Por Comandante Daniel Ortega, 19 de julio de 1991
DESCARGAR: EL FSLN EN LA HISTORIA DE NICARAGUA-COMANDANTE DANIEL ORTEGA 19.07.1991
La ubicación histórica del FSLN
- La Revolución Popular Sandinista es parte del proceso histórico que da continuidad a la lucha que llevó a la independencia del yugo colonial a los pueblos de América Latina.
En el siglo XX, la Revolución Mexicana, 1911; la Revolución Cubana, 1959; y la Revolución Nicaragüense, 1979; irrumpen como procesos de cambios profundos, populares y antimperalistas, que por la vía de las armas establecerán un nuevo régimen político, económico y social. Constituyen las expresiones históricas más avanzadas de la lucha de los pueblos de América Latina por su genuina independencia y por su democracia.
- Las tres revoluciones, aunque diferentes en cuanto al modelo alcanzado, tienen elementos de identificación común en su origen y proceso de desarrollo:
- La insurgencia popular, que destruye los sustentos arcaicos e institucionales de un viejo régimen, injusto y opresivo, incluyendo el desmantelamiento del ejército y el aparato represivo.
- El choque de intereses con los Estados Unidos cuyo modelo de dominación en América Latina se vio amenazado.
- La transformación estructural acelerada, al ser sustituidas las relaciones de producción imperantes y el sistema de tenencia de la tierra; la emergencia de nuevas fuerzas sociales; la creación de un nuevo orden jurídico interno; y el cambio en las relaciones internacionales.
- La reacción virulenta de los sectores oligárquicos y reaccionarios, que al verse desplazados se enfrentan al nuevo orden revolucionario con el apoyo manifestó de los Estados Unidos a través de guerras contrarrevolucionarias.
- Cada uno de estos tres procesos revolucionarios, define su propio modelo de acuerdo a la realidad nacional, a las circunstancias históricas imperantes, y al entorno geopolítico.
De la época precolonial a la Revolución Popular Sandinista
Con la invasión de los españoles hace ya 500 años, se impuso el régimen colonial y con ello todo un nuevo orden económico, político, social y religioso. Un nuevo orden injusto y brutal, que generaría sus propias contradicciones y del que emergerían en el año 1821 las naciones centroamericanas.
Con la independencia surge un nuevo Estado culminando la lucha anti-colonialista, pero Nicaragua, como república independiente, seguiría padeciendo de la ocupación de Inglaterra en la Costa Atlántica y se enfrentaría al expansionismo yanque en la Guerra Nacional de 1854-1856, derrotando a los filibusteros norteamericanos.
Es solamente durante los últimos 100 años que empiezan a generarse procesos de cambio estructural con hondas repercusiones en la realidad política, social y económica.
Ese proceso histórico de transformación y de búsqueda de identidad nacional popular da un salto cualitativo con la Revolución Liberal de 1893, la última de las revoluciones liberales en Centroamérica, y que pone fin a los gobiernos oligárquicos conocidos como Régimen de los Treinta Años.
Se incorpora la Costa Atlántica al Estado nicaragüense, poniendo fin a la dominación británica en esa parte del territorio nacional. Se introducen cambios fundamentales en la estructura económica y agraria del país, tendientes a sustituir el poder de la oligarquía y de la iglesia. Se establece una nueva Constitución Política en 1897, que fija los principios liberales y una organización del Estado. Se crea una nueva legislación, para fortalecer al Estado laico y reordenar la propiedad agraria.
El régimen liberal aspira a un nuevo marco de relaciones internacionales, por encima de los intereses hegemónicos de Estados Unidos; y retoma las banderas de la unión centroamericana. Entra entonces en contradicción con el imperio del Norte, el cual daba inicio a una nueva etapa expansionista en la región, coincidiendo con la derrota a España en la guerra de 1898 por la posesión de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
En fin, la revolución liberal introduce cambios estructurales que alteran el perfil del país, muchos de ellos de carácter irreversible y que los gobiernos conservadores surgidos después del derrocamiento de Zelaya, bajo el amparo militar y político de los Estados Unidos y la dictadura somocista, no pudieron revertir.
En fin, la revolución liberal introduce cambios estructurales que alteran el perfil del país, muchos de ellos de carácter irreversible y que los gobiernos conservadores surgidos después del derrocamiento de Zelaya, bajo el amparo militar y político de los Estados Unidos y la dictadura somocista, no pudieron revertir.
