Compartimos un artículo de Jeremy Cerna, titulado «La oposición nicaragüense y el virus del odio». A continuación se presenta el texto original:
A raíz que la Organización Mundial de la Salud – OMS declarará al coronavirus una pandemia, palabra proveniente del griego que significa “Reunión del pueblo” y en medicina se aplica para definir una “enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región (Real Academia Española – RAE, 2020 )”, esta palabra se ha venido utilizando o redefiniendo para conveniencia de las élites que ostentan el poder o que desean obtenerlo.
Casos puntuales de la aseveración antes mencionada son: Bolivia, donde luego de dar un golpe de estado a Evo Morales en noviembre 2019 y viendo que las encuestas no les favorecían a los grupos de la derecha golpista utilizaron la pandemia del Coronavirus para postergar la elecciones de mayo del 2020. Otro ejemplo es la campaña de desprestigio contra el presidente de México, Manuel López Obrador, por no encerrar a su pueblo ante la pandemia. Cabe destacar, que en México al igual que otros países de Latinoamérica y el Caribe es el trabajador por cuenta propia, el pequeño y mediano empresario el motor de la economía, por lo tanto, decretar la cuarentena obligatoria no solo traería problemas económicos, sino de orden social porque se abriría la brecha entre las clases pudientes y los empobrecidos. Esto no quiere decir que la cuarentena no debiese utilizarse, sino que son las autoridades de los diferentes países, en virtud de sus necesidades, las que deben decidir cuando aplicar esta medida.
En el mundo más gente muere de hambre producto del capitalismo que las personas muertas a causa del coronavirus.
Las estadísticas actuales de muertes a causa del coronavirus muestran los decesos, pero no los antecedentes de dichos decesos: el nivel de escolaridad de los fallecidos, el estrato social, nivel económico, etc. Está claro que el virus no respeta a nada, ni a nadie, pero también está claro que los más afectados son los empobrecidos por las medidas que algunos países han tomado al confinar a la población en sus casas y aislarlos de la vida social.
Mientras los ricos y burgueses pueden atrincherarse en su mansiones y residencias, llenos de alimentos y con conexión de banda ancha de internet, los pobres, confinados al encierro, deben seguir empobreciéndose para luego endeudarse con la banca privada o subsidiarias y de esa manera darle sus pocos ingresos al capital. ¿Esto no es acaso una continuidad de la lucha de clases?, en donde la burguesía ha encontrado nuevas formas de control económico, político y social para limitar al proletariado en su marcha hacia la victoria.
Mientras los medios de comunicación criminalizan el actuar de los países no occidentales ante la pandemia, alaban a los que están del lado del capital, por ejemplo al presidente de El Salvador Nayib Bukele, quien ha solicitado un préstamo al Fondo Monetario Internacional para paliar los efectos del coronavirus. El mismo Fondo Monetario que ha sido concebido como un instrumento de subyugación de los pueblos ante la hegemonía capitalista y colonialista de Estados Unidos y Europa (Las venas abiertas de América Latina, pág. 286).
En cualquier parte la burguesía actúa igual
Nicaragua no ha sido la excepción a la regla, los burgueses, los golpistas, la oligarquía, los que por definición odian al pueblo (El microcosmo del odio, 2019) están intentando utilizar la pandemia para desprestigiar al Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional – FSLN, presidido por el Comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo. Ellos en sus alocuciones y comentarios mencionan que “el gobierno no hace nada para evitar esta pandemia”.
Se les debe aclarar que a partir del 2007, año en el FSLN retorno al poder por la vía electoral, se decretó la gratuidad de la salud, se mejoraron las condiciones laborales de los trabajadores de la salud, se construyeron 19 nuevos hospitales y cientos de unidades de salud en barrios, pueblos comarcas.
Es decir, el gobierno revolucionario ha restituido el derecho a la salud de los y las nicaragüenses, derecho que entre 1990 a 2006 se encontraba en manos de empresas privadas. En Nicaragua se siguen los protocolos para el procesamiento de las muestras, en el caso puntual del coronavirus, el de Alemania y el de Hong Kong. Los gastos por las muestras y la atención medica en los casos reportados hasta la fecha, así como el de las personas que han tenido contacto con los afectados, corren por parte de las autoridades sanitarias. Por consiguiente se debe mencionar que, en Nicaragua la salud es gratuita para todos y de calidad.
Cabe destacar que Nicaragua posee un Modelo de Salud Familiar y Comunitario en donde los diferentes sectores que integran la sociedad se encuentran en alerta permanente ante cualquier epidemia y en el caso del coronavirus estos se encuentran siempre activos. Esto modelo establece brigadistas de salud de colegios (Federación de Estudiantes de Secundaría – FES), universidades públicas (aglutinados en la Unión Nacional de Estudiantes – UNEN), Policía Nacional, Iglesias, etc. Todos estos grupos bajo la conducción del personal de salud altamente capacitado y con un alto grado de humanismo: enfermeras, auxiliares de enfermería, técnicos quirúrgicos, médicos generales, psicólogos y especialistas. A los cuales el gobierno les provee los insumos necesarios para erradicar cualquier epidemia, de esa manera se ha controlado al dengue, al H1N1, al Ébola.
Es decir, el pueblo ha tomado en sus manos su rol de salvaguardar su integridad física y emocional. Esto ha sido reconocido por la Organización Panamericana de la Salud – OPS y la OMS. (OPS: Salud Familiar y Comunitaria hacia la búsqueda de la Salud Universal, 2019)
Sin embargo la burguesía, que entre abril a julio del 2018, intento un golpe de estado en Nicaragua (Nicaragua 2018: ¿Levantamiento popular o golpe de estado?, 2019), además de financiar campañas de desprestigio, financia campañas para que la población se quede en sus hogares sin trabajar, con el fin de debilitar la macroeconomía y los ingresos de las clases trabajadoras.
La burguesía está preparando las condiciones para reeditar un Abril 2018 en Nicaragua (despidos masivos por parte del sector privado, tranques, destrucción de la propiedad pública, asesinatos, violaciones, etc.) y se están valiendo de la pandemia, palabra que solo implica el grado de propagación de una enfermedad y no su grado de peligrosidad, para tratar de arrebatar por la fuerza de las mentiras, propagada en sus medios de comunicación (Fake News), el poder al pueblo, al proletario. Al final el virus del odio, que expele la burguesía, es más letal que cualquier pandemia.
Abril no nació malo
Abril no nació malo,
ni tampoco es culpable,
por principio de universalidad nació bueno,
creció bueno, preparándose para la siembra buena de mayo.
Abril no nació malo,
sino que fue raptado,
inmediatamente lo hicieron entrar en un trance maléfico
para que danzará “La danza de abril” al son de la muerte.
Tuvo que ser extasiado, aislado, aterrorizado
y después prostituido por proxenetas profesionales
sin alma y sin amor.
Abril acudió a Mayo, quien lo acogió en su seno,
curó sus heridas y lavó su cara.
Abril no fue culpable, fue uno entre tantos martirizados por el odio,
fue una pieza en el tablero de los energúmenos del terror.
Llegó Junio y luego Julio expiándole de culpas,
culpas ajenas y no de Abril.
De Abril a Abril ya pasaron unos años y de Julio a Julio la Redención.
¡Cuídense los proxenetas, pederastas y terroristas!
Julio no permitirá a nadie más volver a mancillar a Abril,
ni ningún otro en el calendario.
Fuente: http://www.tortillaconsal.com/
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