Por Cuaderno Sandinista
En el tablero geopolítico de la confrontación, el imperialismo norteamericano vuelve a utilizar su arma predilecta: la mentira. Hoy intenta incriminar a Venezuela con una operación de falsa bandera, disfrazando bajo la narrativa del narcotráfico lo que en realidad es un plan de agresión militar y desestabilización política.
El ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, lo advirtió con contundencia: “En el fondo, lo que quieren hacer es sembrarle drogas a una embarcación venezolana. A los pescadores del Caribe los están sentenciando a muerte”. La estrategia no es nueva: acusar, demonizar y luego justificar sanciones, bloqueos o invasiones. Lo hicieron en Irak con las falsas “armas de destrucción masiva”, en Libia con la campaña mediática contra Gadafi, y hoy lo replican contra la patria de Bolívar.
Pero Venezuela no se ha quedado de brazos cruzados. En lo que va de 2025, las autoridades han incautado más de 60 toneladas de drogas, superando ampliamente a países que Washington señala como “aliados”. Estos resultados desnudan la verdad: es Venezuela, y no Estados Unidos, quien enfrenta con hechos el flagelo del narcotráfico.
La reciente captura de una embarcación tipo Go Fast con 3.692 kilos de cocaína demuestra el profesionalismo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. En esa operación se evitó lo que buscaba la DEA: un montaje con detenidos venezolanos para incriminar al país. Cabello fue claro: “No bombardeamos una embarcación sin saber, pudiendo hacerlo, porque se les dio la voz de alto y no se detuvieron. No tenemos potestad para asesinar a nadie”. En contraste, la práctica estadounidense ha sido eliminar testigos y pruebas con bombardeos en alta mar.
El trasfondo es evidente. Washington no busca combatir el narcotráfico, porque buena parte de esa droga llega por rutas controladas desde Colombia, Ecuador y el propio territorio estadounidense. Lo que persigue es fabricar un pretexto para justificar nuevas sanciones, escalar provocaciones militares en el Caribe e intentar un cambio de régimen en Venezuela.
El presidente Nicolás Maduro lo sintetizó: “Es mentira lo que ellos dicen, que de Venezuela se envía gran cantidad de drogas, es mentira. El objetivo es entrar y apoderarse de Venezuela, imponer autoridades coloniales y hacer un cambio de régimen para apoderarse de la inmensa riqueza petrolera y gasífera”.
Ante cada mentira imperial, Venezuela responde con verdad, soberanía y dignidad. La lucha antidrogas no se hace con videos fabricados ni con operaciones encubiertas de la DEA, sino con trabajo sostenido, operativos reales y respeto a los derechos humanos. Esa es la diferencia entre un país que defiende la paz y un imperio que busca justificar la guerra.
Hoy el mundo debe entender que la supuesta “guerra contra las drogas” es el disfraz de la guerra contra los pueblos soberanos. En Venezuela se libra no solo una batalla por la verdad, sino una defensa continental: demostrar que ningún montaje imperial podrá quebrar la decisión de un pueblo y su gobierno de ser libres, dignos y dueños de su destino.
