Al oscurecer de este viernes, ya las avenidas de la gran Caracas, y también sus populosos cerros, las calles llaneras y otros tantos rincones geográficos, mostraban sus farolas y semáforos iluminados. Los venezolanos retomaban, paulatinamente, la cotidianidad, como la mayor evidencia de la victoria conquistada ante un nuevo ataque al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Desde las 4:50 a.m. fue afectado el servicio eléctrico en todos los estados, como parte de la agenda golpista de la derecha, que en su narrativa de colapso pretende desestabilizar al país.
Inmediatamente las instituciones del Estado y del Gobierno se sumaron a la acción efectiva de la empresa Corpoelec para, desde distintos frentes, revertir las afectaciones que se extendieron a otros servicios como el agua, el transporte y la telefonía móvil.
Esta fue una vulneración flagrante de los derechos del pueblo, que tiene sus antecedentes en 2019, «cuando la derecha fascista perpetró el primer sabotaje electrónico nacional, y amenazaron con cinismo al pueblo venezolano. Hoy son los mismos que quieren robarnos la paz», como recordó el ministro de Comunicación e Información, Freddy Ñáñez.
Esta emergencia nacional es muestra del golpe continuado que se pretende perpetrar contra la institucionalidad bolivariana, que ha demostrado su capacidad de resiliencia y fortaleza. El 26 de julio de este año las autoridades detuvieron a un grupo de personas que pretendían apagar el occidente del país, mientras que el 27 de agosto fue atacado el SEN en nueve estados.
«Lo he dicho y lo repito: ¡Calma y cordura, nervios de acero! El fascismo desesperado ataca al pueblo, pero juntos superaremos esta nueva arremetida. ¡Nosotros siempre venceremos!», expresó el presidente Nicolás Maduro, quien cuenta con el apoyo indiscutible de su pueblo que, en unión cívico-militar, le hace frente a cada embestida criminal del sector más reacio de la oposición.
Fuente: Diario Granma