El General Benjamín Zeledón Rodríguez, nació el 4 de octubre de 1879, oriundo de la Concordia, Jinotega. Lo asesinaron el mismo día de su cumpleaños. Defensor de la Dignidad y Soberanía de Nicaragua, es uno de nuestros Héroes Nacionales.
Profesional del Derecho, impartió clases en una escuela pública y a domicilio en Managua, posteriormente fungió como Juez de Distrito de lo Civil de Managua, Juez del Distrito de Rivas y desde 1909 desempeñó el cargo de Juez de Distrito de Minas en la Comarca “El Cabo” en el Departamento de Zelaya.
Casado con Ester Ramírez Jerez, juntos tuvieron cuatro hijos: Benjamín, Marco Aurelio, Victoria y Olga.
En 1907 fue Síndico Municipal de Managua y a su iniciativa, el municipio le rindió un homenaje a Rubén Darío, en ocasión de su visita triunfal a Nicaragua.
Este mismo año, Zelaya lo nombró Auditor de Guerra. Durante la lucha de El Salvador y Honduras contra Nicaragua, Zeledón peleó en la batalla de Namasigüe. En el propio campo de batalla, fue ascendido a Coronel del ejército por el heroísmo y la valentía que demostró.
Zeledón fue Ministro de Guerra, por el coraje y bravura demostrada en el fraguar del combate. Al ser derrocado el presidente Zelaya como consecuencia de la nota Knox, estuvo en el exilio, sin embargo, a su regreso a Nicaragua, se unió a la defensa de la soberanía nacional.
Zeledón, símbolo de patriotismo y soberanía, estuvo en contra de la intervención norteamericana; lo dejó expresado no sólo en sus acciones, sino también en una carta dirigida a su esposa:
“Desde que lancé el grito de rebelión contra los invasores y contra quienes los trajeron, no pensé más en mi familia, sólo pensé en mi causa y mi bandera, porque es deber de todos luchar hasta la muerte por la libertad y la soberanía del país”. (Benjamín F. Zeledón R. Carta a su esposa Ester. Masaya, 3 de octubre de 1912).
Héroe y patriota inclaudicable
Las tropas yanquis habían desembarcado el 15 de agosto en 1912 en Corinto, invitados por el presidente entreguista Adolfo Díaz. Ese día, al mando del Comandante Butler, llegaron 412 marinos, 2600 soldados y 125 oficiales, en 8 buques de guerra.
Los actos del vendepatria de Adolfo Díaz, fueron enfrentados con dignidad y valor por el General Benjamín Zeledón, quien, a partir de la rendición del General Luis Mena el 24 de septiembre de 1912, asumió el mando de las tropas nicaragüenses y se decidió a presentar batalla contra la intervención norteamericana en Nicaragua desde la plaza de Masaya.
Tras soportar un largo sitio, Benjamín Zeledón y quinientos patriotas nicaragüenses, se enfrentaron en desigual combate a dos mil soldados de infantería de la marina norteamericana, unidos a quince mil vende-patria nicaragüenses.
Zeledón en una carta dirigida a su esposa Esther y a sus cuatro hijos, un día antes de su muerte, destacó su amor a la patria, proclamando que jamás se rendiría.
“Somos la República y su libertad que hasta el último momento de nuestras vidas mantendremos.”
“Cada gota de mi sangre derramada en defensa de mi Patria y de su libertad, dará vida a cien nicaragüenses que, como yo, protestarán a balazos el atropello y la traición de que es actualmente víctima nuestra hermosa pero infortunada Nicaragua.”
“Para tí y mis angelitos todo el amor de que es capaz quien por amor a la Patria está dispuesto a sacrificarse y a sacrificarte a ti y a nuestros hijos”.
Zeledón en defensa de la Dignidad y Soberanía Nacional
En el acto en homenaje al General Benjamín Zeledón, el 5 de octubre de 2019, el Comandante Daniel recordó su sacrificio: “Él sabía que ahí no había más alternativa que la lucha en condiciones totalmente desiguales, tan convencido estaba de su suerte que así se lo escribió a su Familia, a su esposa, a sus hijos, y se lo dio a conocer a nuestro Pueblo. Entonces él, junto con nicaragüenses heroicos, porque no podemos olvidar que con Zeledón combatieron ahí nicaragüenses que ni se rindieron, ni se vendieron, y dieron la Vida.
Y cuando están resistiendo a las Tropas de los vendepatrias, llegaron entonces las Tropas gringas con todo su poderío, con sus cañones, con sus ametralladoras. Y luego, ya herido, lo asesinaron; ya herido en un retén donde habían tropas de los vendepatrias y cruzan comunicación con el mando de las Tropas norteamericanas, de las Tropas yanquis, ahí, igual que a Sandino, ahí se decide el asesinato”.
Su asesinato y la barbarie con la cual las tropas yanquis vejaron su cadáver, impactaron al joven Sandino, quien, quince años después, retomaría su lucha para liberar a Nicaragua de la ocupación norteamericana.
Hoy conmemoramos a Benjamín Zeledón, Héroe Nacional, cuyo ejemplo, como afirmó el día de ayer la Compañera Rosario, inspira “todas nuestras Luchas y las Rutas de Victorias”.
Fuente: Barricada
Vivan nuestros héroes de la patria, viva Benjamín zeledon, viva Sandino.