Zelaya fue derrocado por el Gobierno yanqui el cual pasa a ocupar militarmente el país, pero no sin antes enfrentar la resistencia de patriotas nicaragüenses como Benjamín Zeledón en 1912.
Sandino
A partir de 1927, Sandino levantaría un programa nacional y libraría una lucha popular y antimperialista, hasta expulsar a las tropas invasoras en 1932.
El Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, encabezado por Sandino, fue el portador de la nueva propuesta nacional que finalmente se haría realidad en la Nicaragua Libre del 19 de Julio del año 1979. La Nicaragua del Futuro, la Nueva Nicaragua, la Nicaragua de RUBÉN DARÍO Y DE AUGUSTO CÉSAR SANDINO.
Soberanía nacional, transformación agraria por la vía de las cooperativas, incorporación del artesanado a la lucha nacional, unidad latinoamericana inspirada en el ideal de Bolívar, unidad centroamericana, lucha popular y antimperialista, son fundamentos del pensamiento revolucionario en la gesta patriótica de Augusto César Sandino.
El Pensamiento revolucionario de Sandino: “Sólo los obreros y campesinos irán hasta el fin, sólo su fuerza organizada nos dará el triunfo”, como fundamento de la lucha popular y antimperialista, son los elementos ideológicos y rectores coherentemente aglutinados en el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional. Desde esa base, Sandino define una propuesta más amplia: “ni extrema derecha, ni extrema izquierda, frente único es nuestro lema”, para enfrentar al invasor yanqui.
Estos serán los fundamentos del nuevo pensamiento revolucionario que sintetiza el genio político de Sandino, como valores a ser defendidos en el nuevo momento histórico que vendrá a proyectarse con la alternativa sandinista, ante las ya agotadas y desprestigiadas paralelas históricas, liberales y conservadores. De ahí emergerán el pensamiento y la acción enriquecidos por las nuevas generaciones que, siguiendo el ejemplo de Diriangén, Yarrince, Adiac y Nicarao, de los luchadores por la independencia; de Cleto Ordóñez rechazando a la aristocracia; de los héroes de San Jacinto; de Zeledón, de Sandino y de Rigoberto López Pérez, convocarán con Carlos Fonseca y Santos López, en la década de los sesenta, a la lucha con el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional a la toma del poder
Al fragor de la lucha popular antisomocista y antimperialista de los años sesenta, se fue organizando el Frente Sandinista como un destacamento revolucionario integrado por unas decenas de combatientes y una Dirección Nacional que asumía un mando político-militar. Eran los años del combate guerrillero, del Che Guevara, de Camilo Torres, de la América Latina insurrecta contra la injusticia, contra la opresión capitalista y contra el imperialismo norteamericano que sustentaba, militar y políticamente, a las dictaduras y a los regímenes opresivos de la época como medios para asegurar su dominio sobre América Latina.
La estrategia de lucha del FSLN demandaba abrir un espacio político-ideológico a la opción revolucionaria que proponía el derrocamiento de la dictadura somocista, como el punto de partida que devendría en un cambio más profundo, dando lugar a un proceso socialista.
El Programa Histórico del FSLN retomó las banderas de lucha de Sandino para unir a todos los nicaragüenses honestos en la lucha contra la dictadura somocista, sobre la base de la defensa de la soberanía e independencia nacional, así como de los intereses de las mayorías populares.
Se dieron las jornadas guerrilleras del Patuca, Raití y Bocay 1963; Pancasán 1967; Zinica en 1970; el Diciembre Victorioso de 1974; la resistencia guerrillera de la Columna Pablo Úbeda; acompañadas de luchas populares urbanas y estudiantiles. Vino luego la crisis interna en el FSLN, con la división y el proceso de reunificación, hasta la victoria final el 19 de Julio de 1979.
En octubre de 1977, el FSLN lanzó la primera ofensiva insurreccional, con una nueva proyección interna e internacional. La acción armada se llevó a las principales ciudades, incluyendo Managua. Se abrió un frente amplio con la conformación del Grupo de los Doce y del Movimiento Pueblo Unido. Y se amplió un frente internacional de apoyo en la lucha del pueblo de Nicaragua encabezada por el Frente Sandinista.
Se intensificó la lucha armada insurreccional y se multiplicó la acción política a fin de articular alianzas internas e internacionales para aislar a Somoza y frenar los intentos de intervención norteamericana.
