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“Abrazos a todos nuestros hermanos miskitos, mayangnas, ramaquies, garífunas, a todos nuestros hermanos en el mundo entero que vibran con la música ancestral de los espíritus, los grandes espíritus, el gran espíritu de libertad, de justicia, de dignidad, el gran espíritu que ilumina, como sol que no declina, los caminos, la vida y la luchas, que deben ser victoriosas de nuestros pueblos”
Cra. Rosario Murillo, Vicepresidenta de Nicaragua
Por las venas abiertas de América Latina y el Caribe, circula la ancestral sangre indígena y afrodescendiente, siendo aproximadamente un 8,4 % del total. En 17 países de la región se reconoce la existencia de 671 pueblos indígenas con más de 40 millones de personas, 860 idiomas y variaciones dialectales. Extraordinaria diversidad cultural que enriquece a la humanidad.
En Nicaragua, los pueblos originarios y afrodescendientes, gozan del reconocimiento a su existencia, como sujetos de derechos colectivos, desde 1987, cuando se promulgó una nueva Constitución que refundó el Estado y puso fin a la exclusión que negaba nuestra historia, cultura e identidad. Nicaragua, es un país multicultural y multilingüe, lugar de encuentro entre las grandes migraciones que recorrieron el continente desde el norte y desde el sur. Del norte del Anahuac, en lo que ahora es México, vinieron los chorotegas, nahoas, sutiabas, matagalpas, los pueblos del maíz y la marimba. Del sur, de la Amazonía, llegaron los miskitu, mayangnas, ramas, ulwas; posteriormente arribaron los afrodescendientes, creoles y garífunas. Nicaragua, es como un huipil de Masaya, diverso, colorido, tejido con hilos comunitarios de múltiples raíces, voces, danzas y cantos.
Dice la historia oficial de los conquistadores que se apoderaron de la tierra de los Nicaraguas en 1523, pero en la memoria histórica de los pueblos, ese año es también de resistencia combativa, cuando el bravo cacique chorotega, Diriangén, derrotó a las huestes españolas en los llanos de Diriamba, un abril en que empezaban a florecer los campos. Este es el origen, el alma del alma nicaragüense, que derrotó a la dictadura somocista y que desde julio de 1979 edifica una nueva sociedad, inclusiva, con justicia para todas y todos, con convivencia respetuosa entre la diversidad de culturas.
Octubre es el mes en que desde 1992, se conmemora en Abya Yala (Tierra en plenitud en lengua Guna) el Día de la Resistencia Indígena, Negra y Popular en todo el continente americano, para celebrar la “Unidad en la Diversidad”, y para reafirmar que el Buen Vivir, es la alternativa al extractivismo capitalista que amenaza la vida en el planeta; cambiar la manera de vivir es la luz que puede encender la esperanza para la humanidad. Octubre, es el mes de la Autonomía en la Costa Caribe de Nicaragua. Este es un mes para celebrar los movimientos sociales que arden como incendios capaces de iluminar a los pueblos.
Fuente: Barricada