Por Augusto Puertas
El apellido Sandino viene del sajón Send, que significa senda, camino. Augusto Nicolás Sandino Calderón, nacido Tauro con Ascendente Leo, un 18 de mayo de 1895 a las 11:30 am en el Pueblo que como presagio se llamaba «La Victoria», y que al convertirse en municipio se llamó Niquinohomo (de nuevo el presagio: Valle de Guerreros), provino y proviene de ese Tiempo Magno, Sagrado, Ancestral.
Su misión cumplida se ajusta a lo que los historiadores han llamado «arquetipos y repetición», que caracterizaron a la columna de Libertadores que le precedieron en la lucha por la Independencia Colonial, y al Discipulado que le ha relevado tomando sus banderas en el presente y luchan por una Segunda Independencia, esta vez de la tutela imperial. Su rechazo al sentido del tiempo concreto, reflejada en el carácter de su misión universal, por sobre el tiempo histórico, fue evidente; su hostilidad a toda tentativa de «historia» autónoma, sin regulación arquetípica comparable en el contexto de la historia provinciana de la Nicaragua de entonces. Él, el Maestro Místico, en traje de fatiga de Guerrillero en Jefe, ya era lejano, remoto en sus coordenadas éticas y espirituales de los que él llamó «atajo de vendepatrias», y ya estaba preparado psíquica y espiritualmente; totalmente consciente de su Misión Histórica.
Su valoración metafísica de la existencia humana, su concepción metahistórica del mundo y de su propia misión mesiánica, milenarista; su concepción metarreligiosa (no antirreligiosa) de una existencia del Ser Supremo, o de Justicia Divina. Él en sí mismo encarna Talismán y Designio fundamental, porque representa ciertas líneas de fuerzas maestras que nos llevan a un diseño, a un propósito, a un principio director o en el proceso de creación de una nueva historia para Nicaragua; que él comienza a contar cuando ve arrastrar el cadáver de Benjamín Zeledón, a las cinco y media de la tarde del 4 de octubre de 1912, en La Barranca, MAsaya, cerca de su pueblo natal. Pero, en verdad, Él solo interpreta, siente, atrae, y controla hacia sí, y sobre sí, cual antena parabólica, esa Fuerza Cósmica que proviene arrasadora desde el fondo de la Historia.
Comete un grave error el que trata de ver a Sandino solo como el guerrillero, o redentor social y no ve en él al Maestro Espiritual, al practicante de yoga, al orientalista, al espiritualista, al estudioso de la tradición maya, al teósofo, al discípulo de Zoroastro, al masón, aunque haya sido traicionado al final por la masonería. Desde nuestra perspectiva vemos en Él, por encima del líder Guerrillero, al Insepulto, al Iluminado, al Mesías, al Profeta, al Resurrecto. Y esta mutación de Sandino, encerrada en sí misma, no tuvo contradicciones: «Los dos rostros reflejados en un rostro, uno sombrío, y el otro con la faz iluminada», pues resumió un conjunto de todos estos atributos y supo llevar dentro de sí mismo, y sin pelea alguna, las botas del guerrero con las sandalias del pescador de hombres. Se dan la mano dentro de Él la Justicia, que exige el rigor de guerra, y la bondad manifiesta de un Maestro de la Luz.
El gran arco que recorre en su filosofía viene desde el hombre presocrático. Se compenetra de los problemas cardinales de la metafísica, experimenta una renovación espiritual, hasta llegar al centro de sí mismo, y como discípulo de santuarios espirituales, después de superar todas las pruebas, emerge de sus cavernas sagradas hasta alcanzar y empoderarse de y en los círculos más concéntricos e íntimos de la Historia: el de los Libertadores y el de los Seres de Luz. Y desde entonces se convierte Sandino en paradigma, las más de las veces ignoto, indescifrable, digno de imitar y reverenciar. Deviene talismán, leyenda, mito, chamán, jaguar, o el Mesías esperado por todos los nicaragüenses latinoamericanos.
Y la Historia en su Eterno Retorno, pero este Retorno no lineal, sino en espiral evolutiva, parece jugar a la ironía, pues se da una sincronía entre los tiempos de la Guerrilla Mítica del General con estos tiempos, que no por distantes o «posmodernos», dejan de ser simétricos, con la Nicaragua por excelencia rural de entonces. La relación del General de Hombres Libres con los Estados Unidos imperiales no fue una relación de adhesión o de amistad, sino una relación bélica; relación de amor cortesano o prostituido es el que ejerció la cacle (no clase) política de los apellidos de entonces, o de siempre. Sandino con su vocación de Libertador, con su Espada destrozó en mil pedazos los alteares de la sumisión y de la negación vergonzante de patria, y por primera vez el nombre de Nicaragua sonó con respeto en el mundo, y Él personalmente para los gobiernos de Coolidge, Hoover y Roosvelt, se erigió en la «Suma de todos los miedos».
La Gran Depresión Económica, que arranca en 1929 y persiste toda la década de los 30, no está lejana en el ciclo que se repite en estos en tiempos y que mantiene en ascuas al sistema imperialista. Los signos del retorno son evidentes, y hay más evidencias…
Referencias:
Puertas, A. (2014). La Espiritualidad de Sandino – El Último Profeta (Siempre Más Allá). Segunda Edición de «Rosa de los Vientos Producciones». Diagramación: Allan Cruz C. A. – Managua, Nicaragua, Abril, 2014.