Compartimos un artículo de Carla Caldera, titulado «Leonel Rugama: Muy cerca de la muerte, pero no del final». A continuación se presenta el texto original:
José Leonel Rugama nació el 27 de marzo de 1949 en el Valle de Matapalos, al noreste del departamento de Estelí. Su padre, Pastor Rugama, era oficial de carpintería y su madre, Cándida Rugama, era maestra. Sus padres se mudaron a la ciudad de Estelí en febrero de 1950 donde realizó estudios de primaria. La secundaria la cursó en el Seminario Nacional de Managua. Terminó su último curso de secundaria en el Instituto Nacional de Estelí, obteniendo el primer lugar en su grupo. Era un excelente jugador de ajedrez .
En 1967 estableció contacto con el FSLN y se internó en la montaña como combatiente guerrillero. Allí comenzó a escribir poesía. Su papel es muy importante dentro de la lucha en contra del Somocismo, destacándose de esta forma como guerrillero y artista.
Ernesto Cardenal dedicó un poema en su nombre titulado «Oráculo sobre Managua». De igual manera grabó en viva voz el emblemático poema “La Tierra es un satélite de la Luna”.
El Movimiento Cultural «Leonel Rugama» fue fundado en su honor en la primera etapa de la Revolución Popular Sandinista en la década de los años 80, para animar la participación activa de la juventud nicaragüense en las artes y la cultura.
“GOZÓ DE LA TIERRA PROMETIDA EN EL MES MÁS CRUDO DE LA SIEMBRA SIN MÁS ALTERNATIVA QUE LA LUCHA, MUY CERCA DE LA MUERTE, PERO NO DEL FINAL”
Leonel Rugama, fue uno de los precursores de la poesía Joven a nivel Latinoamericano. La poesía de Rugama no solo entrelaza la vanguardia política y poética, sino que también contribuye a una obra experimental e incluyente.
Más allá de beatificarlo como un excelente guerrillero, este articulo intenta abordar brevemente su obra poética y el legado cultural que nos deja a los jóvenes artistas revolucionarios, tanto en la parte cultural, como en el sentido de espíritu patriótico anti injerencista, de lucha, amor y entrega abnegada a la causa justa, por los menos favorecidos.
Leonel Rugama fue un excelente ser humano que vivía en carne propia las aflicciones de su pueblo en aquellos años de tanta oscuridad. El poeta guerrillero dejó el seminario para combatir la injusticia social de un pueblo oprimido, un pueblo que hoy, gracias a él y a muchos más que ofrendaron su vida por esta causa, goza de muchos derechos e igualdades.
Su lucha y su entrega a la Patria no ha sido en vano y en la actualidad su legado continúa vivo desde cada una de las buenas obras hechas por este buen gobierno.
El Movimiento Cultural de la Juventud Sandinista se encarga de enaltecer día a día la cultura, el arte y la tradición de nuestro país.
Su poesía sencilla y directa refleja la cotidianidad del pueblo nicaragüenses y del mundo humanamente envilecido. En sus versos expresa sentimientos de preocupación sobre los problemas prácticos, metafísicos del hombre y de la sociedad en sí.
En Leonel Rugama se plasma con toda claridad la posición de poeta cabal. Él vivía plenamente la Revolución y lo plasmó día a día en su poesía, la cual tiene elementos creativos y reactivos típicos de nuestro folclor.
En estos tiempos de lucha constante debemos recordar a Leonel, debemos recordar su último grito de lucha “QUE SE RINDA TU MADRE”, lleno de amor y valentía característico de un revolucionario de corazón.
Ese grito que quisieron arrebatarnos en 2018, con el intento de golpe de estado, en donde los malos hijos de la patria trataron de ensuciar su lucha usando en sus blasfemas bocas esta frase.
El Pueblo entero demostró que Leonel aún vive dentro de cada Revolucionario, principalmente dentro de ese artista que expresa su sentir revolucionario a través de su música, sus letras y sus pinturas. La obra de Rugama renace en muchos jóvenes valientes y llenos de abnegación que luchan por esta causa, la causa del amor.
Hoy Leonel no está físicamente, pero si se encuentra dentro de este pueblo que agradece su lucha, que agradece su poesía, que agradece su vida y su amor.
“AQUÍ YACEN LOS RESTOS MORTALES DEL QUE EN VIDA BUSCO SIN ALIVIO UNA A UNA TU CARA EN TODOS LOS BUSES URBANOS”- EPITAFIO.
QUE SE RINDA TU MADRE
Carla Caldera
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