El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, arribó a Tel Aviv días después de los ataques aéreos contra líderes de Hamás en Doha, Catar, y en medio de la intensificación de los bombardeos contra la población civil en Gaza.
Rubio visitó el Muro de las Lamentaciones, en Jerusalén, acompañado por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. «Bajo la presidencia de Donald Trump y el secretario Rubio, esta alianza nunca ha sido tan fuerte, y lo agradecemos profundamente», afirmó Netanyahu, mientras recorrían los túneles subterráneos, junto al embajador de EE.UU. en Israel, Mike Huckabee.
La presencia del funcionario estadounidense en la inauguración de un túnel turístico en una colonia israelí, ubicada en el barrio palestino de Silwan, en la ocupada Jerusalén, es una muestra más del reconocimiento de la Casa Blanca a las acciones del ente sionista contra el pueblo palestino.
Por otro lado, en el encuentro entre ambos políticos, se analizaron las consecuencias diplomáticas y militares del reciente ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en Catar, así como su posible impacto en los esfuerzos para alcanzar una tregua en Gaza y la posible anexión israelí de sectores de Cisjordania.
Es importante destacar que esta visita se produce una semana antes de la cumbre en la onu, que debatirá el reconocimiento de Palestina como Estado, una iniciativa que es esencia de todo lo que Netanyahu quiere borrar con el fuego de los misiles.
El tono cercano y las notables coincidencias entre ambos funcionarios no son fruto de la casualidad, sino el resultado de una alianza estratégica y política basada en intereses y visiones compartidas.
La relación entre ellos es la de dos aliados políticos que se refuerzan mutuamente.
Netanyahu encuentra en Rubio un defensor poderoso y confiable en una de las instituciones más importantes de EE.UU., mientras que este último fortalece sus credenciales ante su base electoral y donantes.
Su respaldo no es gratuito: la base financiera de Rubio se ve reforzada por contribuciones significativas.
El «Pro-Israel America pac» (Aipac) encabeza su lista de donantes, junto con magnates como Sheldon Adelson, donante estrella desde 2016, y otros filántropos pro-Israel como Norman Braman y Paul Singer.
Detrás del avance político de Rubio hay un entramado de lobbies que no tiene nada de secreto: el poderoso Aipac, junto a Cristianos Unidos por Israel (CUFI).
La Coalición Judía Republicana no tardó en celebrar su nombramiento como Secretario de Estado, describiéndolo como un «defensor abierto de Israel en tiempos extraordinariamente peligrosos».
Así, mientras el pequeño enclave de Gaza sufre las consecuencias del genocidio sionista, la alianza Netanyahu-Rubio exhibe un vínculo que va más allá de la retórica: es un acuerdo político y financiero cimentado en la perpetuación del conflicto, el crimen y el despojo de un pueblo, todo bajo la sombra de Washington.
Fuente: Diario Granma