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Entre el “buen vecino” y el “gran garrote”: la política exterior de EE.UU.

by Cuaderno Sandinista
27 agosto, 2025
in Análisis
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Entre el “buen vecino” y el “gran garrote”: la política exterior de EE.UU.
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Por Cuaderno Sandinista

Desde los albores del siglo XX, la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina y el mundo se ha movido entre dos discursos que, aunque opuestos en apariencia, forman parte de una misma lógica imperial: la doctrina del “buen vecino” y la del “gran garrote”.

La primera, popularizada por Franklin D. Roosevelt en los años treinta, pretendía mostrar a Washington como socio amable, respetuoso de la soberanía y dispuesto al diálogo. La segunda, formulada explícitamente por Theodore Roosevelt bajo el lema “habla suavemente y lleva un gran garrote”, no ocultaba la amenaza de intervención militar y sanciones como herramientas de control. En la práctica, ambas eran dos caras de la misma moneda: asegurar la hegemonía estadounidense en el hemisferio y garantizar los intereses de sus corporaciones.

Hoy, bajo el mandato de Donald Trump, esa doble retórica ha quedado al desnudo. La diplomacia del “buen vecino” se ha transformado en un teatro cínico de promesas incumplidas, mientras que la política del “gran garrote” se ejerce de manera descarnada, sin maquillajes ni disimulos.

Trump: la hipocresía sin filtros

El actual ocupante de la Casa Blanca ha convertido la política exterior en una extensión de su estilo empresarial mafioso. Lo hace alternando discursos pacifistas y ofertas de negociación con sanciones, bloqueos y amenazas militares. Declara que busca la paz en Ucrania, pero envía destructores al Caribe para cercar a Venezuela. Promete acuerdos justos con Brasil o la India, pero al mismo tiempo les impone aranceles del 50 % como castigo por su autonomía. Dice combatir el narcotráfico, pero la producción de cocaína se triplica en torno a las bases militares estadounidenses en Colombia.

Trump no representa una ruptura con el pasado de EE.UU., sino la explicitación de su esencia imperial. Ya no se disfraza de “buen vecino”; actúa como el escorpión que no puede dejar de clavar su aguijón, aunque ello lo lleve a su propia decadencia. Lo demuestran su guerra comercial contra China, sus intentos fallidos de dividir a los BRICS, sus sanciones indiscriminadas contra medio planeta y su obsesión por militarizar el Caribe y Centroamérica bajo la excusa de la “guerra antidrogas”.

El fracaso de la hegemonía unipolar

Detrás de este comportamiento errático hay un dato de fondo: la hegemonía unipolar de Estados Unidos ya no existe. Washington todavía posee el aparato militar más poderoso del planeta, pero su capacidad para dictar las reglas económicas, políticas y culturales se desmorona.

La guerra en Ucrania, lejos de fortalecer a la OTAN, ha demostrado las fracturas internas de Occidente. La Unión Europea se ha convertido en un vasallo obligado a sacrificar su industria y su soberanía energética en aras de la agenda de Washington. Las guerras en Gaza, Irak, Afganistán o Libia son recordatorios de que el intervencionismo estadounidense no resuelve conflictos, sino que los multiplica. Y en América Latina, incluso gobiernos aliados empiezan a resistirse a las imposiciones, conscientes de que la dependencia de Washington solo trae crisis y represión.

El “gran garrote” ya no intimida como antes y el “buen vecino” ha perdido credibilidad.

El ascenso del mundo multipolar

Frente a esta decadencia, emerge un orden alternativo: el mundo multipolar. Los BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, hoy ampliados a nuevos miembros— representan la expresión más concreta de ese cambio. Con más del 40 % del PIB mundial en términos de paridad de poder adquisitivo y más de la mitad de la población del planeta, este bloque no solo desafía el dominio económico de Estados Unidos, sino que ofrece un modelo de cooperación basado en la soberanía, la igualdad y el respeto mutuo.

El proyecto de comerciar en monedas locales, la creación de instituciones financieras alternativas al FMI y al Banco Mundial, y la apuesta por la desdolarización constituyen un golpe directo a la principal arma de dominación estadounidense: el dólar. Al mismo tiempo, las posiciones firmes contra las guerras y las intervenciones en Gaza o Irán demuestran que los BRICS se configuran como un actor político capaz de disputar el relato hegemónico de Occidente.

América Latina: entre la sumisión y la emancipación

En este escenario, Nuestra América se encuentra ante una disyuntiva histórica. Seguir atada al papel de “patio trasero”, sometida a bases militares, sanciones y chantajes comerciales, o sumarse con decisión al mundo multipolar que abre BRICS, CELAC y otros mecanismos de integración.

La declaración de la Zona de Paz de la CELAC en 2014 cobra más vigencia que nunca. Frente al avance militar de EE.UU. en Panamá, el Caribe y Venezuela, los pueblos latinoamericanos deben recordar que la soberanía no se negocia y que la verdadera integración regional, no se construye bajo la tutela del “gran garrote”, sino en alianza con quienes respetan la autodeterminación de los pueblos.

La hora del Sur Global

La política exterior estadounidense, sea bajo la máscara del buen vecino o bajo la amenaza del garrote, ya no engaña a nadie. La hipocresía de Trump y la brutalidad del imperialismo solo aceleran el tránsito hacia un orden mundial diferente.

Ese orden se llama multipolaridad. Y no es una utopía: ya existe en la práctica en los BRICS, en los acuerdos de cooperación energética y comercial en monedas locales, en la resistencia de los pueblos frente a las sanciones y bloqueos.

El siglo XXI será recordado no por la “grandeza” de Estados Unidos, sino por la capacidad del Sur Global para liberarse de su tutela. Y en esa batalla, Nuestra América, heredera de Bolívar, Martí, Sandino, Fidel, Raúl, el Che, Carlos Fonseca, Tomás Borge y Chávez, tiene el deber de escoger el camino de la emancipación, no el de la sumisión.

Tags: #AméricaLatina#AnálisisGeopolítico#BuenVecino#CuadernoSandinista#GranGarrote#Multipolaridad#PolíticaExteriorEEUU#ZonaDePaz
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Comments 1

  1. Juan Francisco Vasquez castillo says:
    2 horas ago

    Así es la geopolitica ya cambio y los estados unidos pierden poder egemonico en el mundo. Lo que hay que luchar en medio oriente es acabar con el genocidio de Israel contra Gaza. Para ponerle cello.

    Responder

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