, de la dignidad de nuestra Patria! que no puede ser mancillada, que no puede ser vendida, que no puede ser negociada.[4]
[1] https://www.lavozdelsandinismo.com/nicaragua/2019-09-15/independencia-de-centroamerica-retrospectiva-de-una-historia-de-198-anos/
[2] https://www.bbc.com/mundo/noticias-48030950
[3] https://barricada.com.ni/william-walker-fusilamiento/
[4] Palabras del Comandante Presidente Daniel Ortega el 19 de julio de 2019.
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