En el mes de Enero de 1978, Somoza asesinó a Pedro Joaquín Chamorro; en Febrero del mismo año se llevó a cabo la Ofensiva Sandinista con la toma de Granada, Rivas y el campamento de la Guardia somocista en El Rosario, lo mismo que la insurrección de Monimbó.
En Agosto de 1978 se realizó el asalto al Palacio Nacional y la insurrección de los “muchachos” en Matagalpa. En Septiembre se efectuó la primera gran ofensiva insurreccional de carácter nacional. Para marzo de 1979 se firmó la Unidad Sandinista; en Mayo se profundizaron los combates y en Junio la Dirección Nacional del FSLN convocó a la Huelga General y a la Ofensiva Final que culminó con el derrocamiento de la tiranía el 19 de julio de 1979.
La propuesta de un proceso hacia el socialismo que tendría como punto de partida el pluralismo político, la economía mixta y el no-alineamiento, fue el nuevo elemento que surgió en esa etapa de lucha y que acercaba a los revolucionarios a la raíz de nuestra historia y por lo tanto a la realidad política, económica y social en el contexto latinoamericano.
Alrededor de estas propuestas políticas y de las nuevas modalidades de lucha se llevó a cabo e proceso de reunificación del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
El FSLN logra sintetizar, en el proceso de lucha para derrocar a la dictadura somocista:
- Los presupuestos antimperialistas, de recuperación de la soberanía nacional y de la transformación política y social, que nos hereda la gesta y el programa del General Sandino.
- El pensamiento marxista-leninista.
- Las corrientes de liberación nacional del Tercer Mundo, que nacen de la lucha antimperialista y anticolonialista.
- El pensamiento cristiano liberador, con su poción por los pobres.
- El sentimiento antidictatorial y antiyanqui del pueblo de Nicaragua, que ve en la dictadura la represión y la rapiña.
Logramos capitalizar el agotamiento estructural de la dictadura somocista, que ya no era capaz de responder ni a los intereses de la burguesía.
Logramos darle formas, cada vez más efectivas, al enfrentamiento contra la dictadura somocista con la incorporación masiva del pueblo a la lucha armada insurreccional.
La política de unir a todas las fuerzas antisomocistas aseguró un consenso nacional aglutinado alrededor del FSLN, superándose las maniobras de los sectores más reaccionarios del gran capital y del gobierno yanqui, que propiciaron, hasta el último momento, un somocismo o sin Somoza para arrebatarle la victoria al pueblo.
Logramos, en la etapa final de lucha insurreccional, el apoyo logístico militar de gobiernos latinoamericanos, como los de Cuba, Venezuela, Panamá, y Costa Rica, fortaleciéndose, en una circunstancia única, un frente internacional amplioen el cual también se destacó México. La solidaridad militante de José Figueres, Omar Torrijos, Fidel Castro, Rodrigo Carazo, Carlos Andrés Pérez y José López Portillo, fueron determinantes en ese momento culminante de nuestra batalla para alcanzar la victoria contra la dictadura somocista y neutralizar las maniobras intervencionistas de los gobernantes norteamericanos.
Igualmente fue valiosa la solidaridad de los revolucionarios de El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Honduras, Argentina, Chile, Uruguay, Colombia, México, entre otros hermanos internacionalistas que, con la Organización para la Liberación de Palestina y la República Popular y Democrática de Corea, contribuyeron a la liberación de Nicaragua.
También en esa etapa de lucha fue invalorable el apoyo de las redes de solidaridad que se organizaron en los Estados Unidos, Canadá, Europa, América Latina y otras partes del mundo.
Logramos conformar un frente anti-intervencionista sin precedente en la historia de América Latina donde, partidos políticos y gobiernos de la región, partidos de Europa Occidental, de la Internacional Socialista, que integrando un vigoroso movimiento de solidaridad internacional, contribuyeron a neutralizar los intentos de Estados Unidos por evitar la toma del poder revolucionario.
De esa manera el FSLNL, con la Dirección Nacional Histórica a la cabeza, cuyo ejemplo de entrega y acción inspiraron al pueblo, culminaba una etapa de lucha que le dio a Nicaragua la oportunidad de derrocar a la dictadura somocista, rompiendo su principal soporte que era la Guardia Nacional para avanzar históricamente hacia una mejor posición en el proceso de Liberación.
En esas condiciones de organizó la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, de carácter pluralista y con un Programa de Gobierno de corte revolucionario.